Gracias a que @Suriyakmaps ha dedicado un gran esfuerzo a generar este mapa, podemos ver ahora la evolución real, en ganancias y pérdidas de territorio, de la guerra de Ucrania desde 2022 hasta hoy.

La línea rosa marca el frente en Octubre de 2022. Como se puede apreciar, en aquel momento los rusos controlaban la ciudad clave de Izium, y un buen pedazo de territorio al Oeste del Dnieper, incluida la ciudad de Jersón. Hay otra línea de color muy similar, más atrás, que nos dice a dónde se retiraron lso rusos tras la ofensiva ucraniana de aquel otoño.
La línea naranja marca el frente en Diciembre de 2023, tras la exitosa contraofensiva ucraniana que expulsó a los rusos al Este del Dniéper y hasta el río Oskil, y los escasísismos avances de aquel año.
La línea roja, marca el frente en diciembre de 2024. Todo lo que sobresale de esa línea son las conquistas rusas de 2025.
Como puede observarse, los avances rusos son minúsculos, casi insignificantes, y ni siquiera han compensado las pérdidas que sufrieron a finales de 2022. Sin embargo, cuando está cerca de cumplirse el cuarto año de guerra, cada vez está más claro que la pretensión de los rusos no es conquistar más terreno, sino destruir al ejército enemigo hasta que, por agotamiento, colapse y permita un gran avance en poco tiempo.
Los que dicen, o decimos, porque a veces soy de esa mima opinión, que los rusos van ganando la guerra, no se refieren a sus grandes logros territoriales, que insisto en que son birriosos, sino en el hecho de que se producen en las zonas más densamennte fortificadas. Por es emotivo Putin siempre pide, a cambio de la paz, que se le entreguen determinados territorios que no ha podido conquistar todavía y que le puede llevar años conquistar, si es que lo consigue.
Por otro lado, parece claro que los ucranianos han perdido, de momento, cualquier capacidad de reconquistar lo perdido, y que sus pérdidas, tanto humanas como de material, se están volviendo cada vez más difíciles de reemplazar.
Así las cosas, y en el escenario de una guerra de desgaste pura, este mapa nos dice que Putin está completamente decidido a no llegar a absolutamente ningún acuerdo, y menos aún de alto al fuego, porque un alto al fuego desbarataría ahora toda su estrategia de presionar a los ucranianos hasta que en algún momento se quiebren sus líneas, asentadas ya en territorio más llano y más difícil de defender. Por ejemplo, tras la caída de Pokrovsk, que tuvo lugar este último mes, hay ya muy pocas posiciones defendibles al Norte de esta ciudad, lo mismo que en el frente Sur, cerca de Guliaipolé, y es previsible que las cosas empeoren, y mucho, para los ucraninos, si no se llega antes a algún tipo de acuerdo.
Por todo esto, lamentablemente, no creo que sea posible llegar ahora a ningún tipo de paz. Ojalá me equivoque y alguien encuentre la manera de parar esta locura, pero los ucranianos no pueden aceptar la entrega de sus últimas posiciones bien fortificadas, y los rusos no pueden dejar que los ucranianos recuperen aire cuando su estrategia es ahogarlos hasta que desfallezcan.
Una mierda, ciertamente, pero creo que es lo que hay.
Publiqué hace poco un relato por estos lares con la intención de analizarlo y desmenuzarlo un poco, aprovechando que es mío y sé cuál fue el proceso de crearlo. Lo sé más o menos, vaya, porque a veces es más fácil descubrir los cosidos de un trabajo ajeno que del propio.
La cuestión es que en mi relato, al contrario de lo que @ContinuumST y yo predicamos en anteriores entregas, se dice muy poco del personaje. Se habla de su edad, y se habla de su profesión, dos datos completamente insuficientes para trazar un carácter. ¿Y por qué lo hice así? Porque en realidad ni el personaje ni la historia tenían importancia, y que mi intención era centrarme en una idea, o sensación: la pérdida y su descubrimiento. Es decir, no tanto la pérdida como el modo en que la pérdida se hace presente en nuestra vidas.
En el sitio donde almaceno los apuntes de mis relatos, había dos opciones: o la que véis en este relato, o el tío que vuelve solo a casa después de que lo haya dejado su novia. El trauma no es tanto la separación como volver sólo a casa. Y hay que saber escribir al tío que mejor vuelve solo, y de eso estamos hablando aquí: la historia, en esta modalidad de relato, es la que describe al personaje, y el personaje es el que encarna la idea, porque la idea es el único y verdadero núcleo del relato.
"Un hombre sentado en un banco bajo la lluvia mira su reloj y espera. Tiene unos cincuenta años y va vestido de oscuro, con un traje a la vez anticuado y flamante"
Como veis, no me complico mucho más la vida y el motivo es que, para lo que queremos de él, que es que represente su papel de idea viviente, es irrelevante casi todo lo demás. E incluso se podrían reducir y eliminar cosas, pero cada cual tiene su término medio.
Más adelante, en el diálogo interior del protagonista, se ofrece su nombre y su profesión. El nombre es irrelevante, peor la profesión contribuye en este caso a incrementar la ironí, o el dolor de lo que se va a contar.
"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el profesor Leandro Martínez había de recordar aquella tarde en que se puso a pensar estupideces bajo la lluvia porque no se atrevía a pensar en otra cosa."
Eso ya pertenece al tono y al registro, del que hablaremos más adelante, y en este caso es parte integrante de mi estilo. O sea, que no lo recomiendo ni como bueno ni como malo. Es cosa mía.
Y ahí se acabó la descripción del personaje. A partir de aquí, me centro en pequeñas circunstancias o hechos, que serán las que describan, al final, quién es el tío que está bajo la lluvia, qué le ha pasado, y por qué no podría ser de otro modo.
EL personaje no tiene por qué construir el relato. También puede ser al revés.
Es otra manera de hacerlo, y me apetecía comentarlo.
¡Salud!
«La droga es una inyección de muerte que mantiene al cuerpo en un estado de emergencia. Cuando el suministro se corta, las reacciones de emergencia continúan. Las sensaciones se agudizan, el adicto tiene conciencia del funcionamiento de sus vísceras hasta un punto que resulta incómodo, el peristaltismo y las secreciones son incontrolables. Independientemente de su edad, el adicto que se está desintoxicando puede caer en los excesos emotivos de un niño o un adolescente».
William Burroughs
menéame