El sub para abrir el corazón
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Anécdotas de comunidades de vecinos: cuando la realidad supera a "La que se avecina"

Anécdotas de comunidades de vecinos: cuando la realidad supera a "La que se avecina"

Hasta los 31 años viví en una comunidad de vecinos murciana de clase media-baja. Aunque las paredes eran de papel y se oía con total nitidez la caída de un mondadientes en el piso de al lado, la particular idiosincrasia de la fauna humana que habitábamos el bloque me regaló muchísimas horas de risas a carcajadas (como podréis intuir cuando acabéis la lectura, me encanta el humor negro). Seguidamente os contaré 13 anécdotas de mi vieja comunidad, que os pueden servir como radiografía de una parte muy importante de la sociedad española o simplemente para reír un rato, si es que os divierten.

Anécdota 1.

Uno de los dos patios interiores de la casa era lo bastante amplio para que el vecino del primero tuviese allí una mesa y unas sillas, acostumbrando a comer con su familia en el patio. Un mediodía, algún vecino de arriba tenía el estómago descompuesto, y no cesaba de tirarse pedos. Los de abajo (madre, padre, hija y dos nietas) comían aguantando estoicamente el concierto, hasta que la madre gritó "no puedo más!!" respondiéndole la hija "pero mamá, no te levantes, si el olor aquí no llega".

Anécdota 2.

Frente a mi puerta había un piso de estudiantes que, cada año, era ocupado por un grupo distinto. Una noche, las chicas que habitaban allí vomitaron en el hueco de las escaleras, justo en los 3 primeros escalones que estaban a unos 10 centímetros de su puerta. A la mañana siguiente, el aspecto de la vomitona era verdoso y todavía fresco. La vecina que limpiaba la comunidad a cambio de un sueldo, y que también vivía en nuestra planta (eran 3 viviendas por planta) llamó a su puerta y les preguntó qué era eso. Le replicaron que no lo sabían. Ella contraargumentó que claramente era una vomitera, y les preguntó qué hacía allí. Las chicas se inventaron que el autor fue un misterioso hombre al que encontraron dormitando junto a su puerta cuando llegaron de fiesta, y que huyó al verlas. La vecina les exigió que lo limpiaran.

Un día después la vomitona seguía sin limpiar y se había vuelto marrón. Los vecinos de varias plantas se unieron y acudieron en grupo para exigir a las chicas que la limpiaran. Eran unos 6 vecinos. Cuando llamaron a su puerta, salió una chica que afirmó ser nueva y haberse instalado esa misma mañana, no teniendo conocimiento del origen y circunstancias de la vomitona. La chica sostuvo firmemente que estaba sola en el piso y no sabía cuándo volverían sus compañeras. Los vecinos acabaron creyéndole y decidieron volver a sus pisos con las manos vacías. Pero el ascensor, por enésima vez, se había roto sorpresivamente (les sirvió para bajar pero ahora no les permitía subir). Esto les obligó a volver a sus viviendas por las escaleras, pisando la vomitona entre exclamaciones de asco.

Cuatro días después la vomitona se había vuelto negra y estaba claro que las chicas no la limpiarían. Así que la vecina encargada de tal menester acabó haciéndolo entre maldiciones. Hice una foto justo después de la primera limpieza (requirió dos más para que se fuera del todo la mancha).

Anécdota 3.

Eran los tiempos de la primera temporada de Operación Triunfo y una vecina se volvió fan absoluta. Tanto que ponía las canciones a un volumen ensordecedor. El vecino que tenía enfrente salió a su ventana del patio interior pequeño a exigirle que bajase el volumen. La vecina fingió no oírle (o tal vez no le oyese realmente) y el hombre comenzó a gritar cada vez con más fuerza, y acabó llamándole "gentuza". La vecina, por arte de magia, se curó de su sordera y salió a la ventana a gritarle "amargado". El vecino le replicó "ráscame los huevos a ver si se me quita el amargor". La vecina, sin amilanarse, adujo que "no tienes huevos ni para metérsela a tu mujer". Y la pelea a través del patio continuó cada vez con más estruendo.

Al final alguien llamó a la policía local. La vecina acusó al vecino ante los agentes de haberle dañado la puerta pateándosela. Otros vecinos declaramos que eso era falso, que quien le dañó la puerta fue su padre (la vecina se llevaba muy mal con él y, una vez que el hombre fue a visitarle y no le abrió, se desahogó así). Al final la policía se fue y las aguas volvieron a su cauce poco a poco (esa tarde la vecina salió a insultar por la ventana de la calle al vecino cuando éste salió a tirar la basura, y el yerno de la vecina le amenazó diciéndole a gritos "llévate mucho cuidadito" por el patio interior, pero la cosa no fue a mayores).

