Hace 8 años | Por MLeon a elmundo.es
Publicado hace 8 años por MLeon a elmundo.es

Cualquiera que tenga niños ha experimentado en alguna ocasión esa mirada fulminante del camarero de turno ante la llegada a su negocio de una familia con carritos. Llevar a la prole incorporada supone a veces enfrentarse a gestos de recelo, a cierto desprecio de otros comensales e incluso a excusas por parte del servicio de que no hay mesa, aunque el local esté medio lleno.

Comentarios

D

En mi puta vida vi que en un bar normal y corriente estuviese prohibida la entrada a niños.
Osea, los perros pueden entrar en los bares y los niños no...


'Cualquiera que tenga niños ha experimentado en alguna ocasión esa mirada fulminante del camarero de turno ante la llegada a su negocio de una familia con carritos.' Mentira.

Canelus

AEDE... ¿Donde estás?

m

¿Niñofobia? Vamos a ver: ¿Puede un adulto meterse a una piscina de bolas con menores? ¿A que no?

Pues lo mismo con los infantes, ellos no pueden meterse en nuestros bares.

D

Por suerte está menéame para que todos esos menores puedan dar rienda suelta a su poco comedido comportamiento.

JAIL

Nunca he visto un bar/restaurante así en España.
Sí que me ha pasado en Reino Unido, pero es que allí es ilegal ir a los pubs con niños porque se emborrachan hasta el punto de no poder encargarse de sus propios niños. En los únicos que pudimos entrar (con un bebé de 1 año) nos dijeron que, por ley, teníamos que pedir un plato de comida (para todo el grupo).