Por echar el lazo al tópico, habría que asomarse a la ventana de la Antigua Grecia para encontrarnos con una pléyade de efebos de cuerpos suaves y edades mínimas, muchos de ellos esclavos, que ofrecían los favores de la carne a otros hombres por apenas un óbolo en los barrios calientes del Pireo, casi siempre antes de que les salieran las primeras barbas de la madurez. Hoy, en los mimbres del siglo XXI, el negocio de la prostitución masculina occidental se balancea en los márgenes y en el estigma. A espaldas del mundo.
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Siempre ha habido gente que se ganaba la vida prostituyéndose, cumpliendo las fantasías depravadas de cualquier degenerado, pero sólo en estos tiempos damos publicidad y fama a quienes no la merecen.
Quién tendría que salir dando una entrevista es alguien de cualquier origen, humilde y explicando el valor de los estudios, del compromiso, de la lealtad de la amistad, de los valores humanos. Está persona para mí no merece que nadie la lea
perdona, me ha hecho mogollón de gracia el comentario, jajajaja