Fue el 3 de Agosto de 1914.
Los estudiantes de ingeniería acudieron a alistarse como un solo hombre y Schepsken estaba entre ellos. Allí se encontraban sus amigos, abrazándose, lanzando su gorra al aire, agradecidos por la ocasión que les brindaba la historia: al fin se había declarado la guerra, después de tanto esperarla, y la victoria alemana era segura. Rápida e indiscutible. ¿Cómo iban ellos a desperdiciar esa oportunidad de tener una vida verdadera en vez de un simple discurrir entre los seres vivos? Era su ocasión. Se la habían ganado.
La cascada de alianzas se había puesto en marcha y en toda Europa se repetían celebraciones similares: en Francia, en Inglaterra, en Rusia, en todas partes creían que la guerra sería corta y victoriosa. En todas partes se preparaban para la fiesta de la épica, hartos de ciencia, cultura, desarrollo y paz. ¿Morir de un cólico sin haberse arriesgado nunca a más que una multa? ¿Quién podía llamarle vida a semejante insipidez?
En realidad, la gente no sabía muy bien a que atenerse y el mayor debate en cafeterías y terrazas de verano giraba en torno a lo inevitable de la guerra y, al mismo tiempo, a la falta de razones reales para llegar tan lejos. Se hablaba más de un argumento teatral que de un evento histórico: se hablaba más de figurines que de monarcas.
El 28 de Junio de aquel mismo año, un mes atrás, el heredero a la corona del imperio austrohúngaro, el archiduque Francisco Fernando, había sido asesinado por un grupo de exaltados serbios durante una visita a Sarajevo. El tema causó gran consternación en los círculos de la alta política, pero a nivel de calle se tomó con cierta indiferencia, una especie de deportividad que daba por hecho que todo lo que pudiese suceder en los Balcanes tenía que ser sucio, violento e irracional. La gente estaba harta de los constantes enfrentamientos entre serbios, croatas, bosnios, griegos, turcos, búlgaros, rusos y alguno más que haría interminable la enumeración. Se mataban. Se odiaban. Firmaban la paz. Se seguían matando. Se seguían odiando. ¿Quién podía tomar en serio a aquella gente marrullera que no sabía estarse quieta el tiempo suficiente para darse cuenta de que hacía el idiota de la manera más lamentable?
El heredero de la corona imperial había sido asesinado. Una pena. Parecía un buen muchacho. Habría que dar una lección a esos piojosos. En eso se resumió la opinión de la calle, y el verano siguió sin mayores sobresaltos, con vino en las tabernas, salchichas en las Biergarten y absoluta paz en las plazas. El verano estaba para mirar a las chicas: a las que hacían su segunda temporada, después de debutar en la primera, y a las que se estrenaban en sociedad y podían aportar alguna novedad al panorama de los capitales, de las opciones y de los besos practicables.
Durante el mes de Julio, mientras empezaba la temporada de baños y los terratenientes preparaban sus casas de campo para las fiestas más brillantes, la alta política intensificó los contactos diplomáticos, entre el tedio, los sofocos y las mosquiteras. La participación de las autoridades serbias en el asesinato del heredero austrohúnagro estaba fuera de toda duda, y aquello no podía quedar impune, pero tampoco debían llegar más lejos las cosas. Los serbios, que no le importaban gran cosa a nadie, habían hecho algo malo, y tenían que sufrir su castigo, para que el natural orden de las cosa pudiese continuar sin sobresaltos. Era, sobre todo, cuestión de pedagogía.
En principio, Rusia no quería ir a la guerra, porque estaba en pleno despegue económico y temía las consecuencias de una derrota como la que pocos años atrás había sufrido contra Japón. Su atraso secular se iba corrigiendo poco a poco con medidas razonables. La gente vivía un poco mejor. Los ricos invertían, los pobres ganaban más y se permitían un samovar en casa... ¿Por qué diablos iba Rusia a quererse meter en una aventura abortiva a mitad de su metamorfosis en mariposa desde su actual estado de gusano?
Austria-Hungría, quería dar un escarmiento a Serbia, pero sus primeros pasos fueron temerosos, porque temían desatar las alianzas y quedarse solos contra el resto. Austria era una especie de vieja dama mojigata a la que, antes que nada, le preocupaban las apariencias. ¿Qué pensarían los demás? ¿Cómo se lo tomarían? ¿Hasta que punto quedaría a salvo su orgullo? Así que, antes de nada, los austriacos se aseguraron el apoyo de Alemania en un posible conflicto. El Kaiser alemán aseguró que los apoyaría y al mismo tiempo se fue de vacaciones, a los fiordos noruegos concretamente, dejando bien claro que por él no habría guerra, al menos de momento. Nadie inicia una guerra mientras está de viaje por el extranjero. El compromiso del Kaiser parecía una especie de garantía con una tía abuela a la que no quieres desairar. Sólo eso.
Cuando el Kaiser Guillermo se fue de vacaciones, toda Europa respiró aliviada, convencida de que volvería a haber muchos ladridos y pocas mordeduras. Crónica de perrera, le llamaban los periodistas franceses de la época, con ese genio congénito para acuñar términos tan maravillosamente visuales.
