La belleza de la palabra
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Poema - "Volar sin alas"

Poema - "Volar sin alas"

Volar sin alas

Es posible volar sin tener alas

y nadar sin necesidad de ser un pez

Puedo sentarte frente a mi mientras me tapo

los ojos con las manos,

y hasta sentir que te toco, aunque no estés aquí.

Pero, como podría, sin ser Neruda,

decirte lo que quiero decirte

y que lo oigas como quiero que lo oigas

De vez en cuando me digo:

quizás es cierto que nos conocemos desde hace siglos

y me subo al delirio y me relamo

y hasta creo recordar nuestros caminos desandados

y aquellos maestros compartidos:

El arte de amar…

El principito…

Y aquel hermoso libro, el de La casa redonda,

que alguna vez

debimos leer juntos.

Y un minuto después, ya estoy diciendo:

no puede ser verdad.

Nunca exististe,

y si exististe, jamás nos encontramos.

Porque si todo fuera como yo imagino,

jamás podría perdonarte

tu inoportuno y absurdo silencio

de estos últimos 50 años.

Marta Bujó

Antología de un tiempo que no fue



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Poema - "El francotirador"

Abro el periódico

y ahí está.

Lo recuerdo,

solía sentarse

en los últimos pupitres.

Nunca llegamos a ser grandes amigos.

La semana pasada

el del tercero,

y ahora él.

Llega el camarero con el café.

El francotirador

anda cerca, le digo.

Karmelo C. Iribarren

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Poema - "Cantos de vida y añoranza"

Estos tiempos eufóricos

de proclamas

y consignas,

acabarán también

formando parte

-junto a los viejos amores, las guerras,

y demás causas perdidas-,

de cualquier

conversación de bar.

El trayecto, breve, suele ser

siempre el mismo:

de la esperanza

a la melancolía.

Karmelo C. Iribarren

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Lo imprescindible

Uno aprende que lo imprescindible

no eran los libros

no eran los discos

no eran los gatos

no eran los paraísos en flor

derramándose en las aceras

ni siquiera la luna grande -blanca-

en las ventanas

no era el mar arribando

su rumia rompedora en el malecón

ni los amigos que ya no se ven

ni las calles de la infancia

ni aquel bar donde hacíamos el amor con la mirada.

Lo imprescindible era otra cosa.

Cristina Peri Rossi

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Ella (Oliverio Girondo)

Ella

Es una intensísima corriente

un relámpago ser de lecho

una dona mórbida ola

un reflujo zumbo de anestesia

una rompiente ente florescente

una voraz contráctil prensil corola entreabierta

y su rocío afrodisíaco

y su carnalesencia

natal

letal

alveolo beodo de violo

es la sed de ella ella y sus vertientes lentas entremuertes que

estrellan y disgregan

aunque Dios sea su vientre

pero también es la crisálida de una inalada larva de la nada

una libélula de médula

una oruga lúbrica desnuda sólo nutrida de frote

un chupochupo súcubo molusco

que gota a gota agota boca a boca

la mucho mucho gozo

la muy total sofoco

la toda ¡shock! tras ¡shock!

la íntegra colapso

es un hermoso síncope con foso

un ¡cross! de amor pantera al plexo trópico

un ¡knock out! técnico dichoso

si no un compuesto terrestre de líbido edén infierno

el sedimento aglutinante de un precipitado de labios

el obsesivo residuo de una solución insoluble

un mecanismo radioanímico

un terno bípedo bullente

un ¡robot! hembra electroerótico con su emisora de delirio

y espasmos lírico-dramáticos

aunque tal vez sea un espejismo

un paradigma

un eromito

una apariencia de la ausencia

una entelequia inexistente

las trenzas náyades de Ofelia

o sólo un trozo ultraporoso de realidad indubitable

una despótica materia

el paraíso hecho carne

una perdiz a la crema.

