Este post no es mío. Soy usuario habitual de forocoches y lo he encontrado, creo que merece la pena leerlo. Se trata de una persona que desapareció, la cual, otro forero relata en este post(https://www.forocoches.com/foro/showthread.php?t=4623090 ). A partir de aquí viene la historia de este hombre. La fuente es https://www.forocoches.com/foro/showthread.php?t=5969567&highlight=exiliado
Vengo a contaros mi historia, las razones y como gestioné la huida del país, así como mi situación actual tiempo después.
Antes de empezar el relato de mi historia, que ocurrió y de cómo abandoné mi anterior vida, quiero señalar unos puntos:
1. Estoy en viaje de trabajo, por lo que cualquier intento de rastrear la IP con la que conecto ahora al foro, para cuestiones de justicia, sería fallido pues estoy en un paradero que no tiene que ver con mi localización habitual de residencia. Comprendo Ilitri que puedas tener una llamada de la justicia al respecto de este post ya que asumo puedo seguir en búsqueda y captura.
2. Me reservo el derecho a modificar o falsear algún dato para imposibilitar mi localización.
Quien soy
Mi nombre poco importa. Soy un chico de pueblo que durante toda su vida estudió y lo dio todo por sus sueños. Siempre creí en el trabajo duro y apenas tuve vida social en mi juventud con tal de ayudar en una casa de familia humilde.
Llegué a la universidad, pagada con el sudor de mi frente, y me dejé el alma para dar a mis padres y hermanas un futuro con mejores condiciones. En esos años tenía dos opciones: salir del pueblo a trabajar para una gran empresa o ser mi propio jefe. Elegí lo segundo por muchas razones y aun teniendo Curriculum para permitirme lo primero.
He tenido dos empresas en sectores que no solo han dado servicio al pueblo, sino a toda la provincia en general, con un nivel de facturación importante durante muchos años. Esto me sirvió para pagar una mejor casa a mis padres, así como ayudar a mis hermanas en sus vidas personales.
Quien era ella
Ella era una de las chicas guapas del pueblo con la que nunca tuve tiempo en fijarme durante mi ocupada juventud. Aunque pase el tiempo las cosas nunca cambian: a ellas las gustan los malotes e imbéciles, y los chicos listos somos una subespecie para ellas que usan de acuerdo a sus necesidades.
Ella trabajaba en la tienda de los padres; con el paso del tiempo se me iba acercando y nos conocimos mejor. Terminando saliendo. En el fondo siempre supe que esto era un teatro, que ella se acercó para tener conmigo una calidad de vida, pero yo también asumí que había perdido una parte importante de mi juventud entre estudios y trabajo, dejando muy de lado el tema sentimental. No me arrepiento de haberme sacrificado por los míos, pero sentía la necesidad de recuperar ese terreno perdido en mi vida sentimental.
A los dos años de novios, nos casamos. Y un año después vino al mundo nuestro primer hijo. Cuatro años más tarde, el segundo.
Los primeros años
Yo sigo trabajando y campeando el temporal a pesar de la crisis que comienza en 2008. No entré en pérdidas jamás, pero mi fondo de maniobra económica se redujo sustancialmente. Tengo que cerrar una de las dos empresas para mantener a flote la restante. No puedo decir que vivíamos entre lujos, pero si estábamos tranquilos, y seguía pagando la hipoteca de nuestra casa, los colegios y demás.
En este tiempo la convencí de que no podía acomodarse a ser una simple ama de casa, que encerrarse en nuestro hogar no podía ser bueno, y la animé a emprender por sí misma. Menudo error.
Intentamos primero una panadería, y el negocio llegó a poco más del año, porque no hay mucho glamour en despertarse pronto y echarse sus 10 horas. Después de muchas discusiones, tuve que aceptar cerrar el negocio y perder el dinero invertido por su deseo de pasar más tiempo con los niños.
Después vino un par de trabajo de eso para vender cosas desde casa, pero fracaso total, aparte de la poca idea no le echaba muchas ganas.
Cuando empezó a torcerse todo
Llegó un tiempo en el que me decía que quería salir con amigas (alguna divorciada) a cenar, y aunque en ese momento no quería ver las señales, en verdad eran muy claras: vestirse como una quinceañera, llegar a las tantas de la madrugada, y a veces, borracha. Imaginad la situación de atender a los niños en esos momentos, lo cual era un placer para mí, pero luego madrugar con ellos mientras ella dormía hasta la hora de comer.