Los austrohúngaros se conformaron entonces con lanzar a Serbia un ultimátum humillante, y luego ya se iría viendo. Un ultimátum es algo que también manda un feriante a otro porque ocupa la mitad de su zona de sombra en el tiovivo durante las fiestas patronales. No parece gran cosa.
Los británicos, por su parte, desplegaron su diplomacia para parar la guerra. Aquello era una locura, y para ellos, si tenía que correr algo de sangre, que fuese en Serbia y sólo en Serbia, pero no valía la pena extender el enfrentamiento. Los británicos conocen hasta setenta y siete categorías de sangre que puede correr, y las tienen todas tasadas y valoradas en una especie de catastro de la violencia. Aquello no llegaba más allá de la categoría diecinueve, empezando por abajo.
Entre tanto, el presidente francés, Poincaré, viajó a Rusia para tratar con el zar Nicolás la situación. Francia tampoco quería la guerra y había que encontrar el modo de apaciguar los ánimos. Había muchas opciones, muchos peligros y muchas tonterías a medio camino entre la realidad y la solución, pero era necesario llegar a un escenario realista, sin teatros ni oropeles.
Aprovechando ese viaje, y por sorpresa, los austriacos enviaron a Serbia el ultimátum el 23 de julio, lo que irritó profundamente al Kaiser Guillermo, que ni loco quería entrar en guerra contra todo el continente. Para el Kaiser, Alemania era un país que sacaba ventaja a los demás en ciencia, en investigación y en industria, y que poco a poco eso se impondría a la carencia de colonias, porque el que llega tarde sufre esas desventajas históricas inevitables. Los alemanes sabían perfectamente dónde estaban sus ventajas y sus puntos flacos, pero su carácter no les permitía hablar ni de los unos ni de los otros.
El Kaiser, por tanto, prefería contemporizar. Lo habían educado para monarca y esto significaba leer bravuconadas y entender plazos flexibles y hasta infinitos, o al menos indefinidos. Esto significaba leer despachos agresivos y tomarse un té.
Sin embargo, los militares alemanes eran de otra opinión, lo mismo que el canciller, Von Bethmann-Hollweg, que obstaculizó cuanto pudo la iniciativa del Kaiser de convocar una conferencia de paz donde pudiesen reunirse todos y atajar el conflicto. ¿Para qué puede servir una conferencia de paz cuando la decisión idónea es la guerra? ¿Qué demonios es una conferencia de paz más que una muestra de cobardía, o cuando menos de indecisión? Von Bethmann Hollvweg no pensaba que fuese hora de indecisos ni de cobardes: era la hora de dar un paso al frente y asumir riesgos. Todo o nada, ¿Por qué no? Cartago y Roma habían aceptado la apuesta. ¿Por qué no Alemania?
El mismo 23 de Julio, el Kaiser regresó de vacaciones muy preocupado por el rumbo de los acontecimientos y muy enfadado por la actuación de su propio canciller y su diplomacia. Él daba unas órdenes y en lugar de tratar de interpretar sus deseos se cumplía todo lo contrario, como si nadie lo conociese y él fuese un extraño que hablase en una lengua incomprensible. ¿Qué diablos estaba sucediendo?
Los británicos hicieron una propuesta para limitar el alcance del conflicto y el Kaiser la aceptó, enviando un telegrama a Viena para que los austrohúngaros detuvieran su ataque a Serbia. ¿Qué tontería era esa de convertir las palabra en acciones? ¿Por qué demonios iba a atacar a Serbia? ¿No se daba cuenta el emperador austrohúngaro de que eso era una paso más allá en la escalada? ¿En manos de qué clase de idiotas había llegado a caer la Cancillería cuando algo tan simple era tan complicado de explicar?
Pero los militares alemanes y el canciller von Bethmann-Hollweg interceptaron ese telegrama y retrasaron su entrega hasta que no hubo remedio. Era cuestión de una horas. Era cuestión de una pequeña avería en no sé qué puesto en medio del bosque, en el quinto pino, donde nadie esperaba esa clase de avería... Donde nadie esperaba otra cosa que no fuse mantequilla, cestos y troncos flotando río abajo. ¡Mala suerte!
El telegrama salió tarde, la conferencia de paz nunca se celebró, los austriacos atacaron Serbia, los rusos defendieron a Serbia, como no podía ser de otro modo si pretendían conservar su imagen y su prestigio, y declararon la guerra a Austria. Alemania tuvo entonces la obligación, por las alianzas, de declarar la guerra a Rusia, y Francia e Inglaterra se vieron obligadas a declarar la guerra a Alemania, ya que eran aliadas de Rusia.
En el Infierno hay una sala entera ocupada por los monstruos y criminales del siglo XX. Dicen que es una sala muy grande y muy concurrida, y que hay gente muy famosa allí. A von Bethmann-Hollweg no lo recuerda casi nadie, pero a buen seguro tendrá una caldera de honor, una especial y para él solo, en esa ilustre sala. Con un demonio auxiliar en dedicación exclusiva.
