El presidente de los EE UU ya ha materializado una de las primeras promesas que hizo nada más ganar las elecciones: adquirir un perro para sus dos hijas Sasha y Malia. Como ya adelantó la primera dama en una entrevista en febrero en la revista People que habían elegido un perro de agua portugués; ese perro, ya tiene nombre: se llama Bo, y las hijas de los Obama han copiado el nombre al gato que tienen sus primos.
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Esta noticia tiene el mismo interés que la del huerto, es decir, cero. La voto irrelevante
ñañaña
Mira, como yo, pero sin el rre