Tras dos días de disturbios en la capital del Tíbet, la calma está volviendo poco a poco a las calles. El alcalde de Lhasa ha explicado que "la situación general es buena". La vuelta a la normalidad se produce un día antes de que concluya el plazo que el Gobierno chino ha dado a los manifestantes para que cesen las protestas.
Comentarios
Pues sí, "genocidio cultural" sugiere calma y normalidad a carretadas...
La descripción no es muy exacta, pero el artículo está bien.
Esos malditos monjes tibetanos golpeando con sus ojos los puños de los soldados chinos... ¡qué imagen para la vergüenza del Dalai Lama!