Anécdota 4.

Una vecina del bloque de al lado tenía un puticlub muy sórdido en la Calle Carniceros. Básicamente era un edificio que parecía a punto de caerse en cualquier momento, ocupado por prostitutas árabes, aunque ella como madame era murciana de toda la vida. Los vecinos de esa parte del barrio estaban hasta las narices de la conflictividad derivada del puticlub, y tomaron varias medidas. Una fue montar patrullas vecinales en los dos extremos de la calleja donde se ubicaba para evitar que los clientes entrasen (técnicamente no podían impedirles el paso, pero trataban de avergonzarles diciéndoles a voces cosas como "no os da vergüenza iros de putas" para que se largasen). La otra fue montar manifestaciones nocturnas bajo la ventaba de la madame, donde al grito de "Fulanita (nombre ficticio de la madame), queremos libertad" o "Fulanita, no nos vamos a cansar" le exigían que cerrase el puticlub.

Al final la mujer se murió dedicándose a su negocio de toda la vida, y a día de hoy el puticlub sigue abierto con otra dueña, pero era pintoresco ver a los vecinos caminando en círculo con las pancartas, cual manifestantes norteamericanos, ante la atenta mirada de los sintecho y los inmigrantes que hacían botelleo en la plaza que había frente a mi ventana.

Anécdota 5.

La dueña del piso de estudiantes de mi bloque tenía contratado el mínimo de electricidad. Esto provocaba que les saltase el contador unas 4 veces por día, y los chicos-chicas tuviesen que bajar al cuarto de contadores a arreglarlo. Una noche, de tanto toquetearlo, el contador se les desatornilló y se quedó con los cables colgando. A la mañana siguiente, un vecino muy mayor estaba intentando arreglarlo con cinta aislante y sin dentadura, mientras repetía una y otra vez "el que ha hecho eso es un hijo de puta".

Anécdota 6.

Teniendo yo 12 años o así, el vecino de la anécdota anterior eructó fuertemente, atronando el patio interior. Yo le repliqué eructando con la misma intensidad. Esto derivó en un intercambio de eructos (unos 10 él y otros 10 yo) desde nuestras respectivas casas, que acabó en una fuerte carcajada del hombre mayor.

Anécdota 7.

Un día de julio, con un calor insoportable, intenté abrir la puerta de abajo de mi bloque y vi que algo la atascaba. Presioné más y escuché un gemido. Pensé que era un mendigo que se había colado en el portal a dormir. Cuando conseguí mover la puerta lo bastante para crear una rendija que me permitiese mirar dentro, encontré un charco de sangre en el suelo y un hombre gimiendo. Era un trabajador que había acudido al servicio de prevención SINAC (que ocupaban un piso en el primero) y por lo visto se mareó y se cayó por las escaleras, bloqueando la puerta con su cabeza. Llamé a todos los telefonillos para pedir a los vecinos que moviesen a la víctima y llamasen a una ambulancia.

Al final lo evacuaron con la mirada perdida, entre comentarios del tipo "madre mía está hecho un Cristo" o "pues el charco ese la Fulanita (la vecina que limpiaba la escalera) no lo va a querer limpiar". Lo sentí mucho por el hombre, pero no pude evitar reírme ante los comentarios de los vecinos que, teniendo delante semejante escena, se preocupaban por la futura reacción de la limpiadora.

Anécdota 8.

En mi vieja comunidad es habitual comunicarse mediante carteles. Aquí podéis ver las aportaciones que múltiples vecinos hicieron al cartel donde una vecina informaba de un corte de agua por obras en su casa.

Anécdota 9.

Del cartel que protagoniza esta anécdota, lamentablemente, no hice foto. Resulta que los del gas solían poner un folio en el ascensor para que los vecinos apuntásemos nuestro gasto. Y un vecino misterioso (siempre creí que el hombre mayor con quien protagonicé el concierto de eructos) los arrancaba. Tras arrancarlos, otro vecino ponía un cartel que decía "se ruega, a quien le moleste, que no arranque los carteles del gas". Y ese cartel también lo arrancaba. Y el que lo puso colocaba otro que decía "el que arranca los carteles o está mal de la cabeza o es un poquito sinvergüenza". Y el que los arrancaba ponía otro que decía "en esta comunidad no hay ni locos ni sinvergüenzas". La secuencia se reproducía casi todos los meses, y se volvió una tradición.

Anécdota 10.

