El más célebre defensor de la idea de la evolución biológica a través de la selección natural tenía buena boca. Un naturalista de su talla debía estudiar a fondo las especies, así que no se podía conformar con observar, tocar, escuchar y oler los animales que se encontraba, también tenía la obligación de catarlos. O simplemente le gustaba comer, vaya usted a saber. El caso es que Darwin se merendaba todo lo que se movía. Ya en su juventud perteneció al Gourmet Club de Cambridge, una sociedad gastronómica conocida como "El club de los glotones".
Comentarios
Un buen cientifico que prueba en sus carnes sus descubrimientos.
#1 Menos mal que no era zoofilico también.
Hay que recordar que el padre de la teoría de la evolución fue uno de los mayores expertos en percebes de su época.
http://www.vozpopuli.com/altavoz/next/Zoologia-Evolucion-Ciencia-Charles_Darwin-Biologia_0_730427014.html
#3 Que boca mas fina.
Estos británicos se comen cualquier cosa, y claro luego ven una paella valenciana, y se ponen bien.
especie que no evoluciona .... a la cazuela ..... (en inglés a lo mejor rima, o tampoco)
#4 Especie que no evoluciona, por mi cazuela se asoma.
Species that does not evolve,
my today's dinner will solve.
Tampoco es que fuera el primero en catar las especies. Gonzalo Fernández de Oviedo, allá por el siglo XVI, escribió su Historia General y Natural de las Indias, y en ella indica el sabor de varios animales: cocodrilos, zopilotes, iguanas, murciélagos, pavos, armadillos...
Del armadillo (lo llama "encubertado) dice, por ejemplo: Yo los he comido algunas veces, y son mejores que cabritos en el sabor, y es manjar sano.
Afortunadamente se fue a las galapagos y no a africa, sino quien sabe si se habría comido un negro
O a un chino, que esos tiempos no lo daban por por claro
Moooo-ca-sines saltarines con la piel de dos mastines.
Si llega a estudiar setas, poco iba a escribir.