Consultar el correo desde el móvil es cada vez más habitual. Y lo normal, como en otros dispositivos, es guardar la contraseña para no tener que estar contínuamente escribiéndola. Una operación simple y a la vez trascendente, porque esa clave guarda correos de todo tipo, desde saludos a amigos a tareas profesionales o datos de compras. ¿Están seguros? Mientras que la pregunta cada vez es...
Será normal para los inútiles. No guardo las contraseñas ni en el ordenador sobremesa de casa... como para hacerlo con un teléfono móvil.
Es que, macho, sólo bastan 30 segundos pensar qué ocurriría si alguien se encuentra tu teléfono con todas las contraseñas guardadas. Adiós correo, adiós facebook (=adiós vida), adiós skype, adiós... lo que sea.
La comodidad siempre, siempre, siempre, está reñida con la seguridad. Si es cómodo entonces no es seguro (y viceversa).
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Será normal para los inútiles. No guardo las contraseñas ni en el ordenador sobremesa de casa... como para hacerlo con un teléfono móvil.
Es que, macho, sólo bastan 30 segundos pensar qué ocurriría si alguien se encuentra tu teléfono con todas las contraseñas guardadas. Adiós correo, adiós facebook (=adiós vida), adiós skype, adiós... lo que sea.
La comodidad siempre, siempre, siempre, está reñida con la seguridad. Si es cómodo entonces no es seguro (y viceversa).