Hace 3 años | Por tiopio a ctxt.es
Publicado hace 3 años por tiopio a ctxt.es

La aplicación práctica de la libertad de expresión y la consideración de lo que es o no ofensa del sentimiento religioso parecen depender en muchos Estados de si afectan o no a la creencia mayoritaria. La brutal decapitación del profesor Samuel Paty ha golpeado con fuerza en el corazón de los valores de la República francesa: la laicidad y la educación pública. El blanco del atentado, el profesorado, no sólo es nuevo, sino que es especialmente importante porque se encuentra en la base del proyecto de convivencia. Además, nos encontramos ante un

Comentarios

tiopio

La gestión de la libertad religiosa está basada en una asimetría. Los enfrentamientos con la libertad de expresión se resuelven tanto pública como judicialmente en función del arraigo de la religión en el propio Estado, generando conflictos y produciendo la sensación de un trato desigual entre las diversas confesiones. Un ejemplo paradigmático lo constituye el periódico danés Jyllands-Posten que publicó por primera vez las famosas caricaturas de Mahoma y que, como descubrió The Guardian, se había negado algunos años antes a publicar unas viñetas de otro profeta, Jesús, por considerar que podrían ofender los sentimientos de sus lectores cristianos. La aplicación práctica de la libertad de expresión y la consideración de lo que es ofensa del sentimiento religioso parecen depender más bien de si afectan o no a la creencia mayoritaria en el país.

En varios Estados europeos como Reino Unido (hasta 2008), Austria, Italia, España y Alemania existen leyes contra la blasfemia y ofensa de sentimientos religiosos, cuya aplicación se produce fundamentalmente para proteger a las confesiones mayoritarias en dichos países. Aprovechándose de esta legislación, el lobby ultracatólico de Abogados Cristianos ha lanzado una verdadera ofensiva contra la libertad de expresión que, si bien no se ha traducido en sentencias favorables, sí que ha servido para judicializar en exceso el uso de esta libertad, desgastar material y psicológicamente a los acusados y contribuir a su linchamiento público. Además, aunque de momento las sentencias hayan sido desfavorables a nivel nacional, han comenzado recientemente a elevarlas al Tribunal Europeo de Derechos Humanos con resultados que pueden ser no muy halagüeños.

aupaatu

Ofeder a la fe, es de una ambigüedad poco medible y legislable, porque cada uno puede montarse su propio tenderete de fe.
Y menos si pretendemos crear un mundo razonable , basado en la ciencia y lógico.

D

#5 Todo lo que dices es interpretación, como podrías interpretar cualquier frase para que sea odio. Que no lo entiendas es irrelevante, la cuestión es que todo el mundo tiene su ideas que molestan a los demás, todos, y los "otros" ni lo comprenden, ni están dispuestos a comprenderlo. Siempre hay gente así. A mi me parece un crítica totalmente válida en respuesta a un movimiento que no admite críticas.

D

#4 Me parece que es su libertad creer que es blasfemo, como puedes creer que la homosexualidad es pecado o que la masturbación lo es. Por lo demás, es libertad de otra persona no creerlo, y no vivir bajo tus normas.

D

Siempre he creido en el derecho a insultar (que no debe confundirse con el derecho a acosar) porque cualquier grupo/institución que aspira a tener algo de poder siempre tiende a ofenderse y a querer callar a los que dicen verdades incómodas (o como si son mentiras).

Y es por esto que, aunque considero que una ley contra las ofensas religiosas puede tener sentido, el problema es que se entiende mal. Por ejemplo, a mi me parece que robar un símbolo religioso puede ser algo más que simplemente un robo. Así como no consideraríamos igual que se meen en nuestro portal a que se meen en una tumba, y menos que alguien hiciera ostentación de ese hecho.

Ahora bien, ¿alguien quiere mearse en un crucifijo? pues si es su crucifijo me parece bien. Quizás por resumirlo, me parece que el delito de ofensa debería actuar principalmente como agravante de otros delitos, sobre todo cuando se comenten contra una confesión religiosa por el hecho de serlo, quizás igual que como entiendo el delito de odio. Debe haber una intrusión en los derechos y libertades de otros, ya que ofenderse es gratis.

Por otra parte, no sé hasta que punto (de forma personal) yo respaldaría ataques dirigidos a una confesión. ¿Las de la procesión del santo coño verían con buenos ojos algo similar como burla y crítica del feminismo?¿Veríamos bien una procesión similar como crítica a las identidades de género? Automáticamente se interpretarían como delitos de odio por parte de dichos sectores, como ocurre con "los niños tienen pene y las niñas vagina". Hay muchos comportamientos que fácilmente pueden rozar el acoso.

J

#2 Concretando: Que te parezca "blasfemo" las imágenes de tu profeta (o un ritual u otra cosa accesoria) y alguien de otra confesión se salte esa norma ¿crees que es un ataque a esa confesión religiosa?

J

#2 Y lo de "Los niños tienen pene y las niñas vagina" parece algo obvio pero montar ese pifostio para amedrentar a cuatro niños con problemas de identidad de género que necesitan una infancia más comprensiva no me parece de recibo. No entiendo qué interés de caracter religioso o ideológico tiene eso.