Tenía en su ventana una especie de pequeño corral. Allí, J. A. T. daba de comer a las palomas hasta que en 2003 sus vecinos, hartos de la insalubridad del número 24 de la calle Madre de Dios, lo denunciaron al Área de Medio Ambiente que, tras cuatro años, por fin ha podido sancionarle con 3.756,33 euros.
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