El que es de pueblo sabe cómo son estas cosas. La gente empieza a comentar, y salen los primeros rumores de que tengo que tomar calcio, hasta que un día la siento para hablar y pongo los puntos bien claros sobre que es madre de familia y que su comportamiento no está siendo ejemplar, por no decir que me estaba faltando al respeto. Para colmo, gente de un pueblo cercano me comentan que la han visto en compañía de bastantes chicos una noche.
Pido explicaciones, y me encuentro una actitud a la ofensiva con gritos y echándome la culpa de arruinar su vida (¿?)
El peor día de mi existencia
Pasan los días y ella no solo se encuentra evasiva, sino que duerme en cama diferente y en algunas horas sale a lo que ella dice “hacer recados y ver familiares”. En verdad estaba preparando todo lo que se me venía encima.
Y un viernes de Agosto, el día antes de mi cumpleaños, se presenta la Guardia Civil en mi casa. Paco y Jesús, con lo que jugaba al fútbol de niño, me vienen a notificar que tengo una denuncia y he de acompañarles al cuartel de la localidad. Su cara, un poema difícil de describir; mi cara, pálida ante lo que me acababa de encontrar: detenido en mi propio hogar. Les pedí que fuera todo lo más discreto posible y que iba con ellos sin problema alguno.
En el cuartel me conocen muchos. Críos que crecimos juntos en un pueblo que 30 años atrás apenas era nada, y en su día pasábamos los veranos en el parque jugando, cuando no hemos compartido tintos los domingos. Ellos siguen la ley mirándome con incredulidad; no les culpo, ellos cumplen su trabajo y las órdenes dadas.
Ya en el cuartel se me informa que tengo una denuncia por malos tratos y paso a estar detenido como parte del protocolo de medidas preventivas (repito: el fin de semana de mi cumpleaños, para más sorna), y que vaya llamando a un familiar mío al respecto.
Os podéis imaginar lo que se siente encerrado, solo y desconcertado, viendo como de un día para otro te han hecho la putada más grande que se le puede hacer a un hombre. Un testimonio y pasas un fin de semana de “vacaciones” gratis en un calabozo. Muchas gracias ley viogen española y políticos afines.
Se me permite “extraoficialmente” la visita de una de mis hermanas para traerme ropa, entre lágrimas me pregunta si estoy bien y apenas puedo decir que todo es mentira y que, pase lo que pase, cuiden de mis padres.
Pasados unos días, se me lleva a los juzgados de capital de provincia y tengo un juicio rápido. Se me asigna un abogado de oficio, y, sorpresa!! mi ex se presenta con una abogada de una asociación feminista. Si, de estas que cobran y viven de este negocio que es la violencia de género. Se presenta un informe de una psicóloga donde abduce stress emocional y daños psicológicos consecuencia de “mis amenazas”.
Y dentro de este teatro burlesco de juicio, la abogada de la asociación le ofrece a mi abogado de oficio un acuerdo: pagar las pensiones de alimentos de los dos niños y otra paga para mi ex al no tener trabajo. Rechazo tal acuerdo y el juez nos cita en 10 días; salgo en libertad provisional, pero no tengo derecho a pisar mi casa y debo de presentarme en el cuartel todos los días, cosa que hago religiosamente. Mis padres me acogen en su casa.
Busco un abogado especialista en temas de divorcios/denuncias viogen, y revisando la documentación me informa de lo mal que tenemos los hombres en estos temas, que no me libro de pagar las pensiones de alimentos a los niños (yo encantado, son mis hijos), pero que seguramente me toque seguir pagando hipoteca, aunque pueda librarme de pagarla a ella una “sueldo Nescafé”.
Comienza el infierno
Llega el juicio, y tengo que morderme la lengua mientras mi ex declara, llorando, lo maltratador que he sido y como he podido incluso abofetearla sin dejar huellas, o que no había denunciado antes porque amenacé con matarla a ella y a los niños.
En esos momentos uno ve claramente qué con dos lágrimas de cocodrilo, una historia y cero pruebas puedes joder la vida a quien quieras. Fácil.
Me cae lo previsto por mi abogado, pues no hay pruebas físicas de maltrato, solo un informe de una psicóloga (a sueldo de la asociación feminista, por cierto) donde dice que la he causado maltrato psicológico. Tengo que pagar pensiones a mis hijos, y el régimen de visitas reglamentarias en el centro designado por el juez.
