Las estadísticas que publica cada año el Ministerio de Cultura le proporcionan más de un disgusto a sus responsable. En la Casa de las Siete Chimeneas se saca en estos casos pecho por su vocación de transperencia, la exigible –por otra parte– al tratarse de fondos públicos repartidos al sector privado a través de las subvenciones. Esta fórmula es, ante todo una cuestión ideológica
Por muchas subvenciones que les den, si no hay creatividad, imaginación, buenos actores, trabajo... no conseguirán remontar las empresas cinematográficas. Ayer ví "Al final del camino" un ejemplo de una buena idea para una comedia, mal rodada, con actores sobreactuados y carente de gracia. Los espectadores apuestan por el cine español si éste ofrece calidad, pero ante películas como esa, al final, se te quitan las ganas.
Yo hace tiempo que perdí la fe en que el cine español pudiese darnos alguna alegría seria. Creo que si no estuviesen tan subvencionados y su rentabilidad dependiese de los espectadores, a lo mejor hacían otro tipo de cine que fuese más afín con lo que la gente quiere ver.
Normal y lo mismo ocurre con el canon. Se creo para incentivar a los autores que lo cobrasen (que son una minoría muy pequeña, cuando se supone que todos deberían cobrarlo)a seguir creando y lo que han conseguido es todo lo contrario que sigan viviendo del cuento de obras de hace años y que incluso cobren más de dicho canon, que de su propio trabajo. Algo realmente lamentable, vamos.
Eso sin entrar en que el canon es una tasa que no debería existir, claro. Y más ahora.
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Por muchas subvenciones que les den, si no hay creatividad, imaginación, buenos actores, trabajo... no conseguirán remontar las empresas cinematográficas. Ayer ví "Al final del camino" un ejemplo de una buena idea para una comedia, mal rodada, con actores sobreactuados y carente de gracia. Los espectadores apuestan por el cine español si éste ofrece calidad, pero ante películas como esa, al final, se te quitan las ganas.
Yo hace tiempo que perdí la fe en que el cine español pudiese darnos alguna alegría seria. Creo que si no estuviesen tan subvencionados y su rentabilidad dependiese de los espectadores, a lo mejor hacían otro tipo de cine que fuese más afín con lo que la gente quiere ver.
Normal y lo mismo ocurre con el canon. Se creo para incentivar a los autores que lo cobrasen (que son una minoría muy pequeña, cuando se supone que todos deberían cobrarlo)a seguir creando y lo que han conseguido es todo lo contrario que sigan viviendo del cuento de obras de hace años y que incluso cobren más de dicho canon, que de su propio trabajo. Algo realmente lamentable, vamos.
Eso sin entrar en que el canon es una tasa que no debería existir, claro. Y más ahora.
Salu2