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Poema para... alguien (Goytosolo)

Tú no puedes volver atrás 

porque la vida ya te empuja 

como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir 

con la alegría de los hombres 

que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada 

te sentirás perdida o sola 

tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán 

que la vida no tiene objeto 

que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate 

de lo que un día yo escribí 

pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás 

como a pesar de los pesares 

tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer 

así tomados, de uno en uno 

son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti 

cuando te escribo estas palabras 

pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás 

tu futuro es tu propia vida 

tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas 

que les ayude tu alegría 

tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate 

de lo que un día yo escribí 

pensando en ti 

como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes 

junto al camino, nunca digas 

no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás 

como a pesar de los pesares 

tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección 

y este mundo tal como es 

será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte 

nada más pero tú comprende 

que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate 

de lo que un día yo escribí 

pensando en ti como ahora pienso

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El miedo y el mono (William Burroughs)

El miedo y el mono (William Burroughs)

Turgente picazón y el perfume de la muerte

En el susurrante viento del sur

Un aroma de abismo y vacío

El Oscuro Ángel de los vagabundos aúlla a través del apartamento

Con enfermo aroma dormido

El sueño de la mañana de un mono perdido

Nacido y silenciado bajo viejos caprichos

Con pétalos de rosa en frascos cerrados

El miedo y el mono

El sabor amargo de la verde fruta del amanecer

El lechoso aire condimentado con vientos alisios

Carne blanca mostraba

Sus jeans eran tan viejos

Sombras de piernas junto al mar

Luz de la mañana

En el cielo la luz de una pequeña tienda

En el olor a vino barato en el barrio de los marineros

En la fuente sollozando en los patios de la policía

En la estatua de piedra enmohecida

En el pequeño niño silbando a los perros callejeros.

Vagabundos se aferran a sus casas desvanecidas

El pálido silbato de un tren perdido y amortiguado

En el nocturno apartamento el sabor del agua

Luz de la mañana sobre la carne lechosa

Turgente picazón de mano de fantasma

Triste como la muerte de los monos

Tu padre una estrella fugaz

Hueso de cristal en el aire

Cielo nocturno

Dispersión y vacío.

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Poema de amor ( Oliverio Girondo)

Se miran, se presienten, se desean,

se acarician, se besan, se desnudan,

se respiran, se acuestan, se olfatean,

se penetran, se chupan, se demudan,

se adormecen, se despiertan, se iluminan,

se codician, se palpan, se fascinan,

se mastican, se gustan, se babean,

se confunden, se acoplan, se disgregan,

se aletargan, fallecen, se reintegran,

se distienden, se enarcan, se menean,

e retuercen, se estiran, se caldean,

se estrangulan, se aprietan se estremecen,

se tantean, se juntan, desfallecen,

se repelen, se enervan, se apetecen,

se acometen, se enlazan, se entrechocan,

se agazapan, se apresan, se dislocan,

se perforan, se incrustan, se acribillan,

se remachan, se injertan, se atornillan,

se desmayan, reviven, resplandecen,

se contemplan, se inflaman, se enloquecen,

se derriten, se sueldan, se calcinan,

se desgarran, se muerden, se asesinan,

resucitan, se buscan, se refriegan,

se rehuyen, se evaden, y se entregan.

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Luis (de disco "Lo camin del solelh")

Oigan ustedes señores

Con atención,

Una canción que dice

En español,

Como empieza una vida

En Aragón

Y se acaba el camino

En tierras d'Oc.

Terribles los inviernos

En pueblo de la torre

Infierno los veranos

Donde está el rebaño ?

Que triste estoy Luis.

Luis, vamonos pa'francia

Y alli trabajando

Tendremos dinero

Pa'levantar casa cuando

Volvamos aquí.

Entre viñas y olivos

Van corriendo los años

- « Es casi nuestra lengua

La que aquí se habla :

Contenta estoy Luis. »

Lui, iremos a España

Y allí descansando

Alegres los nuestros

Nos olvidaremos el tiempo

perdido aquí.

Solo en los cuentos

Todo bien se acaba :

El dios de la injusticia

A Francia ha dejado

Mi abuelo Luis.

Luis heredé tu sueño

Cambiará España

Entonces cantando

Levantaré casa cuando

Volvamos alli.

Claudi Martí

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Poema - "Café de ausencias"

De vez en cuando,

serás mi café de ausencias,

tú y tu voz de mil tierras,

el recuerdo al que recurra

para herir de nostalgia mi noche,

para no conciliar el sueño.

Juan Ortiz

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Poema - "Evanescencia"

Al despertar

de la siesta

-todavía un instante-,

la sensación de haber soñado

que un mundo mejor,

más habitable,

más humano,

era posible.

Pero fue abrir los ojos

y olvidar los detalles.

Karmelo C. Iribarren

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Las plazas

En las plazas

los niños juegan

y los viejos hacen un alto

en su peregrinar hasta la hora

del almuerzo.

es una imagen

urbana, agradable,

que, dependiente

del día que tengas,

el tiempo

-con su didactismo barato-

ensucia

a veces

con una sombra

de melancolía:

¡pasa tan rápido la vida!

en estos casos

-como si te conociesen-

aparecen

los gorriones

con su traje

de hace siglos

y sus escaramuzas

entre sus zapatos,

y tiran

otra vez de ti

hacia la luz.