El grupo de estudiantes (creo que ni lo eran) más impresentable que tuvimos, poseía un perro que se volvía loco casi diariamente. El perro echaba a correr escaleras abajo y se tiraba a un parterre de piedra sin plantas (las plantas, de plástico, las robaron años atrás y nadie las repuso) que había a la entrada del bloque. Removía la tierra a lo bestia, orinaba en el suelo y se calmaba. Como pasaba muy asiduamente, los vecinos decidieron echar azufre en el parterre y quedó con este aspecto de altar satánico.

Anécdota 11.

El vecino del 3B se quejaba de las humedades que había en el techo de su baño, y le requirió al del 4B que las arreglase. El del 4B escurrió el bulto durante meses hasta que, duchándose un día, se hundió el techo y quedó, de rodillas para arriba, en su piso, y de rodillas para abajo en el piso del vecino. Tuvieron que venir los bomberos a sacarle.

Anécdota 12.

El libro de actas de mi comunidad era digno de ser leído por lo tremendamente imaginativas que resultaban sus faltas de ortografía. Por ejemplo, se escribía "empate" como "en paté". Otra vez escribieron "acectar" en vez de "aceptar" o "muncho" en vez de "mucho", y otra vez "tuvo" como "tubo", pero después de haber escrito como cinco "b" y "v" una encima de otra (el secretario se esforzó mucho en buscar la solución y plasmó cada cambio de criterio en el papel), dejando un borrón considerable.

Anécdota 13.

Ante mi viejo bloque hay unos contenedores soterrados. Los vecinos creen que son totems a los que deben ofrendarles bolsas de basura, de modo que suelen tener este aspecto

Pues bien, una noche me asomé y encontré a un hombre latino tirado encima de un montón de bolsas de basura. Otra mujer latina estaba de pie mirándolo con preocupación. Un tercer latino llegó y preguntó qué pasaba. La mujer le dijo que estaba inconsciente y no reaccionaba por mucho que le tocase, y que había llamado a una ambulancia. El tercer latino se acercó al inconsciente y le dio un patadón en las costillas que le reanimó ipso facto. Tras ello le dijo muy serio "¿No te da vergüenza? Te van a meter en la basura". El latino reanimado se levantó y se fue dando tumbos sin esperar a la ambulancia. La escena era ciertamente triste, pero la frase "te van a meter en la basura" me hizo reír por un momento.

Aquí concluyen mis anécdotas, si deseáis compartir las vuestras seguro que acabamos creando un hilo memorable.

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Pobre niño rico: Amazon corta el acceso a Amazon SES a la página pirata de Varsavsky

Pobre niño rico: Amazon corta el acceso a Amazon SES a la página pirata de Varsavsky

Nuestro protagonista tiene el corazón roto. Todos sus millones no han impedido que Amazon corte el acceso a su servicio de correo Amazon SES de la página pirata que el celebre millonario admirador de Milei y la AFD alemana, Martin Varsavsky, montó para promover la motosierra argentina en España.

Podéis consultar lo que es Amazon SES aquí docs.aws.amazon.com/es_es/ses/latest/dg/Welcome.html y aquí tenéis el tweet que nuestro adalid de la libertad (carajo) ha publicado denunciando semejante atrocidad

¿Tendrá algo que ver con la decisión de Amazon el cúmulo de chapuzas y "presuntas" violaciones de la legalidad que rodean a la página? Juzgadlo leyendo estos enlaces:

www.meneame.net/m/Artículos/martin-varsavsky-domicilio-calle-falsa-12

www.meneame.net/m/Artículos/web-auditoriasciudadanas-netlify-app-esta

www.meneame.net/m/Artículos/como-he-conseguido-info-auditoriasciudada

En fin, que los ricos también lloran, y como nosotros nos solidarizamos con todo tipo de llantos, le mandamos fuerzas y le sugerimos que siga con su sagrada cruzada por la libertad en un país más propicio y menos socialcomunista que España. Argentina, EEUU...o Somalia. Suerte!

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La Hiena Murciana, el Amado Líder y otros argumentos ad hominem

Todos estáis al tanto de los sucesivos terremotos que ha sufrido Menéame a raíz de 1) la censura de una noticia que se limitaba a informar de que Martin Varsavsky, contertulio de Iker Jiménez y dueño de parte de la web entre otras cosas, aparecía en la agenda de Epstein, y 2) la prohibición impuesta por Varsavsky de que cualquier meneante pida el fin del Estado criminal de Israel, bajo pena de baneo.

Pues bien, aparte de mis críticas en forma de artículos a semejantes cacicadas, el usuario @elgude redactó este artículo en el que proponía crear un nuevo Menéame www.meneame.net/m/Artículos/un-nuevo-meneame Dado el peligro cierto de que nuestra querida web acabe convertida en una cárcel ideológica impuesta por Varsavsky, apoyé la iniciativa y abrí un canal de telegram para que se debatiese t.me/nuevomeneame Creí que no más de 20 personas se registrarían, pero ya hemos alcanzado los 1000 miembros.