¿La hipoteca? Me toca seguir pagando
¿Las visitas reglamentarias? Pues lo que empezó siendo algo normal, dos meses después descubres como ella ya no lleva a los niños, pone excusas varias o no coge el móvil. Mi abogado y yo denunciando cada fin de semana los hechos, y claro, para eso las denuncias son como papel mojado o de WC, y nadie hace nada; pero con una historia inventada yo pasé el día de mi cumpleaños entre reja, de gratis.
Los niños comienzan a ser un arma de agresión hacia mí, su padre, no solo negando su disfrute, sino con la alienación parental futura que luego os contaré. Me pasé 4 meses sin ver a los niños, y a mis denuncias se cruzaban las de ella diciendo que iba a gritar a la puerta de mi anterior casa. Para las mentiras tenía a la Guardia Civil de nuevo, visitándome en casa de mis padres, con mis denuncias hacia ella, nadie fue nunca a reclamarla nada en cuanto a justicia se refiere.
De ahí en adelante
El siguiente año fue para olvidar. Entre la sentencia de divorcio (lo único que hubo acuerdo entre ambos), sus continuas denuncias falsas de acoso (sin pruebas), y la negación de traer a los niños en la mayor parte del régimen de visitas, mi vida era un caos y un infierno. Perdí bastante peso y empecé a perder pelo de los nervios y angustia generados.
Pero seguí trabajando, desde un cuarto en casa de mis padres, con mi familia cerca, y su cariño y apoyo. Cuando estaban delante era fuerte, pero en la soledad de la noche, no había nada en el mundo que pudiera parar mi llanto y lamentos.
Y lo peor de todo es que ella seguía intentando obtener una pensión de mi parte, y por eso ponía más denuncias falsas, para presionar con una sentencia a su favor. Normal, ves las series de Divinity y quieres vivir la vida cojonuda con dinero para tus gastos y seguir disfrutando de salidas y otros ocios; mientras, los críos se los dejaba a sus padres.
Mientras, en el pueblo, todo era hablar y hablar. Mis padres y hermanas seguían haciendo vida, pero los pueblos son como son, y se te termina mirando mal con estas cosas, aunque seas inocente.
La Revelación
Fue por Septiembre cuando acudimos mi abogado y yo al juicio por demanda de ejecución de sentencia para cumplir el convenio regulador y su régimen de visitas. Una vez más pude ser testigo de una justicia corrupta y unas leyes que dejan a los padres totalmente a merced de las hienas feminazis.
Como podéis imaginar, se denegó mi demanda con unas cuantas explicaciones de la abogada de la asociación de turno, así como un intento de contraataque manifestando que durante uno de los (pocos) fines de semana que los niños estuvieron a mi cuidado, uno regresó bastante enfermo y tuvo que ser llevado al médico al día siguiente.
Y así fue como mi abogado y yo terminamos en un restaurante cercano comiendo y repasando la documentación sobre el caso. El buen hombre estaba bastante quemado por la situación, y en un momento soltó la frase, esa frase que recordaré durante el resto de mi vida y que supuso el comienzo de esta historia
“Te juro que en días como estos a veces quiero desaparecer de la faz la tierra”
Y en ese momento tuve una revelación. La idea invadió mi mente, y algo se activó en mi cabeza.
A pesar de estar en estado de shock por la idea, seguía actuando como si nada hubiera pasado, para que mi abogado no lo percibiera en mi rostro. Pagué la cuenta y me despedí cordialmente (Antonio, si llegas a leer esto, muchas gracias de corazón, hiciste todo y más de lo que estaba en tu mano por mí. Fuiste un gran apoyo que agradeceré toda mi existencia) para regresar a casa de mis padres; a estos les comenté sobre cómo había ido por encima.
Aquella noche empecé a escribir en un cuaderno de notas la idea, así como los primeros trazos de un plan, a desarrollarlo, a poner los pros y contras, así como las razones por las que debía de desaparecer y huir de esta esclavitud de vida a la que estaba sometido gracias a unas injustas leyes.
Básicamente
1. Yo era una hucha con patas para el sistema: las pensiones de alimentos las pagaba a gusto para mis hijos, pero dar una pensión a una vaga no lo considero justo
2. Pagar una casa en la que yo no vivo, y vete a saber cuándo volveré
3. Mis hijos con claros signos de alienación parental, pasando los años y tragando mierda
4. Ser mirado como un criminal en el pueblo donde nací y me crie, aunque hubiera gente en mi entorno cercano apoyando a mi familia.
