Stellantis tiene un nuevo jefe, pero sigue tan amenazante como siempre. En eso, parece que nada ha cambiado tras el adiós de Tavares. El consorcio de marcas ha lanzado una nueva advertencia, que puede acabar siendo su ruina: «Tengo dos soluciones: impulsar los coches eléctricos a lo loco o dejar de vender coches con motores de combustión. Y para eso, tendría que cerrar fábricas», porque Stellantis tendrá que pagar en torno a 2.500 millones de euros en multas de dos a tres años, así que amenaza con dejar de producir coches de gasolina