Pese a que el "padre" de la propuesta fue @elgude, ese mismo día Benjamí, otro de los dueños de Menéame, empezó a insultar a los usuarios que veían con buenos ojos el proyecto diciendo que eran los "monos voladores" de la "hiena murciana" (yo soy murciano) que lo había promovido. Si metéis "hiena murciana" en el buscador de notas y comentarios, veréis que le ha cogido el gusto al insulto.

En el otro extremo de internet, mediatize (web que nació como clon de Menéame) se frotaba las manos ante los cientos de nuevos usuarios que podrían venirle gracias a la crisis de Varsavsky. Y les tocó mucho las narices que, en el grupo de telegram, yo dijese que mediatize no me parecía un lugar donde construir nada mientras permitiesen que trolls de ultraderecha escribiesen cosas del tipo "los policías sí que saben actuar contra las denuncias falsas por violencia de género" comentando una noticia sobre el número de mujeres de policías asesinadas por sus maridos. Una de sus cabezas visibles se vanaglorió de esta permisividad diciendo que, como su web está ubicada en Chile, pueden garantizar la libertad de expresión frente a la "Europa totalitaria" (para él, es totalitarismo prohibir que alguien diga "habría que ahorcar a todos los moros" o "las matan por putas"). Acto seguido, escribió un artículo donde me ponía verde calificándome como el "Amado Líder" que guiaba el proyecto de crear un nuevo Menéame. Fue divertido que dos de los usuarios de Menéame que más odian a mediatize, subiesen y votasen el artículo en nuestra web simplemente porque a mí me tienen aún más tirria.

En definitiva, pese a acusárseme arbitrariamente de ser el líder del nuevo proyecto de Menéame, no soy mas que un usuario que, aportando más bien poco (les aconsejo sobre algún tema legal como la forma que debería tener la persona jurídica que se hiciese cargo de la nueva web) se siente esperanzado por la movilización de 1000 personas en una causa tan necesaria. Pero carezco de toda influencia y, de hecho, yo era partidario de montar un clon de Menéame, pero por allí parece estar triunfando la idea de una página de diseño y funcionamiento bastante diferente. Resulte lo que resulte, estará avalado por el voto de la mayoría de usuarios del grupo, e implicará el trabajo desinteresado de decenas de informáticos, lo cual es muy hermoso (y más en los tiempos que corren), y además parece una garantía de calidad bastante sólida. Y se habrá llevado a cabo sin que yo ejerza liderazgo alguno, y con una aportación por mi parte bastante raquítica.

¿Entonces por qué me imputan falsamente ese papel principal? Puede que sea porque, debido a mi manía de criticar lo que no me gusta y a las múltiples enemistades que esto me ha granjeado, piensan que vincular el proyecto a mi persona lo desacredita. Me parece la opción más factible. Aunque tal vez confundan reivindicar con ansiar dirigir. Y no pueden estar más equivocados. Quienes opinamos sobre conductas de autoridades y sobre las autoridades mismas no solemos pretender suplantarlas, sino simplemente la corrección de lo injusto y la sustitución de los déspotas por buenos gobernantes y gestores...que no tenemos por qué ser nosotros, siendo nuestra única pretensión dar argumentos al resto para que se movilicen y arrimar el hombro dentro de nuestras posibilidades en el marco del trabajo colectivo. Eso nos diferencia de los serviles que lamen las botas de la autoridad siempre a cambio de un futuro beneficio personal.

En cualquier caso, todo esto es síntoma de una enfermedad social que arrastramos desde hace siglos. Está mal visto por los que mandan, pero también por parte de la población, que alguien defienda contundentemente sus ideas, que exhiba públicamente sus opiniones, que critique lo que no le gusta o que muestre abiertamente sus sentimientos ante desconocidos. Te acusan de exhibicionista, pequeño dictador, buscador de casito, conflictivo...cuando, en realidad, el miedo a hablar en público es lo anómalo, lo que nos coarta, lo que permite que los peores dominen lo público ante el silencio de la mayoría, lo que nos hace sentir solos y aislados, lo que nos impide organizarnos para mejorar la realidad, lo que magnifica nuestros problemas ante la falsa idea de que sólo nosotros los sufrimos y nada podemos hacer frente a ellos.