El plan
Para hacer esto necesité:
1. Dinero. No solo para preparativos y ejecución de la salida del país, también para establecerme en mi destino final. Tenía solo una empresa y algunos activos que convertir en dinero, por lo que fui liquidando para obtener una financiación “paralela” que guardé aparte y con los que pagar todos los pasos del plan.
Con la crisis reciente tenía una buena justificación. Y quiero aclarar que en el día de mi partida no dejé ni una deuda pendiente con empresas privadas, simplemente logré ingresos separados por ventas de activos y otros servicios.
Y con una parte de este dinero, fui comprando algunas criptomonedas, con lo que evitaba llevar grandes capitales conmigo, y luego convertirla en moneda local del país destino.
2. Nueva identidad. Es una historia enrevesada, pero no voy a dar más que la información esencial. Las gentes del Este de Europa son buenos (corrijo: muy buenos) en esto, y pude conseguir una nueva identidad y toda su documentación gracias a ellos. Para el desconozca este “mercado”, se lo cuento tal como me lo explicaron.
Se pueden comprar 3 tipos de pasaportes, o al menos así me los ofrecieron. Pasaporte falso de media calidad, Pasaporte legal de gran calidad, y, aquí viene la diferencia, Pasaporte legal con registro oficial como ciudadano de ese país. En este último caso me explicaron que una parte del alto pago que cuesta esta opción va a un funcionario de embajada o similares que hace el favor de registrarte en el sistema como ciudadano legal de su país.
Este fue el punto que más miedo me ha dado; presentarme en un aeropuerto y que sea arrestado en el control de inmigración al meter mis datos en su sistema, pero para el servicio pagado, incluso una persona vino conmigo durante el viaje final a destino, dando el pego de empresarios.
También ayudaron a conseguir una cantidad de moneda local a cambio de una tasa de los capitales paralelos que tenía ahorrados.
3. Tiempo. En todos los sentidos. Tanto para la planificación de mi salida, como los primeros meses en el nuevo destino donde rehacer mi vida. Mientras trabajaba en mi empresa, levantaba el ánimo cuando no me dejaban ver a los niños según lo legalmente establecido, fui haciendo una serie de preparativos a modo de guía escrita, con mucha importancia a las 48 horas previas a la salida.
4. Contactos. Aquí voy a ser más escueto. En el país destino debía no solo de tener capital, sino contactos comerciales con los que conseguí un trabajo. Y no, no usé Linkedin, fue algo más complicado de rastrear. A la semana conseguí mi primer trabajo tras dos entrevistas.
5. Establecimiento. Viví durante los primeros días en un apartamento normalito, hasta que pude establecerme en una zona “normal”, y a partir de ahí comenzar mi adaptación a la nueva sociedad y entorno para pasar desapercibido lo antes posible.
El adiós
Hubo un momento en el que creí echarme atrás, pues los dos meses anteriores tuve la oportunidad de estar más con mis hijos, y aferrarme a ellos. Fue imposible. Llegar y encontrarme a mi hijo el mayor diciendo “papá tú ya no nos quieres ver, no vienes a buscarnos” y frases similares.
¿Cómo le explicas al crio que su madre hace lo imposible por putearme y negarme su presencia? Estaba viviendo en mis carnes en síndrome de alienación parental, y fue sin duda el momento más doloroso de todos estos años. Ni la detención, ni las mentiras en el juicio, nada, solo el rechazo de mi hijo mayor.
En ese instante me di cuenta de que había perdido todo lo que me quedaba. No había vuelta atrás en mi marcha.
Y me fui una noche, diciendo a mis padres que iba a casa de un amigo hasta bien tarde, por lo que no me esperaran despiertos, y hasta pensarían que podía dormir en casa de este, regresando la mañana siguiente.
Me fui con lo mínimo puesto, y una carta que introduje en el buzón del pueblo, dirigida a la casa de mi hermana mayor. Un escrito con la explicación y mi voluntad hacia mi familia e hijos.
El viaje
Tenía una “ventana” de 12 horas para salir del país antes de que se me echara en falta, y lo hice por carretera, acompañado por una de las personas encargadas de llevarme por toda Europa. En mi primera parada fuera de España aproveché para hacer mi primer cambio de apariencia, cortándome el pelo que había dejado crecer durante año y medio; estando en concordancia con la foto puesta en mi nueva documentación.
