Hace 2 años | Por doyou a alejandraavila.com
Publicado hace 2 años por doyou a alejandraavila.com

El éxito de esta teoría ha sido inmenso, incluso forma parte de las asignaturas de miles de escuelas de pedagogía en el mundo. El problema es que no existe absolutamente ninguna evidencia científica que confirme que las personas aprendemos mejor si nos presentan la información en el estilo de aprendizaje de nuestra preferencia. Lo que sí existe son evidencias sobre los problemas empíricos y pedagógicos relacionados con el uso de estos estilos de aprendizaje en el aula. Cuando se aprende, los sentidos trabajan al unísono, estimular uno no mejora

Comentarios

Blackbeard

Buen aporte. Creo que se entiende mejor la cuestión si completamos el cuadro con la otra teoría pseudocientífica que ha campado y sigue campando a sus anchas en nuestro sistema educativo: las inteligencias múltiples de Gardner.

Ambas teorías ahondan, sin evidencia científica alguna en su fundamento o resultados, en dos cuestiones:
- la democratización de la capacidad: todos somos igual de inteligentes y capaces pero diferimos en el estilo o el tipo.
- si a alguien no le va bien es porque el profesor o el sistema no se adapta a sus características concretas.

Bajo este razonamiento que nos han vendido y que hemos comprado con alegría desmesurada se comprenden algunos de nuestros problemas:
- el esfuerzo personal no se contempla y no se exige. Hay coartadas de sobra para justificar los malos resultados.
- las diferencias de capacidad no se tienen en cuenta, negándose hasta la misma existencia de las altas capacidades e invisibilizándose las necesidades de las personas menos dotadas. Si todos somos especiales nadie es especial y por tanto no se proporcionan medios para atender a los extremos. Hay casos espeluznantes en España a este respecto.
- el sistema es un coladero para gurús y teorías sin rigor científico. Principios y metodologías valiosas o prometedoras se pierden en un mar caótico donde prima más el marketing que la razón.

r

#1 estoy de acuerdo contigo en el fondo y en que el sistema es un coladero para gurús y teorías de rigor científico, me gustaría que vieras la cara trabajando con compañeros cuando digo "vale, vamos a trabajar la educación emocional, pero con evidencia científica, sin pseudociencias ni chorradas tipo coaching o mindfullness". Algunos no saben ni quienes son Salovey y Mayer, pero a todos les suena Goleman.

Pero hay algo en lo que difiero un poco, la idea de "la democratización de la capacidad: todos somos igual de inteligentes y capaces pero diferimos en el estilo o el tipo" es más bien una evolución de un enfoque neoliberal más centrado en la meritocracia, que hace aguas por todos lados. Ahora culpando también al docente, pero con el fondo de que si todos podemos y el docente no falla, es que no tienes mérito suficiente para mejorar.

Blackbeard

#2 si es que esto da para unas cuantas tesis doctorales. La conexión con el neoliberalismo del batiburrillo pedagógico en que nos movemos me parece clarísima. Creo que el origen es precisamente ese, desde donde se han alimentado todas las teorías posibles. Un factor común de todas ellas es que es posible achacar al docente prácticamente todos los males, tanto por acción como por inacción.

d

#1 teoría sin ninguna evidencia científica ni demostración en 40 años. Y cuanto más se intenta demostrar, más se constata que la teoría del factor g es más acertada.

Blackbeard

#5 a mi parecer el problema está en que las neurociencias no se han molestado en refutar estás teorías. De haberlo hecho con contundencia no se habrían colado en los sistemas educativos de occidente con tanta alegría.
Pero fueron tan bien acogidas por gobernantes y familias que a lo mejor hubiera dado igual.

oLiMoN63

#1 Buen comentario. Lo curioso es que las historietas de gurús suelen llegar a portada y esto no. roll

Blackbeard

#7 creo que, al menos en parte, puede ser porque este tipo de teorías dicen lo que mucha gente quiere oír.

cincinnata

Gracias por el aporte