Ponso era parte de un grupo de 20 chimpancés que llegaron en 1993 desde Liberia para ser usados en experimentos sobre el cáncer. Con el paso de los años se adaptaron a su nuevo hogar, donde no eran molestados por otros humanos, y el padre de Germain, un pescador, fue entrenado para cuidar a los animales. A medida que me contaban la historia, iba teniendo la sensación de haberla escuchado antes, así que llamé a mi colega de trabajo, el fotógrafo Issouf Sanogo, que me ayudó a refrescar la memoria: en 1990 hicimos un reportaje sobre el parque…
Comentarios
Una historia y unas fotos intensas. Gracias #0
#9 Solo si no llevan las cejas depiladas y tienen recién hecha la cera.
Nos acercamos a la isla en canoa pero, como gran parte de los marfileños, la mayoría no sabíamos nadar.
Algo me dice que no solo caen chimpancés como churros en Costa de Marfil.
Este tipo de reportajes son los que más me gustan ! Es una lástima lo que se ha hecho con los animales sacandolos de su ambiente y experimentando con ellos, pero estos al menos han estado en libertad.
Gracias por este aporte.
#2 #2 no si tal, dejamos que muera gente pudiendo evitarse...
La investigación con animales es fundamental para el avance de la ciencia.
#3 Ya lo sé hombre ! Pero no deja de ser una penita...
#3 ¿Has visto el planeta de los simios?
#5 ¿ Te gustan las películas de gladiadores ?
Significativa la parte en la que "humanamente" le llevan dos colegas para que se hagan amiguitos con un resultado digamos que regulero.
#7 Los chimpancés, cuando se ponen a ello, son unos auténticos bestias, genocidios incluídos.
#7 ¿No será Ponzo, el chimpancé superviviente, un asesino en serie? En un principio vivían unos 20, pero no se sabe cómo fueron muriendo todos.
"Comprendimos que este primate, que comparte un 90% de sus genes con los humanos, es un animal que necesita cariño, cuidado y amor."
Como todos los seres vivos de este planeta, compartan o no genes con los humanos.