Parece una escena sacada de una película de terror: un peluche que, de pronto, empieza a hablar a un niño con un tono de adulto. De eso alerta un informe de la consultora británica Which?, realizado junto con grupos de consumidores alemanes y otros expertos en seguridad: los peluches con Bluetooth o Wi-Fi son una puerta abierta a los hackers.
Comentarios
me dice que queme cosas...
A muchos niños igual les viene hasta bien que alguien hable con ellos
Pelín paranoico, ¿no?
Claro como si fuese ese el problema y no que los espíen otros, como las propias marcas que crearon los juguetes.
Salu2