Hace un par de semanas cené en una famosa cadena de pizzas precisamente muy cercana a esta hamburguesería y nos salieron dos compañeras de la protagonista de la imagen.
Hay al menos una cosa buena de las hamburguserías, y es que la mesa donde te sientas está protegida con biombos para que otros no te vean comer y yú no puedas ver a los demás. Eso es bueno, da asco ver comer a la gente (ya sea en un restaurante de lujo o ya sea la gente educada o no).
Los hosteleros se creen que los clientes somos una manada de cerdos y nos ponen a comer a todos juntos, a tiro de vista unos de otros, ya sólo falta que en los servicios quiten los tabiques y nos pongan a cagar a todos juntos.
Si yo voy a comer a un restaurante (sea o no de comida rápida) no tengo porqué soportar ver a extraños metiéndose la comida en la boca, es repugnante, por muy finolis que sean sus modales en la mesa. Y tampoco tiene nadie porqué verme comer. Señores hosteleros, no somos una manada de cerdos, hagan algo que para eso les pagamos la comida 10 veces más su precio de coste de lo que vale en cualquier supermercado.
Comentarios
La reina de las cucarahcas... BurriKin aqui tu eres el KING !!! Ou.. yeha
Por el mismo precio una deliciosa cucaracha crujiente, y encima os quejais.
Hace un par de semanas cené en una famosa cadena de pizzas precisamente muy cercana a esta hamburguesería y nos salieron dos compañeras de la protagonista de la imagen.
yaaaaa, que asco verlas ahi, con sus panes y sus lechuguitas, agrupadas por menus con sus patatas y refrescos...
Hay al menos una cosa buena de las hamburguserías, y es que la mesa donde te sientas está protegida con biombos para que otros no te vean comer y yú no puedas ver a los demás. Eso es bueno, da asco ver comer a la gente (ya sea en un restaurante de lujo o ya sea la gente educada o no).
Los hosteleros se creen que los clientes somos una manada de cerdos y nos ponen a comer a todos juntos, a tiro de vista unos de otros, ya sólo falta que en los servicios quiten los tabiques y nos pongan a cagar a todos juntos.
Si yo voy a comer a un restaurante (sea o no de comida rápida) no tengo porqué soportar ver a extraños metiéndose la comida en la boca, es repugnante, por muy finolis que sean sus modales en la mesa. Y tampoco tiene nadie porqué verme comer. Señores hosteleros, no somos una manada de cerdos, hagan algo que para eso les pagamos la comida 10 veces más su precio de coste de lo que vale en cualquier supermercado.