Antes que pedir el divorcio, que le habría hecho perder su estatus social y económico, contrató a una cuarentona aguerrida encargada de ganarse, con mucha discreción y algunas artimañas, la confianza de la intrusa y convencerla de que deje al marido promiscuo.
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¿Capitalismo y Europa en las etiquetas?
¿una cuarentona no es una MILF?