Este informe analiza la situación actual de los derechos de autor y concluye que su aplicación supone un impedimento a la creación y la innovación y al desarrollo de la Sociedad de la Información en general.
Desde luego, al menos tal como se conciben ahora. El autor necesita ser retribuido por su trabajo, pero los extremos que se están alcanzando ahora son delirantes.
Los derechos de autor han quedado desfasados porque se basan en la venta de copias. En el momento en el que la tecnología avanza hasta tal punto que cualquier "pendejo electrónico" puede realizar en una tarde 100 copias de ese material protegido (un disco de música, por ejemplo), y se generaliza masivamente la actitud de de realizar copias hasta el punto de convertirlo en algo habitual, una costumbre, las sociedades gestoras de derechos de autor deben cambiar su modelo de negocio.
Por el momento, han optado por mantener una actitud neoludita y poner todas las trabas posibles no sólo a práctica social de realizar/obtener copias, si no a las tecnologías que favorecen esta práctica. La historia ha demostrado que cuando se produce un avance tecnológico, y éste es útil, es imposible frenar su uso y desarrollo. Un avance tecnológico se queda para siempre (hasta que aparece uno que lo mejora o lo convierte en obsoleto).
Un ejemplo, la ballesta:
"La ballesta revolucionó las posibilidades individuales de dar muerte al enemigo: cualquier inexperto podía matar a distancia a un consumado guerrero. Esto resultó tan novedoso y amenazador que incluso mereció una bula papal, donde se prevenía a la cristiandad contra su uso por "el peligro que representaba para la humanidad un arma semejante". El motivo real era que esta arma permitía al pueblo llano vencer a los caballeros armados, lo cual representaba un grave peligro para el orden establecido por aquel entonces."
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Desde luego, al menos tal como se conciben ahora. El autor necesita ser retribuido por su trabajo, pero los extremos que se están alcanzando ahora son delirantes.
Los derechos de autor han quedado desfasados porque se basan en la venta de copias. En el momento en el que la tecnología avanza hasta tal punto que cualquier "pendejo electrónico" puede realizar en una tarde 100 copias de ese material protegido (un disco de música, por ejemplo), y se generaliza masivamente la actitud de de realizar copias hasta el punto de convertirlo en algo habitual, una costumbre, las sociedades gestoras de derechos de autor deben cambiar su modelo de negocio.
Por el momento, han optado por mantener una actitud neoludita y poner todas las trabas posibles no sólo a práctica social de realizar/obtener copias, si no a las tecnologías que favorecen esta práctica. La historia ha demostrado que cuando se produce un avance tecnológico, y éste es útil, es imposible frenar su uso y desarrollo. Un avance tecnológico se queda para siempre (hasta que aparece uno que lo mejora o lo convierte en obsoleto).
Un ejemplo, la ballesta:
"La ballesta revolucionó las posibilidades individuales de dar muerte al enemigo: cualquier inexperto podía matar a distancia a un consumado guerrero. Esto resultó tan novedoso y amenazador que incluso mereció una bula papal, donde se prevenía a la cristiandad contra su uso por "el peligro que representaba para la humanidad un arma semejante". El motivo real era que esta arma permitía al pueblo llano vencer a los caballeros armados, lo cual representaba un grave peligro para el orden establecido por aquel entonces."
(Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Ballesta)
Que tomen buena nota los defensores a ultranza del actual modelo de gestión de derechos de autor.
Si, ¿alguien lo duda?
#1 preguntale a la SGAE o a la RIAA