Decía William Faulkner que un novelista era un escritor de historias cortas fallido, y que un escritor de historias cortas era un poeta fallido. Faulkner iba un poco a tocar los cojones, pero ese desprecio por ciertos talentos en beneficio de otros tenía parte de razón: escribir algo más corto no implica un proceso más sencillo sino que la mayoría de las veces supone una tarea mucho más compleja y delicada al tener que extirpar lo superficial y llegar a la mínima expresión.
Comentarios
Hablando de relatos ultra breves, siempre me gusta recordar un cuento de terror de Andrés Neuman, escrito en cuatro palabras, aunque podía haber tenido solo tres y que no aparece en el artículo:
Se despertó recién afeitado. (Microrrelatos, Andrés Neuman).
Yo también quiero intentar lo de escribir un cuento en seis palabras. Vamos a ver:
"Bloqueada, tu ambulancia apagó la sirena".
#3 "¿Cariño, donde están las pastillas que faltan?"
#3 Sus amigos no le recordaban.
Las corridas de las cortinas burdelaban, siempre.
Faulkner es devoción en Menéame
#5 No solo devoción, sino verdadera devoción por William Faulkner
#11 Poner a Fauklner en la entradilla es portada segura.
Se corrió y no había cortina.
#7 El burdel siempre tenía las cortinas corridas.
¿Ese titular entonces es una nota de suicidio?
Vale.
Venga, otro:
"Cuando despertó seguía muerto".