Como cabría esperar, existen muchas interpretaciones sobre cómo es el cielo. Hasta finales del siglo XVII, el cielo normalmente era la visión beatífica: la felicidad perfecta de la eternidad en el cielo consistía en la adoración y la alabanza al señor junto a los ángeles, los santos, los mártires, los personajes más notables del Antiguo Testamento e incluso algunos nobles paganos como Platón y Aristóteles. Se trataba de ver a Dios "cara a cara" y no a través de "un cristal oscuro".
Comentarios
En este momento, azul turbio (por la contaminación) con algunas nubecillas.
Yo he estado varias veces y está masificado, las colas del catering son eternas, todas las mujeres son vírgenes y no pueden dejar de serlo que si no las echan... en el infierno se está mucho mejor
#5 Además hay que estar de rodillas por toda la eternidad adorando de rodillas a Dios, los ángeles y Jesús, quienes estarían sentados cómodamente en tronos de oro y les gusta esta horrorosa sumición. Seríamos esclavos de los opresores, seres perversos
Fácil. No es.
Un gran barco con bandera pirata, infinita cerveza fría (de diferentes marcas) y montones de strippers (con impresionantes jóvenes de los 113 géneros según la ONU).
#4
El volcán te faltó
Azul de día, negro de noche
#10 Sí, pero sería más como el cielo pastafari que los diferentes cielos absurdos y sin sentido que han imaginado los cristianos.
El cielo:
- Para el religioso: es como se lo invente a su imagen y semejanza, o como el inventado por otra persona que cree saber cómo son las cosas, pero que también es producto de su imaginación y sus alucinaciones de seres y cosas que no existen. Por eso el cielo es diferente para diferentes grupos de creyentes. Son solo alucinaciones
- Para el ateo: es como se describe dentro de los paréntesis a continuación: (). En términos matemáticos, un conjunto vacío.
#9 Dios ama a todos sus seres por igual, hay un cielo para ti también
Se puede responder a la pregunta de una manera muy fácil, según sea el daño que recibas en vida así imaginarás el cielo ausente de ese daño, y con daño me refiero no sólo a daño físico, también el psicológico o sufrimiento.