Vaya en su favor que, al acabar la guerra, insistió en declararse responsable de lo sucedido y en exonerar al Kaiser de toda culpa. Tenía razón, y por eso mismo, seguramente, no le creyeron. Salvo en el Infierno.
En el Infierno siempre te creen cuando te arrepientes demasiado tarde.
Buena suerte.
Comentarios
He dudado entre poner esto aquí o en el sub de relatos. Finalmente lo coloco aquí porque creo que se trata más de un artículo cultural, o una parábola política, que de un relato propiamente dicho.
Y además he disfrutado últimamente de buenas charlas con gente que lee esta sección y no me quiero perder la opinión de quien tenga a bien darla.
#1 Oye, pues muy bien escrito. Interesante y ameno de leer. Me dejas con la duda de si estás intentando establecer algún paralelismo concreto con la situación actual. Si es así, o has sido muy sutil o yo soy muy torpe
#18 "En el Infierno siempre te creen cuando te arrepientes demasiado tarde.
Buena suerte."
¿Y ahora?
me suena a toda la gente que cree que debería haber actuado antes o de otro modo...
#21 chapeau!!!
Muy bien escrito.
#52 Gracias
#1 es un relato, no un artículo. Pero ponlo donde mejor esté para ti.
#51 Puede que tengas razón. Para mí, el relato, tiene que ser mayormente inventado, y esto es una crónica histórica de tal y como entiendo yo que funcionaron las cosas. Con un cierto paralelismo a hechos más actuales.
Que a lo mejor es un relato, ¿eh?
#51 #53 Cuando leo un relato o novela histórica siempre me pregunto, qué partes seran reales y qué partes serán ficción.
Hay autores que al final de las novelas directamente lo dicen: este personaje y este hecho son una licencia literaria.
Por favor, me podrías echar luz en tu relato, gracias de antemano.
#67 De mi relato es TODO verídico. O eso creo. O dicho de otro modo: no me he inventado nada, aunque cualquier narración es una interpretación de los hechos.
#51 al ser histórico parece que no puede ser un relato (parece que siempre los asociamos a narraciones de ficción), pero este texto se acerca más a relato, narración o crónica como tú bien dices, que a ser un artículo, donde se expresa una opinión.
#1 Estupendo artículo, cada vez que leo algo sobre esa guerra me custa creer como se puedo llega a eso.
Creo que hubo unas cartas o telegramas entre el rey de Inglaterra y al Kaisser para intentar arreglarlo al última hora, creo recordar que eran familia y que de jóvenes pasaron tiempo juntos y se trataban con los nombres de pila.
#65 Gracias. Yo te cuento una cosa: creo que entiendo por qué empezó la II Guerra Mundial, y hasta nuestra jodida guerra civil, pero esto... Desde siempre me ha costado entenderlo... Y no estoy seguro de haberlo pillado aún. ¿Se puede ser más gilipollas? ¿Cómo armaron una bronca así?
#84 Claro. Es que la comparación con las posteriores es lo que la hace aún más incomprensible.
Añade que, probablemente fuese el germen de las otras ya hace que te estalle la cabeza
#1 Pues muy bien puesto aquí, la verdad. Y muy bueno el relato, casi da vertigo pensar a donde podemos llegar cuando un atajo de imbéciles está del timón.
Muchas gracias!
#1 Muchas gracias, un artículo muy bien redactado. Es interesante que los alemanes esperaban la guerra como la lluvia de verano que refresca del calor. Los pobres ilusos se pensabas ir a una guerra rápida, divertida, que aliviara el tórrido verano y volver poco tiempo después como héroes.
Lo deseaban.... Para no extenderme.... el Kaiser se vio obligado por su propia gente (que lo traicionaron) a rendirse.
Curiosamente, la guerra más importante en 1914 fue invisible a los ojos humanos y tuvo lugar en los lugares celestiales.
Si desea referencias le invito a ponerse en contacto
Buen artículo, bien escrito y con buenas analogías. Siempre me ha llamado la atención la incompetencia en puestos de gran relevancia. En este caso vemos como los intereses y la incapacidad de políticos y diplomáticos convirtieron un simple atentado en un problema tan grande que significó una guerra mundial (o mejor dicho, dos, ya que la segunda es producto fe la primera).
#2 Yo lo considero el record del mundo de necedad, macho...
Al final siempre es lo mismo o parecido... montones de casualidades sumadas a montones de idiotas con muchas responsabilidades. La pregunta que siempre me hago es por qué demonios sólo los necios, los bobos, los tontos consiguen llegar a esas cotas de poder.
Por cierto, me ha encantado lo de "Crónica de perrera"... me lo guardo. 👍
#4 "La pregunta que siempre me hago es por qué demonios sólo los necios, los bobos, los tontos consiguen llegar a esas cotas de poder."
Porque la mayoría de la gente inteligente y honrada no lo intenta, que es un marrón hacerlo bien, y los pocos que lo intentan, son enseguida aplastados por los tontos que están un peldaño arriba, si algo sabe hacer un tonto, es detectar a un listo y destrozarlo antes de que se convierta en un riesgo para el.
Luego pasa lo que pasa, que llega arriba del todo por alineación planetaria alguien inteligente, y brilla como el solo, porque es el único candil encendido en un erial de mentes apagadas.
