Para nadie es un secreto que hacer el amor requiere de concentración, intimidad y muchas ganas para poder llegar a sentir un placer extremo. Sin embargo, existen cosas que limitan o impiden llegar a tal punto, ya sea por el lugar, el estado de ánimo o inclusive, la misma familia; peor aún, cuando son los hijos los que generan estas incomodidades. Y es que la molestia del sexo en un hogar no sólo perturba a los padres, resulta con mayor probabilidad más incomodo para los propios hijos.
Comentarios
Para eso existen los iPods... Pero tampoco hay que exajerar con el ruido, es incomodo para los demas, incluso si son ambos tus padres biologicos. Es como si fueses su voyeur.
Pues ahora con los pisos de mierda de pladur nos vamos a hartar de escuchar follar al del quinto.
#2 ¿Y el gemido final?
interesante reflexion, no nos olvidemos que no estamos solos.
Todo es cuestión de no hacer ruido...