Mientras el vehículo propagandístico del PP —rebautizado como Galicia non para! y paseado por todo el territorio como escaparate electoral— recorre pueblos y ciudades, miles de niños y niñas en Galicia siguen “tirados” en las paradas de autobús sin poder acudir a clase con normalidad. La paradoja es insultante: el presidente dispone de un autobús para su propaganda, pero no garantiza transporte escolar digno para el alumnado.