El exorcismo, una herramienta al servicio de los fieles que sufren por la acción del Maligno, debe ser realizado siempre bajo la dirección de un exorcista debidamente autorizado por la autoridad eclesiástica. Sin embargo, en los últimos años, ha aumentado el número de personas que, sin la preparación adecuada ni el mandato eclesiástico, han comenzado a ofrecer «liberaciones» que, en muchos casos, no solo son ineficaces, sino que pueden causar confusión y daño espiritual. La Asociación condena la actitud de aquellos que, sin formación o licencia