Siempre pensé que en esas primeras horas/días iba a estar nervioso, pero inesperadamente sentía ilusión al repasar mi libreta de apuntes e ir pensando en planes futuros.
Por si acaso, la prioridad era evitar aeropuertos, estaciones de tren y de autobús en España. Una salida directa.
Después de viajar una semana por Europa, y unos días de descanso para comprar una maleta grande, un portátil y algo de ropa, tomé el avión a mi destino final, acompañado, para mayor seguridad de que mi documentación no iba a causar problemas. La seguridad que esta gente me proporcionó tenía su precio, pero al final del trayecto era impagable.
A partir de entonces, organización y adaptación. Nuevo país, sociedad, trabajo, todo desde cero, y la necesidad de no causar sospechas y aparentar normalidad en mi actuar.
Como vivo hoy en día
Estoy en un país donde creo que es difícil que se me pueda extraditar en caso de detención. Me encuentro trabajando y tengo una independencia económica normal, pudiendo construir unas bases para mi futuro.
A pesar del tiempo pasado sigo en estado de alerta. Se hace muy difícil pensar que puedan localizarme, pero creo que todo lo pasado y sufrido me ha vuelvo paranoico: reviso los alrededores de mi casa cuando salgo y entro, tengo una puerta “especial” para salidas en caso de huida.
Diréis, ¿y quién coño va a buscar a un tío que abandonó su país? ¿Va a venir la Interpol a por mí, un don nadie, cuando sus esfuerzos están en parar el terrorismo internacional? Yo creo que no, pero quiero actuar como que esto no ha terminado y cualquier precaución es poca.
Mis comunicaciones son muy simples y no reviso nada de redes sociales o Google donde se relacionen con mi pasado o las personas de aquella época.
También he cambiado mi fisonomía. Poco me parezco al que fui cuando me veo al espejo. He tenido una evolución corporal y facial (vello incluido) de la cual pienso que apenas me reconocerían si estuviera caminando por el pueblo ahora mismo.
Me he integrado en la sociedad en la que vivo, y mis relaciones con extranjeros son solo para trabajo y nada más. Mi aprendizaje de la lengua local va bastante bien, y estoy mimetizándome con el entorno, sin destacar demasiado. Pasar desapercibido es la clave.
He tenido una pareja hasta hace poco, lo cual me ha servido como tapadera para mostrar una vida familiar y no levantar sospechas de lobo solitario o tío raro. Debería volver a buscarme otra en breve para dar una imagen de normalidad social.
Me he hecho a la idea de que jamás veré a mis padres, que estos morirán sin saber de mí, que en mi familia habrá silencio para que no choquen las voces a favor o en contra (hermanas, cuñados, tíos, primos, sobrinos, etc
Me he hecho a la idea de que no volveré nunca más a ver a mis hijos, y que crecerán con la idea de que les abandoné, reforzado por lo que mi ex y su círculo les cuente. Solo pido que el día que sean adultos puedan investigar a fondo lo que paso, o acceder a una versión alternativa por otras vías.
Me he hecho a la idea de que nunca más volveré a mi país. Lo que creo por el momento, y deseo de todo corazón que los políticos que han permitido que la población masculina sufra esta injusta ley acaben con sus huesos en la cárcel o ajusticiados por la mano del pueblo en las calles y plazas.
Conclusión
Ante la indefensión que supone la ley viogen para el hombre, y el estado de stress, sufrimiento y trauma que le proporciona, es normal que pasen estos casos:
• En un ataque de ira te llevas por delante a la causante de tu desgracia: ella
• Te rindes y cometes suicidio por desesperación
• Mi caso: huir y comenzar una nueva vida
Humillado, apaleado social y económicamente, traumatizado no por lo ocurrido en el pasado, sino porque en cualquier momento la loca de turno puede volver a hacerte visitar la comisaría. ¿Es eso forma de vivir?
Yo escogí la tercera vía, de la que pocos hablan, y hoy puedo daros testimonio. No es una vía fácil, pues requiere de preparación, recursos y una planificación extensa y minuciosa para intentar no dejar rastro. Una preparación no solo mental, sino de voluntad férrea. Saber que huyes de una prisión en busca de tu libertad.
Comprendo que hay muchos divorciados y separados que están a bien con sus ex y pueden rehacer sus vidas de forma normal, teniendo una buena relación con sus hijos, y les envidió, pero a mí no me dieron la opción de elegir una relación cordial.