#26 Supongo que es un poco como una "hoguera de vanidades".
#26 #4 Yo tengo la teoría de que es porque todos somos así de gilipollas, necios y bobos, solo que no tenemos oportunidad de demostrárselo a la humanidad y nos tenemos que contentar con las pequeñas cagadas del día a día.
Internet es una demostración maravillosa de mi teoría : es como darle un micrófono en abierto a la gente para que saque lo que lleva dentro.
Y lo que llevamos dentro, mayormente, es un gilipollas esperando su oportunidad.
#58 que la mayoría de la gente tiene una carencia de sesos sería es claro.
Pero no quita que haya gente con un cerebro privilegiado que o no quiere o hacen todo lo posible por impedir que esten en posiciones donde se toman decisiones.
#58 #59 Pues estoy casi seguro que lo que ocurre con los internautas es otra cosa: la gente quiere existir y no sabe cómo hacerlo, no aceptan ser uno más de un entramado social. Y quieren ser únicos, que los amigos lo admiren o le rían las gracias. Ser "el elegido".
#63 es lo que tiene el infantilismo actual, todas las madres (al menos las buenas) siempre han dicho a sus hijos lo especiales que eran, la diferencia es que antes madurabas y te dabas cuenta de que era una mentira piadosa de tu madre.
Ahora tienes muchos adolescentes rondando la treintena que siguen creyéndose eso que les decían sus madres.
Hay muchos más síntomas de eso, como por ejemplo la absurda necesidad de muchos millenials (antes de cambiarle el nombre generación Y) por dar un nuevo nombre a su gusto a cosas que o bien ya tenían nombres o bien nunca lo han necesitado.
Eso llevo viéndolo años por internet y me maravilla y aterra en la misma medida.
#63 No he tenido más remedio que darte la razón
#4 Quédate con la crónica de perrera. Ni siquiera es mío...
Yo no creo que sean sólo las personas, sino también las circunstancias del momento. Hay momentos y escenarios históricos que estupidizan a la gente...
#5 Gente como Trump en el poder me da mucho miedo viendo los antecedentes.
#6 sí, me parece una comparación bastante atinada... Gente bravucona, un poco estúpida, que la lía con un "sujétame el cubata"...
Fue algo así...
#8 Pues con Trump, Bolsonaro, Jhonson y demases, es lo que puedes esperar.
Y si miramos a Europa tenemos nuestro propios ejemplos, y ganando cotas de poder. Solo hay que ver a Hungria y Polonia, es el futuro que nos espera.
#27 Mmmmm... Por partes, como Jack el Destripador:
Trump: puede ser, pero no... No da el perfil. Es demasiado histrión. Los peligrosos son los que se ven muy dignos.
Bolsonaro: encaja a la perfección en el modelo. Peligro...
Johnson: Tampoco... Por lo mismo que Trum.
Te pongo yo dos más: Netanyahu y Erdogan. Esos dos sí que tienen peligro... Y los putos príncipes saudíes. También.
En cambio, Kim Jong Un, naaaaaaaaa
#34 El mofletes lo único que quiere es perpertuarse en su distopia particular, ha pasado toda su infancia y adolescencia en internados europeos, sabe como va el mundo, y no quiere ser parte de el.
Si la soledad de su país pasa por tirar misiles sin carga al oceano, tirara los que hagan falta, pero no pasara de eso.
#5 No sé... no estoy seguro... es verdad que las circunstancias condicionan, pero a lo largo de la Historia ha habido tantos mendrugos con poder que... cuesta un poco creer que las circunstancias han presionado tanto. No lo dudo en casos históricos concretos, pero tantos a lo largo de la Historia. No sé, dudas.
#7 Bueno... Yo creo que está más o menos en la media. Lo que hay es mucha mala gente, porque para llegar hasta ahí arriba no se puede andar con muchos miramientos, peor eso mismo impide también llegar a los idiotas integrales, que son siempre mucho menos peligrosos que los solamente medio idiotas.
Me lo dijeron una vez y no lo creí... Pero en general, he ido aprendiendo que los protagonistas de la II guera Mundial eran de mayor categoría intelectual que los de la Primera... Manda huevos...
Los dirigentes soviéticos eran mucho más competentes que los del zar.
El partido nazi le daba cien vueltas a la administración del kaiser.
Churchill era más competente que el primer ministro inglés...
Sólo a los franceses les tocó un tío más inútil... Parece...
#10 Estás de coña ¿verdad?
Los de la tercera serán de mayor categoría intelectual que los de las anteriores, dirán allá en el futuro (si llega a haberlo)
La verdad es que tontos, tontos no parecen, lo que si son y serán todos es una jauría de egoístas, ególatras, pagados de si mismos y por supuesto mala, mala gente.
Lo malo es que somos los demás los que sufrimos las consecuencias, de los actos de estos 'grandes dirigentes'
#31 Sí, en cierto modo estaba de coña. Pero sólo en cierto modo. No se trata sólod e que estén más cerca de nuestra mentalidad. Los de las guerras napoleónicas también parecían gente más sensata y con cabezas mejor amuebladas que los de la puñetera I guerra Mundial.