La libertad nace del conocimiento sobre uno mismo y sobre lo que le rodea. Y ese conocimiento se adquiere mediante la palabra, empezando por esos millones de palabras valiosas que se quedan apresadas en los labios y los dedos por el miedo a la crítica o la represalia. Nunca tengáis miedo a hablar, ni aquí ni en la vida real. Así se rompen los muros más altos y se encuentran los mayores tesoros. Estoy seguro de que sacaremos algo muy bueno de todo esto. Es tan cierto como que Israel es un Estado genocida que debe desaparecer.

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Menéame como entrenamiento para la vida real

Estos días se está debatiendo largamente sobre la configuración del ignore en Menéame. Algunos proponemos eliminarlo, mientras que otros quieren dejarlo como está y un tercer sector promueve un nuevo régimen para el ignore llamado "shadowben". Con ese nuevo sistema, si yo ignoro a alguien esa persona deja de poder leerme, apareciéndole cajetines grises en el lugar de mis comentarios, que serán totalmente inaccesibles para él. Es decir, que mi ignorador podrá replicarme, tirarme puyas y decir lo que le venga en gana sobre mí sin que yo pueda no ya reportarle, sino simplemente replicarle.

Los defensores de este sistema sostienen que busca prevenir el acoso contra usuarios y aislar a las víctimas del nocivo influjo de los acosadores-perseguidores. Curiosamente, algunos de ellos se pasan la vida leyendo a la gente que tienen en el ignore (incluso a usuarios que, según ellos, les acosan) y respondiéndoles. El surrealismo es tan extremo que uno de ellos se ha creado un script para poder leer a la gente que tiene en el ignore sin sacarles de él. Pero más allá de lo kafkiano de la situación, hay un problema subyacente que trasciende nuestra web y querría comentar.

En la vida real los enfrentamientos cara a cara, son inevitables. Un vecino sin educación que monta fiestas nocturnas, un jeta que se te cuela en la cola del supermercado, un jefe que te quiere imponer horas extras sin cobrar, un alcalde que se niega a arreglar el socavón que hay frente a tu casa...las situaciones son miles. La inmensa mayoría son conflictos sin riesgo de violencia física, pues los payasos que amenazan con ella suelen sentir pánico ante sus consecuencias tanto legales como extralegales. Pero, en cualquier caso, si no quieres que te pisen vas a tener que plantar cara ante bastante gente a lo largo de tu vida. Esto implica tener firmeza de carácter para mantenerte en tu sitio, y madurez para que te resbalen las críticas y desprecios que te lance tu rival, que evidentemente pretende hundirte para que te apartes de su camino.

Si eres incapaz de mantenerte frío ante los improperios que te lanza un friki anónimo desde internet ¿Cómo vas a enfrentarte a un mamón que tienes a dos metros? Evidentemente los insultos constituyen ataques contra el honor prohibidos por el Derecho, y nadie debería tolerarlos. Para reprimirlos están los admin. En mi caso, uno de los dueños de Menéame me llamó reiteradamente hiena, maltratador, acosador, psicópata, miserable, estafador...y aunque me reí mucho al verle tan exaltado, acabé reportándole por lo objetivamente intolerable de la situación. Y los admin actuaron strikeándole. Pero más allá de eso, he recibido múltiples críticas de usuarios cercanos a él y de haters míos.

Tóxico, manipulador, eres lo peor que le ha pasado a esta web, no eres trigo limpio...son frases que me dirigen asiduamente y que jamás me han hecho plantearme recurrir al ignore. Primero porque, cuando me las sueltan en un estado de enrabietamiento, me río abundantemente. Y segundo porque las asumo con naturalidad, en unos casos porque sé que forman parte del peloteo al dueño de la web que me llamaba hiena, y en otros porque, como cantaba Chávez con un sombrero mexicano, "no soy monedita de oro que a la vez le gusta a todos". No gustar a una parte de la gente es parte de la vida, y si se desahogan diciéndotelo, tampoco tiene sentido reprimirles, siempre que no caigan en el insulto. Y, seamos sinceros, si tenemos una autoestima y una fortaleza de espíritu básicas, lo que puedan despotricar contra nosotros desde un nick anónimo debería resbalarnos absolutamente. Si no es así, tenemos un problema, pero Menéame puede ayudarnos.

Entrénate opinando libremente en Menéame. Si rebaten tu postura con argumentos que parecen sólidos, valóralos. Pero si un friki te llama mala persona, tóxico, insensible, ególatra, narcisista, o incluso facha, sicario de Putin, otanista o proetarra...haz lo que yo hago cuando me voy a caminar por la mota del Río Segura y el perro de una finca me ladra. Exacto: seguir haciendo lo que hacías sin inmutarte. Aprende a ser indiferente a los exabruptos y críticas irrazonadas (si te divierte puedes responderle con ironía, y seguramente verás que, para él, ser objeto de expresiones menos agresivas que las que te dirige implica acoso, maltrato e insultos atroces). Aprende a creer en ti mismo y en tus decisiones. Renuncia al ignore. Y cuando las paridas de todos esos frikis te resbalen por completo, habrás dado un paso importante para enfrentarte con éxito a tanto hijo de su madre que pulula por la vida real.

