Al principio, solo algunos actores, conocedores de los movimientos entre bambalinas, son conscientes de lo que significa el final del sistema y corren a cubrirse con la compra de activos sólidos, frente a una devaluación del dinero. La compra de oro es el reflejo de este movimiento, pero también la subida de otros activos como las bolsas, el sector inmobiliario, las criptomonedas, y por último, las materias primas.