#5 ¿Conocés el libro "Momentos estelares de la humanidad" de Stefan Zweig?
Estaría bien un libro que se titulase "Momentos estúpidos de la humanidad"
Tu relato estaría incluido
#68 Lo conozco pero no lo he leído....
Borges escribió uno que se titula "Historia Universal de la Infamia".
Ahí también pegaría, si tuviera yo los huevazos de poner algo mío al lado de Borges. Pero no los tengo...
#0 Me ha gustado el artículo, pero aunque posible que varias élites dominantes no quisieran la guerra, creo que en esas circustancias era ciertamente inevitable, precisamente Gran Bretaña, es una de las más interesadas, a sabiendas de que no se libraría en suelo inglés tenía mucho más que ganar y entre sus cálculos estaría que al final el primo yankie ayudaría.
Da gusto leer relatos así. Ameno, instructivo y bien redactado.
#16 Gracias... Ojalá acabase la historia a la que pertenece...
Las cosas fueron bastante más complicadas. Inglaterra no declaró la guerra por Francia y Rusia sino que oficialmente lo hizo por garantizar la independencia de Bélgica. Pero días antes personal de la diplomacia británica dio a entender a los alemanes que no harían eso. Alemania estaba dispuesta a una guerra con Francia y Rusia a la vez, pero no también contra Inglaterra. Mientras que a Inglaterra le interesaba que Alemania, su principal competidor por la supremacía en aquel momento, se precipitase hacia su perdición. Así que los ingleses atizaron un poco el fuego, como hicieron más adelante para estimular la entrada de EE.UU. en la guerra, usando barcos civiles para envíos de armas forzando así a los alemanes a extender su guerra submarina.
A su vez elementos de los servicios secretos rusos habían colaborado con los serbios de cara a la preparación del atentado en Sarajevo porque debido a un traidor unos años antes creían tener los planes secretos de guerra austríacos y con ellos la mano ganadora, así que elementos dentro del ejército aceleraron la movilización, lo que contribuyó a dejar con menos margen de movimiento a Alemania y Austria.
En Francia la principal voz en contra de la guerra, Jean Jaurés, el único líder del país que tal vez podría haber contribuido a calmar las cosas, fue asesinado en un café tres días después de empezar el conflicto, antes de que las grandes batallas comenzasen, justo cuando quería organizar una huelga general en favor de hacer un último esfuerzo por parar el conflicto...
El propio plan de guerra alemán necesitaba imperiosamente una movilización completa más rápida que la de los franceses, lo cual acortaba los plazos de negociación políticos una vez que las movilizaciones de los otros países empezasen, pero sin que muchos políticos alemanes (a los que los militares no informaban de los planes de guerra secretos) fueran conscientes de ello hasta el último momento, por lo que en principio pensaban que tenían más tiempo para las conversaciones del que tenían realmente.
Al final las cosas fueron bastante más complejas. Extraordinariamente complejas. Múltiples individuos con intereses divergentes actuando en cada país, unos a favor de la guerra y otros en contra, torpedeándose mútuamente hasta que fue imposible tomar una decisión racional porque en medio de aquel desastre de las cancillerías y de los servicios de inteligencia, intoxicándose mútuamente, nadie, pero realmente nadie, tenía toda la información fiable necesaria para entender exactamente qué estaba pasando y cuáles eran realmente las alianzas en vigor. De hecho aún hoy en día se comprueba que no mucha gente entiende realmente el caótico mecanismo que llevó a la guerra. Ningún individuo concreto tuvo la última palabra si bien hubo varios, como el que se cita en el texto, que resultaron particularmente importantes.
Al final la moneda cayó del lado de la guerra como pudo caer del de la paz y con varios países como Inglaterra o Italia en un determinado bando, como pudieron haber sido neutrales o incluso caer en el otro. Algo bastante confuso e inquietante.
#50 En todos los gobiernos había quien quería la guerra a toda costa y quien decía que era una locura.
Quizás por eso al terminar la guerra todos buscaban un culpable. Si hay un culpable oficial nos les buscarían a ellos.
Por desgracia en Alemania estaban en una mucho mejor posición de poder los que la querían.
#50 Muchas gracias. Has añadido tres o cuatro datos importantes a lo que sabía.
Estaba seguro de que valdría la pena colgar esto aquí.
#61 Creo que los has clavado.
pero no me acuses de simplificar, coño, que para no simplificar tendría que escribir doscientos folios...
lee a #50
Vale la pena
#62
200 folios ... solo para plantear la situación de cada país. #50 ya se mete en los prolegómenos de la guerra (ahí con 200 folios ya no te da) y lo que dice de la movilización es muy importante por dos motivos:
- Una vez lanzada la movilización, no se puede parar. Eso pone el país patas arriba, confisca trenes, recursos, personas ..... aunque luego no vayas a la guerra te monta un cristo que ríete del confinamiento de COVID.
