Sin hacer spoilers, me dispuse ayer a ver el primer capítulo de la segunda temporada de Fallout. Y los primeros minutos ya nos plantean una pregunta bastante incómoda: ¿el progreso justifica cualquier cosa?
El capítulo empieza mostrándonos una turba sindical apaleando un robot, mientras por detrás la voz en off de Robert House, el fundador de Robco, nos habla de las bondades de su empresa para “mejorar la eficiencia en nuestros centros de trabajo”.
Luego cambiamos de emplazamiento a un bar de proletarios, donde, como en Los lunes al sol, estos se lamentan aireadamente por sus condiciones laborales:
- “No votamos a esta sabandija” –dice uno de ellos.
Desde el fondo de la taberna, un personaje bien vestido y acicalado, de manos suaves y modales perfectos, replica en voz alta:
- “Ese tipo tiene más votos que cualquiera de esos políticos papanatas de Washington.”
El curtido trabajador le increpa, y comienzan a rodearlo el resto de los parroquianos. Con calma, el engominado le pregunta:
- “¿A qué te dedicas, amigo?”
- “A la construcción” –responde el obrero.
- “Entonces usarás la pistola de clavos H&H… seguro que es mejor que el típico martillo. Deberías estar agradecido.”
El clima se vuelve más tenso mientras el grupo de trabajadores lo amenaza. Él, con parsimonia, responde:
“La obsolescencia… intento ver su punto de vista, pero yo jamás sería tan obtuso como para sorprenderme de lo inevitable.”
¿Qué nos quieren decir con esto? ¿Es el tan cacareado progreso algo que siempre mejora la calidad de vida humana, o está condenado a dejar siempre a alguien atrás? ¿Es un avance si la herramienta es mejor pero el trabajador es más pobre?
¿Hasta qué punto las mejoras tecnológicas y su impacto en el mercado laboral justifican esa obsolescencia humana de la que hablan?
Hoy, estas preguntas están en boca de todos: con la inteligencia artificial y la automatización parecen querer reemplazar trabajos que antes parecían irremplazables, mientras que debates como el desmantelamiento de centrales nucleares ponen en tensión la economía y el empleo de comunidades enteras.
Al igual que en Fallout, el progreso promete eficiencia y avance, pero siempre deja detrás a quienes no pueden adaptarse a los nuevos tiempos. ¿Estamos innovando para elevar la condición humana, o simplemente estamos perfeccionando el mecanismo que nos hará definitivamente innecesarios?

Torrezzno
azathothruna