Esta es la expresión que surge de una sensación habitual en muchos padres que, a pesar de ser conscientes y estar convencidos del amor de sus hijos, refleja gran desconcierto, desazón y angustia. De allí que algunos padres se sientan decepcionados por una suerte de ingratitud que no es tal, otros se sientan cada vez más perplejos por una agresión que no es tal y otros permanezcan indiferentes o resentidos por una actitud que no se alcanza a comprender.
Comentarios
Y tu quieres a tus hijos pero no les soportas, admitelo.
Es una situación muy delicada, por suerte yo tengo el apoyo de@sacreew
#2 Yo como hijo no tocaría a Charlie. Pero como pareja es súper mimoso.
#4 Gracias cari, aunque mis tres exmujeres no opinen lo mismo.
#5 No han sabido llenar tu vida como yo lo hago.
He aquí una explicación:
#3 Se educa con el ejemplo.
Es una verdad dolorosa en muchos casos...
... y que el artículo quizá esté centrado en una población de sujetos argentinos. Para futuras investigaciones habría que tomar como grupo de control vecinos o compañeros de trabajo en lugar de hijos, por ver nada mas.