"Pronto conoceremos el conjunto de negligencias técnicas que hicieron posible la tragedia, pero la primera y definitiva negligencia fue paterna. Mi suegro no compró las entradas para ver al Boss porque el jefe de su familia era y siempre ha sido él, y sabe que la libertad es un deber. En 1988, la niña que hoy es mi esposa acogió con resignación y tristeza la decisión de su padre, pero si ha llegado a ser una madre tan fantástica fue por la nobleza, el acierto y el vigor de aquellas enseñanzas."
Comentarios
Joder este puto especimen se ha reproducido.
Nunca dejará de asombrarme la vocación samaritana de algunas mujeres.
Cuando Bruce Springsteen hizo su primer concierto en el Camp Nou, en 1988, mi mujer, que entonces tenía 15 años, intentó convencer a su padre, hoy mi fantástico suegro, de que le diera permiso para ir a verle..
Y así fue que padre e hija tomaron el auto y en las inmediaciones del campo del Barça mi suegro asistió, horrorizado, al espectáculo de ver el tipo de gente que acudiría con su hija al concierto. "¿Ésta es la clase de gente con la que te quieres mezclar, hija mía?", preguntó el padre desolado, asegurándose de que el seguro del coche estaba puesto. Y sin que la niña pudiera plantear ningún argumento, ni mucho menos desarrollarlo, mi suegro decidido y certero dio media vuelta, y naturalmente mi mujer se perdió el concierto.
La mujer de Sóstres tiene que ser la persona más infeliz del planeta Tierra. Aunque seguramente no lo sepa.
El artículo apesta a naftalina.
"¿Ésta es la clase de gente con la que te quieres mezclar, hija mía?"
Esta frase la debió dejar tan marcada para que años más tarde se casara con semejante individuo.