(basado en hechos reales)
ROUND 1
Estoy en la entrada de un Hospital Público, en el exterior. La puerta principal tiene, delante, una gran parte cubierta, con columnas que la sostienen. Estoy esperando a que salga un familiar al que están interviniendo, así que hago tiempo repasando los mensajes en el móvil.
La barandilla en la que estoy apoyado, de pie, tiene un enorme cartel de "Prohibido fumar" pero, justo detrás de la barandilla, justo detrás del cartel, hay un jardincillo llenísimo de colillas. Se me acerca una señora fumando, mirando y señalando el acúmulo de colillas:
-Qué sucio, ¿no? Podrían poner unos ceniceros, o algo…
-Señora, en un hospital no se puede fumar.
-Pero no estoy en el hospital, estoy fuera.
-Señora, no se puede fumar ni dentro ni fuera, ni en las cercanías de un hospital.
-Pero aquí corre el aire y no molesto a nadie.
-SEÑORA, es que da igual que no moleste a nadie, algo que no es cierto, porque me está molestando a mí, es que ESTÁ INDICADO EN TODOS LADOS- y aprovecho para señalarle no sólo el cartel de "Prohibido fumar" al lado del cual está fumando, sino que le señalo TODOS los que hay en el resto de barandillas, columnas, paredes… diría que unos 20-25 en total, todos de un tamaño respetable y bien visibles. Y continúo: -SEÑORA, no sólo eso: es que lo prohíbe la ley.
-Ay, hijo, como te pones…
-¿Yo, ponerme? Le he contestado porque me ha hecho gracia que pida que se pongan ceniceros en un sitio en el que está PROHIBIDO fumar, además de estar muy bien indicada la prohibición, nada más.
-Si fumaras no dirías eso…-, me espeta.
Medio enfadada, se ha ido hacia el interior del hospital, no sin tirar antes su colilla en el montón de colillas en el jardincillo…
ROUND 2
Poco después, estando exactamente en el mismo sitio, aparece una mujer con su hijo adolescente y se sienta en la acera junto a mí, tan cerca que no me toca por un par de centímetros, invadiendo mi espacio personal: le ha gustado la columna en la que estaba apoyado y se ha sentado usándola de respaldo, aun habiendo otras desocupadas y aunque casi me tocara.
Como no podía ser de otra manera, ambos se encienden un piti. Mira, yo ya paso, no tengo ganas de más jarana, así que doy un par de pasos hacia el otro lado y me separo un poco.
Lo bueno ha venido cuando se han puesto a mirar cosas en el móvil con el altavoz a tope: videos de TikTok y música la una, e Instagram el otro. Madre del amor hermoso…
Y lo mejor, que viene después de lo bueno, es cuando a la mujer le han llamado por teléfono y se ha puesto a contestar a voz en grito. Es entonces cuando me he acordado de una cancioncita que me recomendó un amigo informático para situaciones como éstas:
Así que la he puesto a todo volumen, porque cada uno escucha lo que le sale de las gónadas y al volumen que le sale de las gónadas, ¿verdad?, y yo escucho esto porque me apetece ahora mismo.
Por lo que sea, la mujer se ha levantado y se ha ido a acabar su conversación a gritos a otra parte, echándome "miraditas" (con lo buena gente que yo soy…), instante en el que a mí ha dejado de apetecerme escuchar esa canción, y he seguido con lo de los mensajes.
ROUND 3
No ha habido "round 3". Podría haber ido, una por una, a pedir a las 10 o 15 personas que había allí, a 5 metros de la entrada principal del Hospital, fumando, que dejaran de hacerlo, que era incívico, que era ilegal, pero, lo más seguro, es que me hubieran contestado de malas maneras, diciéndome que me metiera en mis asuntos…
O podría haber llamado a la policía municipal para que vinieran, pero los hubieran visto llegar de lejos (el acceso es elevado), así que no hubiera servido para nada.
Tampoco estaba allí el guardia de seguridad que debería estar allí (la insignia de la empresa estaba, pero el vigilante no, no lo vi en unas tres horas que estuve allí), que es el que debería cuidarse, a falta de otro personal, el que se preocupara de eso.
Pero lo que de verdad me preocupa es la falta de civismo, de empatía, de algunos: ¿de verdad hay que amenazarte con una multa para que no fumes cerca de un hospital? ¿Tan PERRO eres que no eres siquiera capaz de alejarte un poco para fumar, que tienes que hacer debajo de la señal que te pide que no lo hagas allí, justo DELANTE de la entrada?
Había en la puerta cuatro o cinco pacientes, acompañados de familiares, que habían salido, aprovechando el buen tiempo y el solecito, a tomar el aire, sentados en los bancos de la entrada. Otros pacientes, dados de alta, esperaban en los bancos ser recogidos en coche por sus familias. ¿Ni siquiera eso puedes respetar, a gente enferma que tiene que tragarse tu humo porque tú lo vales, porque te importa todo una mierda, porque primero tú y a los demás que les den por culo?
Y decía el gilipollas de Kirk, que Satán tenga en su olla, que no le gustaba la palabra empatía…
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