El crucero turístico de lujo Explorer yace este domingo hundido a 1.000 metros de profundidad en las aguas de la Antártida, después de su naufragio el viernes pasado, mientras en la superficie marina aflora una mancha de diesel, de 40 kilómetros cuadrados, proveniente de los 185.000 litros de combustible que hay en sus tanques.
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