Karmelo C. Iribarren

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Duende jocoso

El azar.

Ese duende jocoso de sonrisa eterna,

mezcla de maldad y bondad perpetua,

ajeno a todo lo humano y lo divino.

Nos cruzamos aquella tarde sin destino,

bajo paraguas y lluvias.

Tú no tenías que estar allí,

yo ni siquiera sé por qué pase por allí,

simplemente pasé sin querer pasar,

sin querer estar.

Y te miré

y me miraste.

Ojos sencillos bajo lluvia silenciosa,

chaparrón de sensaciones,

en silencio.

Y el agua caía.

Pasé de largo y tú pasaste de corto.

El azar.

(Junio de 2017)

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Poema de Paul Laverty sobre Gaza. Tiza

TIZA

Tiza.
¿Te has parado a pensar en ella desde que dejaste la escuela?
La tiza es blanda,
está hecha de trocitos
de conchas de calcita y esqueletos de plancton.
Fáciles de machacar.
La arrastra la lluvia.
¿La arrastrarán las lágrimas?
Los niños son blandos,
están hechos de huesos (proteína, colágeno, minerales, sobre todo calcio).
Fáciles de machacar.
Gaza es una bola de nieve,
el Mundo contempla su interior.
Los copos son esquirlas de metralla,
los puntitos de dentro
se amontonan formando cúmulos,
como hormigueros.
¿Sientes el calambre en la boca del estómago
por la mañana cuando enciendes la pantalla
y las cifras se disparan?
¿Te vas a la cama y no duermes
porque lo único que ves en la oscuridad
son miembros retorcidos bajo los escombros,
labios resecos y agrietados que supuran gemidos ahogados,
una muerte lenta que no le desearías ni a un perro?
¿Sientes la rabia que te sacude el cuerpo,
te desgañita el alma,
te hierve el cerebro a mayor temperatura
que las armas de fósforo que hace EEUU
(recuerdas los 172.000 millones del Tío Sam
que infundieron vida en el Apartheid)
cuando Biden, Sunak,
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Poema - Los sueños

Lo fueron todo

y ya los ves ahora,

abatidos por los días iguales,

como pasquines en los charcos.

Vivir

se reduce a esquivarlos.

Karmelo C. Iribarren

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Estados de  ánimo - Mario Benedetti

Estados de ánimo - Mario Benedetti

Unas veces me siento

como pobre colina

y otras como montaña

de cumbres repetidas.

Unas veces me siento

como un acantilado

y en otras como un cielo

azul pero lejano.

A veces uno es

manantial entre rocas

y otras veces un árbol

con las últimas hojas.

Pero hoy me siento apenas

como laguna insomne

con un embarcadero

ya sin embarcaciones

una laguna verde

inmóvil y paciente

conforme con sus algas

sus musgos y sus peces,

sereno en mi confianza

confiando en que una tarde

te acerques y te mires,

te mires al mirarme.

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Poema - Los espejos

No los domésticos,

estratégicamente dispuestos

para que te digan siempre

lo que quieres oír,

sino los otros,

los que no tienen dueño,

los de los bares,

los de los comercios,

los de los vestíbulos de hotel,

esos son los que te dicen la verdad:

que no eres nada, nadie,

en realidad,

solo uno más

que pasaba por allí.

Karmelo C. Iribarren

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La canción de Aengus el vagabundo, W. B. Yeats

La canción de Aengus el vagabundo, W. B. Yeats

Eché a andar por el bosque de avellanos

porque sentía un fuego en la cabeza,

y corté y descortecé una rama

y le até una baya con un hilo;

y cuando echaron a volar mariposas blancas

y se alejaron como estrellas titilantes,

la dejé caer en un arroyo

y pesqué una pequeña trucha plateada.

Tras haberla dejado en el suelo

fui a avivar con mi aliento la llama,

pero algo crujió en el suelo

mientras alguien pronunciaba mi nombre.

Se había convertido en una joven resplandeciente,

y con flores de manzano en el cabello,

que me llamó por mi nombre y echó a correr

perdiéndose en el aire destellante.