Soy consciente de mis fallos y errores, de mi mala elección en cuanto a una persona con la que tener relación y proyecto de vida. Se que podría haber actuado diferente; pero también soy consciente de que no merecí nada de lo que se ha hecho, y que ante la indefensión presente esta ha sido mi forma de actuar.
Comentarios
#0 ¿Cuál es el interés de enviar aquí esta
mierdacosa? ¿Por qué tenemos que creernos esta historia y, en caso de que fuera cierta, qué puede aportarnos?¿Acaso este texto demuestra que todas las mujeres son unas "hienas feminazis", que la ley "viogen" puede provocar una violencia justificable y comprensible hacia las mujeres o qué cojones se pretende?
En serio, es que no entiendo a qué vienen estas campañas. Suponiendo que todo lo que se cuenta en este texto sea exactamente así (y habría mucho que rascar...) no tiene ningún sentido enviarlo como si fuera una noticia de algún tipo o como si sirviera para algo.
Además, lo último que nos faltaba en menéame es que se empiece a enlazar hilos de Forocoches. Al que le interese, que lo lea allí.
#0 Aquí se viene llorao de casa.
Irrelevante.
#6 Pues es mucho mejor que la peli del domingo a mediodía en Antena 3.
La historia da para el guión de una pelicula. No se si será falsa, pero en caso de que sea real le deseo mucha suerte a este hombre. 👍
Wow, ni mi colega Tarantino hubiera escrito un guión tan bueno.
Mención aparte el tema de los niños. Yo soy padre y desde luego ni me planteo abandonarlos y que no vuelvan a saber de mi la manera que expone en la película este gran guionista. Ahí falla bastante y creo que el resto de padres que lean esto estarán de acuerdo conmigo.
Pero mis dieses. Que gran guionista ha perdido Hollywoood.
#4 El tipo se define a sí mismo como un tipo listo y a su señora como poco menos que a una zorra estúpida: "a ellas las gustan los malotes e imbéciles, y los chicos listos somos una subespecie para ellas que usan de acuerdo a sus necesidades"
Eso sí, el tipo es un triunfador, poco menos que el amo del pueblo, un auténtico benefactor, conocido y querido por todos sus vecinos, en especial por los guardias civiles que van a detenerle: "he tenido dos empresas en sectores que no solo han dado servicio al pueblo, sino a toda la provincia en general, con un nivel de facturación importante durante muchos años"
Con esos antecedentes se me hace un poco raro que ponga a su mujer, después de haber tenido dos hijos, a trabajar ("En este tiempo la convencí de que no podía acomodarse a ser una simple ama de casa, que encerrarse en nuestro hogar no podía ser bueno, y la animé a emprender por sí misma") Y en algo tan duro como una panadería: "Intentamos primero una panadería, y el negocio llegó a poco más del año, porque no hay mucho glamour en despertarse pronto y echarse sus 10 horas". Intentamos, dice. Por lo visto, además de sus dos empresas el buen hombre, esta pobre víctima también trabajaba en la panadería.
Y claro, los problemas empiezan cuando su mujer empieza a salir con amigas (alguna divorciada) y comienzan los rumores, algo que ningún hombre puede soportar:
"hasta que un día la siento para hablar y pongo los puntos bien claros sobre que es madre de familia y que su comportamiento no está siendo ejemplar, por no decir que me estaba faltando al respeto"
Venga, lo dejo aquí. Lo escrito hasta ahora, sacado del propio texto es tan solo para mostrar que, aunque el relato fuera cierto, sería muy interesante conocer la visión de la otra parte. Pero, claro, da igual: esta historia está escrita para los que ya tienen una idea formada de antemano acerca de estas cosas. Una idea acerca de las mujeres a las que les gustan los malotes y se casan con los listos por interés y después les ponen los cuernos y les quitan los hijos y les arruinan la vida hasta que a un hombre de verdad solo le queda matarla o matarse, porque son las únicas salidas "normales" (lo dice el texto) ante la indefensión provocada por la Ley Integral de Violencia de Género.
Y yo pienso que hay que ser muy poco hombre, incluso en el sentido en el que entienden el término los más machistas del lugar, para ser tan cobarde como lo son algunos. Porque mentir es una de las formas de cobardía más mezquinas que existen.
Interesantisimo, sobre todo lo de poder comprar pasaportes