La pregunta es más sutil de lo que parece. No se trata de la libertad en sentido amplio, absoluto, sino de esa pequeña libertad de a diario, casi en pantuflas, que la gente como yo viene defendiendo contra toda clase de dictadorzuelos y censorcillos.
Y el caso es que no me considero mejor que nadie, y tampoco me cuesta reconocer que esa defensa de la libertad es parcial, interesada y hasta a veces retorcida. Bien sabéis que nunca he presumido de inmaculado.
La cuestión, y os pido que la penséis dos veces, es qué grupo reúne más veneno y mala fe: el de los que quieren hacer callar a los demás a fuerza de strikes, pensamientos únicos y consignas obligatorias, o los que tratan de escapar de esa opresión para cumplir su propio programa.
Porque lo cierto, amigos, es que amantes de la libertad en sí, de la libertad como concepto, van quedando tres o cuatro. Yo lo intento. Podría mencionar como mucho a cuatro o cinco meneantes más que lo intentan también. Ninguno lo conseguimos todos los días, y ninguno estamos exentos de pasarnos al bando de los interesados y los retorcidos en cualquier momento.
Con estas mimbres, ¿no será mejor que la posibilidad de hacer callara los demás sea el premio del poder, y nos dejemos de disfrazar la mona? Ahí está la batalla por el poder: el que que gane, aplasta al resto una temporada. Sin tapujos. Sin hipocresías. Sin inventar pretextos de mierda, como la incitación al odio, o no sé qué. Manda callar el que puede. Manda callar el que vence. Y el subcampeón a joderse.
Quizás, por un lado, no sería muy sano. Pero por otro nos vendría muy bien un encuentro tan sincero con la realidad.
Mientras tanto y no, seguiré defendiendo la libertad, pero no os fiéis mucho: sólo estoy esperando a que llegue mi turno de mandar callar a alguien. O no, pero es bueno que lo penséis... Es lo más sano.
Comentarios
Me parece que tienes razón en cuanto a que todos los grupos que aspiran a tener poder jamás soportan que nadie les contradiga o ridiculice, siempre intentan acallar a los demás y además lo hacen porque su censura sí es la buena. Eso sí, no soy tan negativo porque fácilmente puedes caer en un falso dilema o en encasillamientos.
Hablar de libertades es dificil porque trata de ponernos de acuerdo en dónde ponemos líneas rojas.
¡Madre mía!
El hombre este debe estar pelando cebollas todo el día.
Podréis quitarme la cuenta, pero nunca podréis quitarme LA LIBERTAAAAD (Braveheart).
Prefiero recibir un strike de pie que comentar siempre de rodillas.
No existe tal cosa llamada libertad. (ContinuumST, 2021)
"Libertad es poder"... que dijo Papá Noel hace ya tiempo...
Vae victis y justicia del vencedor...
La palabra subcampéon se suele usar como defensa del golpe militar del 36 y de las atrocidades cometidas por el franquismo.
Las cloacas del estado, bien financiadas, si constituyen un peligro real contra la libertad.
Los escraches surgieron en Argentina para avergonzar públicamente a asesinos, violadores, secuestradores y torturadores impunes por las leyes de punto final.
Las Madres de la Plaza de Mayo no han vencido, han convencido.
En España los escraches surgieron para denunciar la corrupción del sistema y las políticas austericidas.
El acoso a políticos, por sus ideas, no es escrache.
El derecho a la libertad de expresión no incluye injuriar y calumniar a las víctimas de delitos de odio, genocidios, represiones fascistas o de la violencia terrorista.
Victimiza quien, por ejemplo, causa lesiones con resultado de muerte a colectivos socialmente discriminados. También quien pretende excluir de la condición de seres humanos a los menas.
La libertad de expresión no está en peligro por los negativos o por los strikes que te lleves: La opinión no es sagrada.
No hay peligro de que la policía, o desokupa, vaya a tu casa, no eres un antisistema, ni estás en situación de riesgo social.
Y menos aun, por trolleitos sanos.