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El negocio del comercio con falsas ilusiones: onlyfans y otros camelos

Hace años me explicaron en profundidad lo que es onlyfans, y en ese momento me di cuenta de cómo el negocio del comercio con falsas esperanzas está más vivo que nunca. Ciertamente esta clase de comercio siempre ha movido billones de dólares. Religiones, gurúes que se inventan rollos sobre espíritus y energías...ofrecer caminos y salvaciones basados en camelos inexistentes (previo paso por caja) ha enriquecido y enriquece a muchos, pues bastante gente no se atreve a asumir que somos materia, que muy probablemente nos desvanezcamos en la nada cuando muramos y que, en cualquier caso, el camino a la felicidad no está en cuentos para niños, sino en el autoconocimiento y el fortalecimiento de la personalidad, el carácter y las cualidades de uno mismo...y, sobre esa base, en la cooperación con nuestros semejantes para mejorar la realidad.

Pero admito que lo de onlyfans me dejó especialmente descolocado ¿Pagar por porno con la cantidad de pornografía gratis que hay en internet? ¿Pagar por ver imágenes en una pantalla cantidades que, si las vas sumando, te permitirían tener un encuentro real e infinitamente más satisfactorio con una profesional del sexo (a no ser que pagar por sexo te parezca demasiado triste y sórdido)? ¿Cuál es el secreto? Pues según me han dicho, el secreto está en que quienes pagan sueñan con que la chica titular de la cuenta de onlyfans se fije en ellos gracias a la donación y se anime a conocerles. Increíble pero cierto.

Si algo nos han enseñado los siglos es que el amor y el deseo no pueden comprarse. Ni con dinero, ni con favores. Es algo que o nace espontáneamente, o no existe ni existirá, pues toda la buena voluntad del mundo y todas las riquezas de la tierra no pueden crearlo de la nada. Pocas cosas resultan más siniestras y penosas que aquellos matrimonios de conveniencia entre una pobre chica (la mayoría de las veces obligada) y un anciano que esperaba camelarla con sus millones. Partiendo de estas enseñanzas, resulta increíble que haya gente que se gasta cientos de euros en onlyfans a día de hoy.

Y es que aceptar la verdad es difícil. Aceptar la muerte, la potencial impotencia, el desamor, las toneladas de esfuerzo y sufrimiento que te puede llevar intentar conquistar un sueño sin tener garantía alguna de lograrlo. Pero aceptar la verdad y ser realista es la premisa inexcusable para vivir con una dignidad elemental y tener una oportunidad real de alcanzar la verdadera felicidad.

Ningún ángel o espíritu te va a subir a la montaña que deseas alcanzar si rezas mucho o quemas incienso, pero tus piernas pueden permitirte alcanzarla si las ejercitas lo bastante. Ninguna donación o regalo pagafantero te va a regalar el corazón de una modelo (que por otra parte puede ser mortalmente aburrida debido a su probable falta de neuronas, en cuyo caso mal negocio habrías hecho), pero si confías en ti mismo y ejercitas carácter, mente y cualidades puedes resultar verdaderamente atractivo para alguien que sea para ti. Nadie te va a regalar tus derechos como trabajador o como ciudadano por bonitos que sean los discursos políticos, tendrás que ganártelos votando, movilizándote y denunciando.

La realidad es dura, pero puede ser hermosa si te esfuerzas por cambiarla. Ser marioneta de quienes mueven el negocio de las falsas ilusiones es, simplemente, deprimente, destructivo y patético.

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Nace el sub "Siénteme"

Las finalidades de este sub son muchas. Desahogarte si estás pasando un mal momento y compartir tu pena. Enriquecer y dar fuerzas a otros usuarios hablándoles sobre cómo superaste momentos terribles de tu vida. Pedir y dar consejo sobre cualquier aspecto vital, sentimental, familiar, sea trascendente o una mera anécdota. Reflexionar sobre el sentido de tu vida o de la vida en general...en definitiva, crear un espacio donde, a diferencia de lo que pasa en instagram o facebook, todos podamos mostrarnos sin nuestras máscaras cotidianas, abrir el corazón, reconfortarnos y aprender los unos de los otros.

