Se produce así el efecto perverso, pero perfectamente predecible, de que la obra censurada y denunciada alcance cotas de popularidad y difusión impensables si nadie se hubiera tomado la molestia de acudir a los tribunales.
No hay comparación posible. Javier Krahe fue educado en una dictadura nacional-católica donde la libertad de expresión se castigaba con la cárcel, donde los obispos eran diputados (procuradores) sin elecciones y por tanto cómplices de los crímenes del franquismo. Javier Krahe estaba obligado a no ir al cine en semana santa, a llevar monedas con la cara del dictador y un "por la gracia de Dios" alrededor. Fue obligado a "comer la carne de Cristo" porque la religión católica era la oficial y un cura te firmaba informes de buena conducta y de ahí viene la broma de cocinar a Cristo.
Ningún judío le obligó a nada, es más, el régimen católico impidió la construcción de sinagogas hasta los años 60.
Por la misma razón una mujer obligada a seguir las absurdas costumbres ortodoxas tendrá todo mi apoyo si decide burlarse de ellas.
"Se produce así el efecto perverso, pero perfectamente predecible, de que la obra censurada y denunciada alcance cotas de popularidad y difusión impensables si nadie se hubiera tomado la molestia de acudir a los tribunales."
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No hay comparación posible. Javier Krahe fue educado en una dictadura nacional-católica donde la libertad de expresión se castigaba con la cárcel, donde los obispos eran diputados (procuradores) sin elecciones y por tanto cómplices de los crímenes del franquismo. Javier Krahe estaba obligado a no ir al cine en semana santa, a llevar monedas con la cara del dictador y un "por la gracia de Dios" alrededor. Fue obligado a "comer la carne de Cristo" porque la religión católica era la oficial y un cura te firmaba informes de buena conducta y de ahí viene la broma de cocinar a Cristo.
Ningún judío le obligó a nada, es más, el régimen católico impidió la construcción de sinagogas hasta los años 60.
Por la misma razón una mujer obligada a seguir las absurdas costumbres ortodoxas tendrá todo mi apoyo si decide burlarse de ellas.
Tanto lio con comerse simbolos religiosos y eso ya lo inventaron los austrohungaros con el cruasán
"Se produce así el efecto perverso, pero perfectamente predecible, de que la obra censurada y denunciada alcance cotas de popularidad y difusión impensables si nadie se hubiera tomado la molestia de acudir a los tribunales."
Efecto Streisand creo que lo llaman...