- El que da primero da dos veces. Alemania tiene la ventaja de la posición, es un país relativamente pequeño y con mucha gente (lo malo es que le pueden dar por todos los frentes) y se puede movilizar relativamente pronto. Austria ya hemos dicho que es un carajal con no sé cuantos idiomas oficiales, Rusia .... si ahora es grande en 1914 lo era mucho más (incluía Finlandia y Polonia) ponte a recopilar tropas y mandarlas a Austria ... y luego cambia de tren que la vía no vale. UK lo tenía más fácil, tenía a la Royal Navy que era casi permanente y no mandaba más que el BEF (British Expeditionary Force) y Francia era grande, poblada pero tenían que llevar las tropas a ... no se sabe donde: Bélgica, Francia, Alemania ......
Vamos que en 1914, movilizar un millón de hombres (luego fueron más) armarlos, uniformarlos, desplazarlos y organizarlos era una tarea colosal.
#50 Bélgica, ese país tan conveniente para Inglaterra para restar poder a Alemania, Francia y Países Bajos.
Recomiendo muchísimo un libro llamado "el factor clave" habla de como la estupidez humana y la casualidad han definido el resultado de las guerras
https://www.hislibris.com/el-factor-clave-erik-durschmied/
Este articulo podría ser un capitulo de ese libro.
#15 muchas gracias. Tomo nota
#0 Una delicia de artículo. Gracias
Intresante, pero un poco simple.
Willy y Niky (el que ha escrito esto sabe de sobra a quienes me refiero) eran un par de idiotas que gobernaban solo de nombre. Les daban juguetes (como la flota de Alta Mar) pero en realidad estaban dominados uno por su mujer y otro por la clase militar (ambas alemanas, por cierto) Rusia era un puto desastre donde cada poco había golpes de timón en un sentido u otro (sobre todo los autoritarios) y Alemania no lo era, pero estaba dominada por los junker prusianos que como llevaban bastante décadas jugando con éxito a la guerra (incluidos un par de genocidios a pequeña escala en África .... para ir practicando) se creían invencibles. Claro que una cosa es enfrentarse a los franceses y otra, a todo cristo. Y ya para acabar de echar una risas, metemos a Rasputín (no creo que se llegara a follar a la zarina pero sí al resto de las grandes damas de la corte, una mezcla de Julio Iglesias e Iker Jiménez pero con barba)
Los pérfidos .... ¿qué mejor define a los pérfidos que las palabras de unos de sus primeros ministros? El Reino Unido no tiene amigos permanentes, tiene intereses permanentes. Vamos, que lo mismo van con unos que con otros con tal de que les interese.
Francia tenía una ligera espinita clavada en forma de Alsacia y Lorena y aquello era la oportunidad de sacarsela. De paso, descubrieron que el pantalón rojo no era la mejor idea para ir a la guerra contra un fusil que te apiola fácilmente a medio km (si le pones una mira buena, bastante más allá) Pero como buenos cabezones franceses hasta fusilaron a quienes decían "mejor dame uno gris, que se ve menos"
Austria Hungría era un carajal también guapo de narices. Un montón de naciones distintas bajo una corona ... doble. En una época que pasamos de de hablar de reyes a hablar de "naciones" ¿qué podría salir mal?
Y falta el último, el gigante dormido (o mejor muerto) que era el Imperio Otomano (curioso aliado para Alemania y Austria Hungría, por cierto) un gigante en otra época y ya muerto (Ataturk vendría después)
Estoy de acuerdo conFeindesland en que por lo de Sarajevo les daba pereza ir a la guerra, pero si no era ese año, iba a ser al siguiente. Europa era un polvorón desde finales del XIX.
#40 Si conociéramos todas las veces que ha faltado un tris para una hecatombe gorda sí que se nos pondrían los pelos de punta.Y no hay que ir tan lejos como el lío de los cohetes soviéticos en Cuba,hablo de fechas recientes.
Artículos como el tuyo hace grande a Menéame.Está bien banalizar a veces como hacemos en miles de comentarios vacuos porque si no la vida sería bastante insoportable,pero es imprescindible trabajos como el tuyo que amplía y enseña entresijos de la historia fundamentales para conocerla en toda su extensión.Ya.
Muy buen relato y mejor descripción del factor humano.Visto desde la perspectiva nuclear acojona que cualquier imbécil con poder(no quiero señalar)nos lie una más gorda que el coronavirus por"quítame de allí esas pajas".El futuro es eso que depende de imponderables de unos cretinos.
#23 Pues imagina cómo tenían de apretado el culo los que vivieron en la guerra fría...
Menos mal...
También cuenta que los jóvenes tenían literalmente, ganas de guerra, como muy bien apuntas al principio del relato y corrían a alistarse y a vitorear a su país y su monarca favorito. Después llegaría la guerra de trincheras y las batallas con millones de muertos para ganar 2 kilómetros de territorio enemigo.
El relato muy bien contado.
#13 que algunos jovenes la tuvieran no quiere decir que todos fueran del mismo parecer, probablemente aquellos que llevaban currando desde los 14 para llevar algo de comida a casa no les hizo ni puta gracia ser alistados a la fuerza y eso sin saber siquiera al infierno al que los enviaban.
