Desde los 60 se ha cumplido la Ley de Moore, por la cual el número de componentes de un chip se duplica cada dos años, mejorando el rendimiento computacional de los ordenadores. Esta ley empírica se sigue cumpliendo en la actualidad en cuanto a capacidad de integración, pero la mejora de rendimiento se estancó a principios de siglo. La alternativa ha sido aumentar el número de núcleos, pasando al programador la problemática de lograr un uso eficiente de los mismos. Un proyecto del BSC financiado con 2,3M ahondará los límites de la ley de Moore.
Comentarios
No sabía yo que un procesador de móvil ya no doblaba su rendimiento a pesar de doblar su número de transistores.