Todos llevamos una máscara más o menos asfixiante en el día a día. A veces, todos tememos abrirnos y mostrar nuestras vulnerabilidades y flaquezas. Todos creemos, en algún momento, que el mundo se nos ha caído encima y nada podrá sacarnos del cráter que ha generado. Y todos sabemos que compartir sincera y honestamente lo que sentimos puede ayudarnos y ayudar a otros. Pero muchas veces tenemos miedo al qué dirán, o pensamos que no hay nadie dispuesto a escucharnos. En este sub puedes quitarte tu máscara, sustituirla por la de tu avatar en Menéame y usar ese personaje para gritar, llorar, hablar, compartir, reflexionar y abrir tu corazón sin ninguna cortapisa. Pasa y cuéntanos. Estás en tu casa.

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Esclavos por el miedo al dolor: vejez, muerte y vida pusilánime

Hace un rato leí una discusión sobre el futuro de las personas mayores, en un contexto como el actual donde los hijos cada vez son más tendentes a meterles en residencias cuando no pueden valerse por sí mismos. Ciertamente hay casos en los que el cuidado del anciano no puede asumirse ni con un asistente doméstico, ni con el apoyo de su familia, y en tales supuestos no queda otro remedio que la residencia. Lo terrible es meterles allí cuando gozan de la suficiente autonomía para conservar su vida con la ayuda de una tercera persona. Y es síntoma de un problema más grave en nuestra sociedad.

Presión en el pecho, noches de insomnio rumiando pensamientos tenebrosos, percepción de que estás tan débil que podrías romperte, rabia e impotencia al ver (por ejemplo) el sufrimiento de un ser querido, o una parálisis difícil de vencer ante situaciones que te obligan a enfrentarte a amenazas importantes. O simplemente fastidio por tener que renunciar a cosas placenteras. Son sensaciones que se soportan mejor con el apoyo de otros, pero que en cualquier caso resultan muy desagradables y pueden llegar a herirnos profundamente, sobre todo cuando se prolongan en el tiempo y sabes que permanecerán por un largo periodo.

Son sensaciones que sufre quien cuida de un familiar enfermo o dependiente, o quien lucha por sus derechos contra alguien con muy mala leche y capacidad para destrozarle. Son sensaciones inevitables si queremos conservar nuestra humanidad, aunque desde no pocos altavoces se nos diga que sufrir no es una opción, y que debemos apartar de nuestra vida todo aquello que choque con una concepción radicalmente hedonista de la misma, desde la certeza de que algún día moriremos al enfrentamiento con quien pretende pisotearnos. Son sensaciones imprescindibles para no ser peleles sin alma. A diferencia de lo que se predicaba hace 100 años, el sufrimiento no santifica, y sólo un idiota o un masoquista sufriría gratuitamente. Pero hay situaciones en las que resulta imprescindible para construir cosas hermosas y esenciales. Tan hermosas y esenciales como la conquista de derechos o dar algo de luz a los últimos días de un padre.

Se da la paradoja de que, si no somos psicópatas, la huida del sufrimiento deriva en otra fuente de padecimiento emocional. Sacar (pudiendo evitarlo) a tus padres de su casa y meterles en una institución con enfermeros que tienden a hablarles y tratarles como si fueran niños (es una de las cosas que más grima me dan cuando tengo que ir al hospital o lugar análogo), lejos de todo lo que conocen, de su vida, su ambiente y su familia... genera un evidente cargo de conciencia. La solución que se nos propone es no pensar, mirar para otro lado y olvidar lo que hemos hecho. Como con tantas cosas ¿Que tu jefe te putea obscena e ilegalmente en el trabajo? Atrófiate las neuronas en tu tiempo libre en vez de plantarle cara. Una huida eterna hasta nuestros últimos días (que, si no nos suicidamos antes, también se darán en una fría residencia, obviamente).

Los ancianos merecen acabar sus días en su casa y con los suyos (salvo que, reitero, su nivel de deterioro obligue a ingresarles en una institución por ser imposible atenderles en casa). Es de justicia devolverles los años, el sufrimiento y el gasto económico que nos han dedicado para darnos lo que tenemos. La justicia es, por sí misma, una razón incontestable, pero si aparte mantenemos un vínculo afectivo con ellos, la idea de verles apagarse entre extraños debería representar otra razón de peso. Y sufriremos en el proceso, esto es innegable, pero la vida no puede concebirse sin sufrir por aquello que merece la pena. Quien no está dispuesto a hacerlo, acaba convertido en esclavo de sí mismo y de aquel que, siendo más fuerte o teniendo más capacidad para soportar el dolor, le reta a luchar contra él o someterse a sus deseos. Lamentablemente, este pánico al sufrimiento es uno de los principales hándicaps de nuestras sociedades, una rémora que nos envilece y nos vuelve pusilánimes...e indefensos ante los malos.

