
Ante el "pánico" que nos transmiten desde todos los medios de comunicación, ya sea en papel, online, telévisión, radio, por señales de humo, ... hay que dejar claro que el coronavirus es más que probable que no me mate.
Pero por si tienes dudas, ¡vamos a morir todos!, algún día, ya lo veras.
Amigo, ¿Cómo estás? ¡Cada vez que te recuerdo siento tanta alegría porque hayas conseguido tus objetivos! Por fin tienes seguridad laboral, familiar, puedes planear tu futuro. Me siento orgulloso de ti. Y ese tema tuyo… espero que siga controlado. Entendí que nos separáramos durante tanto tiempo. Un proceso tan duro y largo como tus oposiciones, tus problemas con la familia, la casa, la salud… cada vez que te disculpabas por no estar ahí casi que me ofendía. “- Pero, ¿Qué dices? Quita, quita. Ahora toca luchar por tu futuro, ya tendremos tiempo de jugar al "Paths of Glory", de cervecear, de escucharnos”.
Pero ahora me siento un poco desubicado. No sé si en algún momento te he decepcionado en el transcurso de esta lucha tuya. Veo que por fin tienes tiempo, libertad, tranquilidad. Vivimos a treinta minutos, si el tráfico en la autovía para El Aljarafe lo permite. Trabajas a veinte minutos de mi casa a pie. Extraño tomarme unas tapas y unas copas contigo. En cierta manera con nadie hablo como contigo. Si encontrara eso en una mujer, con que no le faltara más de un ojo o una oreja tendría suficiente para declararla como el amor de mi vida. Bueno, y que no midiera tanto como tú (y el peso, cabrón).
Quizás siempre he mantenido las amistades desde un estilo lejano, relajado. Es mi estilo. Estar atento desde lejos. Creo que lo sabes. Quizás no. Ya no lo sé. Podría confrontarte, claro. Pero siempre me he preciado de saber aceptar el rechazo y dejar una vía de escape a quien no quiere la confrontación. Y me percato de que no me tratas de manera distinta a nuestro amigo de Mairena del Alcor. No respondes a los whatsapps, aunque a los cinco minutos puedas enviar un meme en algún grupo en común, no coges el teléfono. En fin… creo que lo pillo.
Alguna vez hemos hablado de la temporalidad de la amistad. Sí, las amistades son elásticas. Y puede pasar toda una vida sin que el alejamiento alcance ese punto de inflexión y cambie de dirección con un latigazo. Pero, hermano, esas cosas suceden a pesar de ser amigos a pesar de quererse y de querer verse, porque ciertas situaciones son indefectibles. Pero ¿ahora? ¿Hay algo que no sepa? Esto me está llenando de pesar. Me duele casi tanto como cuando se rompió mi familia, porque nosotros éramos otro tipo de familia. Tú, el guapo, el bajito y yo. Hasta con el bajito del CERN hablo de vez en cuando.
Sabes que nunca rompo amistades. Contigo no hago una excepción. Serías la última persona con la cuál haría una excepción. La esperanza de volver a conectar con alguien a quien quieres siempre ha sido aliciente suficiente para tragarme las ofensas imaginadas y esperar a que el elástico venga de vuelta. Pero parece que esta vez hemos pasado de la elasticidad a la plasticidad.
Te echo de menos.
Aunque me gusta mucho Menéame y el Partido Comunista de las Tierras Vascas, creo que todos debemos aceptar la aplassstante realidad.
En estos tiempos, ya no importa si le venden todas las acciones a Martín Varsavski o si se las venden directamente a Steve Bannon porque cuando Menéame tuvo la oportunidad de ganar un poco de mercado en las redes sociales y foros de internet, perdió tiempo y esfuerzos cambiando el diseño del Frontend e intentando convertir esto en ForoBurbuja a base de traer fachas multicuenta. Si Galli y Imparsifal hubiesen trabajado hombro con hombro para dotar a Menéame de una mínima estabilidad, seguramente tendríamos un backend decente. Pero en lugar de eso tenemos oleadas de errores 500 cada mes y una interfaz que no puede usarse a menos que tengas dos monitores de 72" conectados a sendas Nvidia GeForce RTX 4090 capaces de renderizar la animalada de anuncios que meten en la portada.
Mientras todos los admins peleaban infantilmente, los zurdos consolidamos nuestra posición como líderes en número de usuarios dándole a centristas, liberatas y fachas de toda la Hispanidad lo que realmente pedían: un foro en internet en el que sentirse útiles y en el que hubiera gente que no pensara como ellos, para así poder corregirlos y cambiar el rumbo de su ideología hacia la derecha.
Y no sólo eso: los rojos también llevamos Menéame a las más altas cotas de relevancia, con la focalidad que caracteriza a nuestra ideología. Esto tiene como resultado que a medida que más comunistas, progres, anarkistas y demás se unen a Menéame, más tráfico tiene el sitio y más fachas vienen a interactuar con nosotros y enseñarnos lo terroristas que somos, lo cual a su vez genera más tráfico y por lo tanto más ingresos.
¿Cómo es posible siquiera que se planteen purgas políticas desde la Junta de Propietarios? Cualquier ejecutivo sabe que a la larga lo barato sale caro. Haciendo cuidadosos análisis, numerosos estudios han demostrado que el costo total de propiedad es mayor en foros donde sólo entran fachas, como Twitter o el felizmente desaparecido Barrapunto, que tuvo que cerrar precisamente porque todos los izquierdistas y las dos mujeres que habían, @inniyah y @amayita, nos vinimos a Menêame.
Todo esto manda el mensaje de que mientras el facherío y las grandes fortunas tecnológicas tienen su lugar, ciertamente no es en los servidores de producción de Menéame, y menos en los centros de investigación y aprendizaje donde se dio lugar a esta Santa Casa.
Si Martín y los dueños en general no luchan para democratizar su uso para el grueso de la población, dentro de poco veremos hecha realidad la visión del mundo de la información que comparten Elon Musk, Yolanda Díaz, Vladimir Putin, entre otros: ¿A dónde quieres que te dé permiso de ir hoy?
Gracias por su atención.
(Pal que lo pille ;) )
menéame