El monte se ha convertido, o se está convirtiendo, en una especie de gimnasio gigante. Hay una religión moderna de la ascesis de la que el gimnasio es el templo, y el monte se está convirtiendo en la versión gigante y al aire libre de ese templo. El montañero que corre desplaza al que anda. La velocidad se impone sobre la no velocidad. Se imponen. Primero ellos y su reto, su desafío, y luego los demás, y si te cae una piedra, te jodes. El running impone su presencia.
Comentarios
Es el turismo coleccionista, de pasar por un sitio sin estar en el. Sólo el mili segundo de la foto y subida a Instagram: yo estuve aquí; siguiente reto.
#3 Una vida vacía que hay que llenar de alguna forma.
#3 La era del postureo, sin fecha de caducidad inminente por lo que parece.
#3 Vamos que si haces una foto es postureo y si no la haces eres un ser superior. Que gilipollez.
#15 yo no he dicho eso. Eso que dices si es una gilipollez
Menuda peste a superioridad moral
He viajado a muchos lugares que no están en las guías, por motivos de trabajo. Y creo que debo tener 3 o 4 selfies para enviarle a mi madre. Que gusto el paseo, la reflexión, la observación. Qué poco nos dejan hacer eso hoy día. Nos obligan a apurar. No quiero.
"escuchadme! digo cosas!"
Vamos ni puta idea de lo que es realmente el trail running ,no conozco a nadie que lo practique que piense si quiera en hacer las cosas que hace el y como,y todos son amantes de la montaña,a todos nos gustan los recuerdos ,pero no suben por la foto
Ya salio por aqui : capitalismo-esta-convirtiendo-montanismo-correa-transmision/
El capitalismo está convirtiendo el montañismo en ...
lavozdeasturias.es#2 Esto es una entrevista a un escritor, así que aunque esté relacionado no salió.
Sinceramente, vaya turra de artículo.
Al segundo párrafo ya...
Opinión personal de ogro.
#7 opino igual
Nadie lleva a la tintorería un frac alquilado...
Por suerte la montaña es peligrosa.
Menudo personaje. Tiene algo de razón de fondo, pero que un dominguero con sobrepeso se ponga a dar lecciones:
«Yo, personalmente, soy un dominguero del monte: solo me gusta ir cuando hace sol, cuando no hace demasiado frío ni viento y hay suficientes horas de luz. Pero si tuviera que citar qué me anima a madrugar para ir a la montaña, dudaría seriamente entre las vistas y la comida. El disfrute del banquete de la cumbre. Hoy, sin embargo, parece que muchos han pasado del queso y el vino al sobre de gel…»
Lo del banquete de cumbre no puede ser más cutre y opuesto a la mentalidad y hábitos del montañero serio, sea lento o rápido. El banquete no es parte del objetivo, es el impuesto que se paga (después) por mantener el cuerpo en funcionamiento. También será de los que sale a la montaña para justificar las tres cervezas de después. Es el "Uphill Homer Simpson".