Aunque aparentemente, y así se muestra ante la ciudadanía, hay miles y miles de marcas que compiten en el mercado, en la práctica el proceso de centralización del capital ha ido conllevando que sean unas pocas empresas matrices gigantescas las que poseen empresas (marcas) grandes, que a su vez son dueñas de otras medianas, las cuales por su parte detentan la propiedad de muchas pequeñas, como en un perverso juego de muñecas rusas.
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