Publicado hace 6 años por --550559-- a blogs.elconfidencial.com

Cada vez se estila menos eso de levantarse y gritar: ¡esta ronda es mía!. Este cambio define una época, pero también dice mucho de cómo manejamos nuestra economía. Es imposible invitar a unas cañas a mi compañero Dani. Sospecho que a lo largo de los años ha desarrollado una habilidad sobrenatural para evitar que los demás paguen por él. Desde levantarse al baño y, sin que nadie le vea, acercarse al mostrador hasta levantarse a la velocidad del rayo para pagar al camarero y soltando la consabida fórmula de “ya pagarás tú la próxima".

Comentarios

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#5 ...Qué va.

D

#6 Yo creo que a estas alturas todos deberíamos saber qué ocurrió con la burbuja inmobiliaria en eeuu, que explotó en otro país de similares características como España, y la responsabilidad y los errores de todos los estamentos de control como el FMI o el banco de España.


Culpar de la crisis a 40k millones de euros perdidos de esta forma es haber perdido la perspectiva. El PIB español es de 1'2 billones de euros.

Aparte de eso el rescate era obligatorio, no se podía no hacer. El problema es cómo se hizo, regalando demasiado dinero y sin llevar a nadie al banquillo.

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Por aquí no se perdió la costumbre de invitar. Yo invito y a mi me invitan. Debe referirse a ciudades o a gente gumias.

D

Yo a veces invito, pero solo a quien le tengo cariño

D

no veo mal que no invitemos tanto, siempre hemos sido un poco derrochadores.

D

#4 al final siempre te quedas en tablas: invitas tanto como te invitan, así que no es cuestión de derroche.

D

Quizá la crisis empezó gastando lo que no se tenía

D

#2 No.

sotillo

#2 A estas alturas seguir llamando crisis a una estafa tan grande no tiene justificación ninguna

c

#1 Prestando, no gastando. Y sobre todo prestando a los amigotes con dinero de los demás.

D

#1 ¿ Tú has gastado lo que no tenías ? El españolito medio no puede gastar lo que no tiene.
Echa un balance a los bancos para ver qué quedó sin pagar: sobre todo promotoras, de todos los tamaños, grandes y pequeñas.
Pero es verdad que si quieres que pague Juan Pueblo los platos rotos, tienes que echarle las culpas y hacer que se siente culpable. Luego confiar en que no se entere de nada y trague.