En la Sevilla medieval, la justicia ordinaria tenía fama de ser la más dura, por lo que todo el mundo quería esquivarla. Los soldados podían declarar ante un tribunal militar, y los curas ante la autoridad eclesiástica, mientras que el resto de los mortales tenían que buscarse otras artimañas. La más recurrente era el «derecho de asilo», un principio legal que impedía a los alguaciles entrar en los lugares sagrados para detener a los presuntos delincuentes, por lo que en ese lugar podían estar seguros y protegidos.
Comentarios
Para que no se la lleven.
#1 Buenos son los sevillanos...
#4 shhh... que tenemos hasta playa y tó: Dos sevillanos descubren que Sevilla tiene playa en propiedad
Dos sevillanos descubren que Sevilla tiene playa e...
sevillainfo.es#1 hace relativamente poco creo que se llevaron parte de dicha cadena.
¡Vivan las cadenas!
Ésta es fácil, para impedir que
Ripio se la lleve a Murcia.
¿No?
#5 ¡Jamas hiciese tal!
Que en mi mocedad tuve que acogerme a sagrado por no caer en manos de corchetes, alguaciles y justicias.
En Sevilla y en muchos otros sitios. Hay muchas iglesias por España con esa zona "acordonada".
Porque era chufa
Ahora los delincuentes están aforados. Así se garantiza que todos seamos iguales.
Para balancearse en ellas?