Esperanza Aguirre ha vuelto a dar la cara por la libertad para defender el más alto valor de la democracia. No es de recibo permitir que los indignados presionen a los políticos para imponerles sus ideas. Las instituciones públicas son las únicas capaces de defender la libertad, de comprometerse para impedir cualquier intento de intervención política que ponga tan sagrado bien en peligro. En caso contrario, en caso de seguir sin respetar a nuestros representantes, nos veremos abocados al fascismo, al comunismo, al totalitarismo.
Comentarios
Según iba acabando el artículo iba preparando un negativo como el Titanic de grande... hasta que he llegado a la última línea.
Que susto, jodio
Aquí comprobaremos al que realmente se lee el artículo, jejeje.
No se si el nivel medio aquí esta para una ironia tan sutil...
#1 No me digas esas cosas que me das el día ...
#2 ¿Lo ves? Lo advertí...
¡Muy bien llevado! Se ha ganado el voto de un liberal convencido (aunque tardío, tras muchos años engañado).
Casi todo lo que se dice en la primera parte del texto es verdad, y paradójicamente la pesadilla del final también es razonable. Es el miedo a la libertad, un síndrome de difícil tratamiento, que todos padecemos. Me alegro mucho de que el 53% de los votantes madrileños haya vencido al miedo, y creo que los próximos cuatro años les darán la razón... ya veremos si acierto.