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¿Normalización o resignación? A propósito de los clics en noticias sobre corrupción o masacres

Desde hace ya bastante tiempo he percibido un notable descenso de interés sobre noticias que antes causaban un gran impacto entre los meneantes, impacto que se materializaba en un gran número de meneos pero sobre todo de clics. Hablo de noticias del tipo "Israel masacra a 60 palestinos en un bombardeo", "una pareja de ancianos es desahuciada por un fondo buitre" o "el alcalde de X investigado por colocar a su amante en un puesto de trabajo fantasma con sueldo de 80.000 euros anuales". Paradójicamente, son noticias que aún reciben bastantes meneos, pero muy pocos clics, llegando a suceder que acaben teniendo más votos que visitas, lo cual evidencia que interesan bastante poco.

Esto sucede a la vez que el número de manifestaciones e iniciativas reivindicativas desciende drásticamente en el mundo real, y los partidos a la izquierda del PSOE se hunden tanto que, entre Sumar y Podemos, alcanzan a duras penas el 10% de los votos ¿Hemos normalizado la injusticia hasta insensibilizarnos y considerarla irrelevante, o más bien nos hemos resignado? ¿Hemos llegado a la conclusión de que no podemos cambiar la realidad y por eso, resignados, preferimos mirar hacia otro lado para que no nos hiera, ya que consideramos estéril el mal rato que nos harán pasar estas noticias? Yo creo que la verdadera causa de todo esto es la resignación, motivada por diversas causas, entre las que destaco éstas:

-Agotamiento ante la inutilidad de las manifestaciones y protestas públicas tal y como las concebimos, unido a la ausencia de estrategias para forzar conquistas sociales. Seamos francos, manifestarse una vez al mes e incluso a la semana no es suficiente. Puede servir para mantener la moral de la gente alta durante un tiempo, para hacerle sentir que no está sola y para que el poder político vea que hay muchas personas en contra de algo. Pero si las autoridades se encastillan, el paso del tiempo y la falta de resultados agotará a los manifestantes.

Otra cosa, por su impacto verdaderamente fuerte en el la realidad, serían una huelga general indefinida o actos de desobediencia civil masiva, o incluso estrategias globales que pasen por denunciar todo lo denunciable simultáneamente a nivel judicial, a nivel mediático y a nivel europeo, o la creación de partidos políticos que participen en el juego electoral con el exclusivo fin de convertir en ley las demandas populares...y que sean ejemplares. No basta con protestar indefinidamente: hay que crear estrategias para resolver los problemas del modo más rápido y eficaz, y que al menos lleven a sentir al personal que se están haciendo cosas útiles y lográndose pequeñas victorias. Si no, la gente se desanima y tira la toalla.

-Falta de ejemplaridad de los partidos surgidos del 15M. Purgas, camarillas, personalismos, enchufes de novios y familiares, sectarismo y satanización de toda disidencia, destrucción de la democracia interna, propaganda barata que toma al votante de izquierdas por alguien que comulga con ruedas de molino porque el líder lo dice, encubrimiento de las fechorías de gente más salida que el pico de una mesa...todas estas cosas han desacreditado a estos partidos y han facilitado mucho el trabajo a las élites políticas, mediáticas y económicas que querían destrozar su reputación. Del PSOE no digo nada porque todos sabemos lo que es y lo mucho que se parece al PP, sobre todo si lo dejan solo.

-Habilidad y poderío mediático de la ultraderecha para canalizar la rabia de la gente. La mente humana es sumamente compleja. Amplísimas capas de la población no llegan a fin de mes, sufren explotación laboral o se indignan ante la corrupción y privilegios de tantos prebostes políticos...y eso deriva en una profundísima frustración. Si un Goebbels de mercadillo pero avalado por potentes altavoces en medios y redes sociales, te ofrece una salida para canalizar tu rabia y sentir que te enfrentas a los causantes de tus males, el deseo de revancha y restauración pueden prevalecer frente a tu parte racional, y generar un autoengaño donde admites que tu vida es un desastre por los menas, las feminazis y las élites globalistas que ponen chips en las vacunas para volvernos gays...aunque en el fondo sabes que es mentira.

Si no hay ninguna alternativa solvente para contrarrestar la propaganda ultra y ofrecer un proyecto de lucha y progreso social, honesto, práctico y valiente, la resignación seguirá creciendo y la apatía fruto de la desesperanza acabará carcomiendo los ya endebles muros que, de momento, contienen a la alianza PP-Vox.

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