#17 Por lo poco que he leído sobre la WWI, me suena que eran los oficiales y mandos intermedios los más deseosos. Nobles de segunda fila, segundos y terceros hijos que no iban a heredar la fortuna familiar... para ellos la gloria en la guerra era prácticamente la unica oportunidad de medrar socialmente.
#19 De eso va más o menos el resto del relato: de gente que no quería alistarse, de los que por su lado prepararon la revolución rusa, de los que tenían sus propios fines para alsitarse... Es decir.. del factor humano.
Los más deseosos, pro supuesto, eransn esos niobles de tercera quye vveían la ocasiónd e hacer carrera. Y en el caso alemán, algunos industriales, que esperaban quedarse con algunas d elas colonias francesas e inglesas. De l otro lado, lo mismo, y los más interesado clos ingleses que odiaban con tioda su alma la competencia d ela recién nacida pero potentísima industria alemana...
El texto pertenece a una novela que empecé en 1989 y que nunca he conseguido acabar...
P.D: se lo decía también a tul, pero debe de tenerme en el ignore...
Recomiendo para completar este relato leer "El mundo de ayer" de Stefan Zweig porque expresa de primera mano como se va a una guerra sin querer ir a una guerra. Hay gente, no mucha , que gana con una guerra dinero, prestigio, poder, posicion social o que elimina enemigos, contrincantes o que cree que no sera para tanto. Hay idiotas, es cierto, pero tambien grandes intereses que no tienen en cuenta las vidas perdidas. Los pobres son quienes mueren en las guerras, los idiotas del relato siempre sobreviven
pues mas que idiota, yo lo veo un tipo malvado, me explico.
del relato deduzco que se trataba de un militar aburrido que, poseyendo buen ejercito decide sacarlo a pasear.
y eso lo atribuyo a la maldad. a saber lo qie va a provocar tu acción y aun asi, seguir adelante.
al final dice que se arrepintió. bueno, su dios lo tendría el cuenta.
#9 ah, sí, sin duda. El kaiser era un idiota, pero el primer ministro alemán creo que era un hijoputa con manchas...
Bueno, ya ves cómo lo trato al final del artículo o relato...
#12 no habia pillado que el idiota era el kaiser
#9 eso que has dicho es la definicion de estúpido.
https://info.nodo50.org/Las-leyes-fundamentales-de-la.html
Alguien que perjudica a los demás sin obtener un beneficio e incluso perjudicando se a si mismo.
Y no hay nada más peligroso en el mundo que un estúpido, porque actúa sin lógica.
Solo hace falta un estúpido, quizá un genocida, y el principio de obediencia debida para desencadenar una guerra.
#36 Cierto. Y si hay más de uno, ya es el carajo...
Muy buen relato-crónica. ¿Está basado en algún libro histórico? Me recordó a "sleepwalkers" de Christopher Clark.
#46 Gracias. No, lo escribí tras investigar un poco la cadena de los hechos...
#47 ojalá lo termines y nos hacemos mecenas para que lo publiques
#86
Gracias...
Un día voy a tirar de baúl y voy a publicar aquí una novela por entregas, como en el siglo XIX...
Muy bueno, como casi siempre.
#45
Los dirigentes y la sociedad de aquella epoca eran de una psicologia totalmente distinta a la actual.
Llevaban todo el siglo xix calentando la olla del nacionalismo y jamas pensaron que llegase una guerra como la que hubo
Leo mucha superioridad intelectual juzgando a los politicos de hace un siglo pero dentro de 100 años cuando analicen estos años en el futuro tambien fliparan de lo estupidos que podiamos ser hoy dia.
#20 y sobre todo que no se dieron cuenta hasta que fue demasiado tarde de la importancia de los avances tecnológicos en la guerra hasta que fue demasiado tarde. Hasta entonces la guerra consistía en batallas campales, donde dos ejércitos bien identificados con uniformes vistosos, para poder ser reconocidos por los oficiales de campaña que impartían las órdenes, se enfrentaban formando en líneas bien definidas, quedando todo en una cuestión de valentía de las tropas, de capacidad estratégica de los oficiales, y del honor a la hora de firmar tratados, una vez enterrados los muertos.
Visto así hasta apetecía partir a la guerra cuando eras joven e impetuoso. Nadie se esperaba algo como lo que pasó.
#29 Totalmente cierto. Las armas defensivas habían avanzado más que las ofensivas, y los que lo sabían pensaban que eso serviría para detener cualquier guerra. ¿Quién va a atacar, sabiendo la desventaja que supone ser el que ataca? Pues todos...
Hay que ser tarugos...
#20 No puedo estar más de acuerdo. Por eso cuando me vienen pro ahí con movidas identitarias, me pillo unos rebotes del copón. Y entiendo que lo contrario, la marca blanca, también es chungo, pero joder...
Buen artículo, me ha encantado. Bonita prosa.
#28 Gracias.
Te cuento la historia de mi fracaso, y nos echamos unas risas:
-Esto es un fragmento de una novela. La empecé en 1989 (has leído bien) con el título de "volverás bajo las flores". No la conseguí acabar.
-La reanudé en 1997 con el título de "el humo y la niebla". Tampoco lo acabe.
-Tengo versiones de 2001, 2005, 2012, 2016 y 2018. Nada.