Aunque envejezca en mis vagabundeos

por hondonadas y colinas,

alguna vez volveré a encontrarla,

y tomándola de las manos, la besaré en los labios,

y caminaremos entre largas hierbas multicolores,

y cosecharé hasta el final del tiempo

las plateadas manzanas de la Luna

y las manzanas doradas del Sol.

Angelo Branduardi - La canzone di Aengus, il vagabondo

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Perdido (2010)

Un corazón perdido

en un camino nuevo

donde nadie sabe dónde ir

porque camino es sendero.

Un sendero que puede llevar

a ninguna parte.

A ninguna parte.

Miedo.

Corazón.

Qué miedo nos trae vivir

cuando la vida es tan corta.

Mira esos aviones,

escucha ese sonido,

esconde tu cuerpo,

tu corazón.

Guerra.

Qué miedo.

Amar no significa nada

cuando tu vida se rompe

en pedazos. Guerra.

Y ya no hay nada que sentir.

Mi corazón late un poco,

todavía.

Ahora menos.

Y ahora nada.

Guerra.

Muerte.

Un corazón perdido.

(ContinuumST. 2010.)

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Poema - "Los mejores de la raza"

No hay nada que discutir, 

no hay nada que recordar, 

no hay nada que olvidar, 

es triste y no es triste, 

parece que,

la cosa más sensata 

que una persona puede hacer, 

es estar sentada 

con una copa en la mano. 

Charles Bukowski

Biografía

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Poema - "No sé por qué me quejo"

Poema - "No sé por qué me quejo"

No sé por qué me quejo porque al fin estoy sola.

Y el placer de tirar la ceniza en el suelo,

sin que nadie te riña,

y untar pan en la salsa

y beberse los posos,

y limpiarse la boca con el dorso de la mano,

cantar al vagabundo porque al fin fue valiente,

ir matando los besos como si fueran piojos,

beber blanco,

pronunciar ciertas frases,

decir ciertas palabras,

exponerte a que un día te borren de la nómina...

No debiera estar seria

pues vivo como quiero,

sólo que a veces tengo

un leve sarpullido.

Gloria Fuertes

Biografía



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Poema - "Qué extraño mecanismo el de la vida"

Cuántas historias a punto de pasar

que pasaron de largo

que fuese esta posible.

Qué extraño mecanismo el de la vida.

Y el cielo, con esos vientos grises

que se llevan la lluvia a otros paisajes

o ese sol de justicia

que achicharra los campos,

qué indiferente a todo.

Da vértigo pensarlo.

Pensar

que todo pudo suceder de otra manera,

que tú, perfectamente

podrías ahora no estar a mi lado.

Karmelo C. Iribarren, “El escenario”

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15 haikus de Jack Kerouac

15 haikus de Jack Kerouac

Jack Kerouac fue un novelista y poeta nacido en Lowell, Massachusetts, en 1922. Se unió a la Marina Mercante de Estados Unidos en 1942, donde escribió su primera novela, El mar es mi hermano, que no fue publicada hasta 2011, ya que él mismo la describió como un fracaso. Está considerado como uno de los principales representantes de la Generación Beat junto con autores y autoras como Allen Ginsberg, William S. Burroughs, Gregory Corso, Philip Lamantia o Denise Levertov. A pesar de ser enemigo declarado de las etiquetas, el término Beat Generation fue inventado por el propio Kerouac durante una conversación con Herbert Huncke, haciendo referencia a alguien con poco dinero y pocas perspectivas.
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Poema: Soledad (de Diario de un poeta recién casado)

En ti estás todo, mar, y sin embargo,

¡qué sin ti estás, qué solo,

qué lejos, siempre, de ti mismo!

Abierto en mil heridas, cada instante,

cual mi frente,

tus olas van, como mis pensamientos,

y vienen, van y vienen,

besándose, apartándose,

con un eterno conocerse,

mar, y desconocerse.

Eres tú, y no lo sabes,

tu corazón te late y no lo sientes...

¡Qué plenitud de soledad, mar solo!

Juan Ramón Jiménez

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Poema - El error humano

Llevamos cometiendo

los mismos errores

desde el origen remoto

de la especie.

No parece haber

remedio para esto:

ni humano,

ni divino.

Y me pregunto,

si la única solución posible,

no estará precisamente ahí,

en seguir cometiéndolos

hasta sus últimas consecuencias,

en tensar esta locura

hasta más allá del límite,

hasta que desaparezcamos todos

de la faz de la tierra,

en un festín brutal

de sangre y semen

de una maldita vez y para siempre.

Karmelo C. Iribarren, "Seguro que esta historia te suena"

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