-Y joder, ahora que estamos metidos en casa, pues me dije... ¿Qué cojones? Y como no parece que la vaya a acabar, pues me dio por colgar un trozo aquí...
Y no, claro que no tuvo éxito la propuesta rusa... Imagina a un boxeador que le dice a un pistolero: tira el arma y nos damos sólo puñetazos. Parece sensato, pero no puedes pelearte así con un boxeador, porque te ahostia.
Rusia era boxeador... Enorme ejército, pero antiguo.
Lo de Austria-Hungría creo que era casi peor, pero bueno...
CC #32
#41 Bueno, no te desanimes, ya has hecho bastante MAS que cualquiera de nosotros a base de fragmentos. Siempre puedes venderla como relatos cortos relacionados entre sí.
Como relato lo veo bien, pero creo que es demasiado simple para analizar las verdaderas causas de la Primera Guerra Mundial. En realidad todos hicieron mucho porque esa guerra se produjera, aunque seguramente no pensaran que duraría tanto ni fuera tan devastadora. La Triple Alianza y la Triple Entente no se formaron por capricho. Había mucha tensión, rencillas y finalidades previas: Rusia contra Austria por los balcanes; Francia quiere vengarse de Alemania por la humillación de la guerra Franco-Prusiana; Inglaterra deseaba parar el desarrollo de Alemania para que no le quitara su hegemonía... Esto ocasionó 4 ocasiones previas en las que estuvo a punto de estallar la guerra.
Os dejo un enlace donde se explica muy bien el origen de esta guerra.
#69
Esto ocasionó 4 ocasiones previas en las que estuvo a punto de estallar la guerra.
Vamos, que fue en la quinta, pero que podía haber sido en la sexta o en la séptima. Pero a hostias, iban a acabar, sí o sí.
#69 Muy bueno el vídeo, me apunto el canal. Gracias.
Excelente y realmente muy bien contado, muy ameno.
Recuerdo haber leído, hace tiempo, que el zar ruso, sabedor del importante retraso tecnológico que tenía, intentó convocar una conferencia internacional sobre leyes de la guerra, creo que a finales del siglo XIX. Principalmente sobre la prohibición de armamento moderno. Nada de armas automáticas o artillería... la guerra debía hacerse con cargas de caballería e infantería formando en líneas con fusiles y bayonetas... cabe decir que tuvo cero éxito en sus intentos.
Se han escrito toneladas de papel sobre el origen de la IGM y sólo he leído una mínima fracción. Muchos procesos históricos siguen el mismo patrón que una reacción química. Se van acumulando reactivos y puede que un pequeño catalizador desate la reacción. En ese caso, parece extraordinario a los ojos de quienes revisan la historia que un pequeño cambio detone un desastre mayúsculo. Puede ocurrir lo contrario: el catalizador jamás aparece y la reacción no sucede, con lo que quienes analizan el pasado pasan por alto el potencial reactivo de aquella situación.
Bien escrito, por cierto
Me gusta tu estilo, Feindesland. Lo de los británicos y sus varios tipos de sangre me ha parecido muy bueno. Me gustaría una segunda parte con los años previos a la Segunda Guerra Mundial y el papel de Chamberlain que volvió de la Conferencia de Munich esperando vítores por "apaciguar" a Hitler y se demostró lo ridículo que era cuando Hitler, después de haber conseguido lo que le dio la gana sin guerra, invadió Polonia igualmente.
#33 Muchas gracias. Eso ya lo he escrito, y gané un premio de novela con ello.
Como siempre insisto en que no se debe identificar la gente en internet, no te digo cual es, pero es un tema que me interesa mucho.
De todos modos, nada es tan sencillo como parece, al menos desde mi punto de vista. Chamberlain tenía razón y fue una buena idea. El que estaba equivocado era Churchill, o al menos calculó mal. Cuando declaró la guerra A Alemania en 1939, tras la invasión de Polonia, le preguntaron en el parlamento si también iba a declarar la guerra a Rusia, porque Rusia también invadió Polonia (fue a medias, como sabrás). Y Churchill respondió: ¿Y qué producen los rusos que compita con nuestra industria? O sea que los motivos iban por otro lado...
Por eso hay gente a la que le gusta esa novela de la que hablas, y otra gente que me ha puesto a parir. Lo normal, vaya...
"No hay nada más peligroso que un tonto con iniciativa"
dicho popular
Muy bien redactado y engancha la lectura. Me quedo con ganas de leer más.
a cualquiera que le interese la primera guerra mundial siempre recominedo Los cañones de agosto, de Bárbara W. Tuchman, narra los primeros 31 días de la guerrra y te atrapa. le dieron un Pulitzer en el 62 por ello.
Tu artículo me ha recordado su forma de escribir.
http://quelibroleo.com/los-canones-de-agosto
Vivi la época en que la juventud americana quemaba sus tarjetas militares para no ir a Vietnam. Ahora tienen que usar mercenarios o necesitados de una paga.
Ya es más difícil manipular a la gente. No me imagino otra guerra total en Europa, la de los Balcanes no pasó a mayores.
En España lleva escribiéndola ya bastante tiempo los idiotas.