Muchas cabezas rodaron en la Guerra de las Comunidades de Castilla, que pasó a la historia como paradigma de resistencia frente al absolutismo. A las puertas del hoy no es difícil observar cómo la vida rula dejando el poder en manos de unos pocos, muchas veces de forma vitalicia, en detrimento de los derechos de la llanura popular. Es esta la infinita dicotomía entre arriba y abajo, algo más que común en las historias de la Historia, con mayúscula.
Comentarios
Decir que la Guerra de las Comunidades fue por la independencia de Castilla es muy falaz. Ante todo fue una revuelta contra el mal gobierno y el dar títulos y oficios de Castilla a flamencos y borgoñones. Además, coincidieron los intereses particulares de los comuneros.
Juan de Padilla se había decidido a ganarse el maestrazgo de Santiago.
Francisco Maldonado quería el título de regidor mayor de Salamanca.
Juan Bravo de Laguna y Mendoza quería ser el amo de Segovia y un título de conde.
El obispo Acuña tenía la intención de hacerse por las armas con el arzobispado de Toledo.
Pedro Girón se había prometido apoderarse del ducado de su tío.
Tuvieron la ocasión de aceptar los términos de paz propuestos por el rey en Villabrágima, que eran más que generosos, pero los rechazaron.
#4 tan falaz como que la guerra de Sucesión fue por la independencia de Cataluña
#9 Exactamente al mismo nivel.
Añado que de los líderes comuneros el único que volvió a la obediencia al rey fue Pedro Girón, pero se chupó 10 años de destierro en Orán por su participación en la rebelión
Entre los términos ofrecidos por el rey y el regente Adriano están los siguientes:
-No se darán oficios de república a extranjeros, y se revocarán los nombramientos de flamencos y borgoñones.
-No se darán títulos, castillos, casas fuertes, torres, o tenencias de plazas artilladas sino es a castellanos.
-No se cargará mercancías en naves que no sean de Vizcaya o Galicia.
-No se sacará trigo de Castilla para Portugal ni pan de La Mancha para Valencia, pues el trasladarlo allá lo hace encarecer acá.
-No se usarán dineros de Castilla para las empresas del rey en Alemania.
-Se resolverán los pleitos de Jaén con la villa de Martos, el de Valladolid con Simancas, y el del almirante de Castilla con Medina de Rioseco.
-El rey recortará los gastos de su corte.
Esto lo rechazaron y prefirieron la guerra.
Con este comentario y el anterior queda expresada mi opinión de que los comuneros no miraban por el interés del reino sino el suyo particular.
#8 Añadido a que Carlos, era un rey joven, extranjero y de usos y costumbres muy alejados de los de Castilla (por lo que entro de culo en el reino).
Los caciques locales contra los caciques del Imperio.
#1 ahí le has dado
Castilla no luchó por la "independencia". ¿De quién coño se estaba independizando? Una parte de Castilla luchó por un rey, pero la otra luchó por el otro: fue más bien una guerra civil. Y Castilla en aquel entonces era todo lo que no era Aragón y Navarra. La Segunda República puso el color morado en la bandera en conmemoración de los comuneros porque se veía como una epopeya nacional, no como algo de una sola región.
Pelín superficial el artículo, pero nunca está de más repasar episodios históricos como este.
Decir que la Guerra de los Comuneros fue de arriba contra abajo o por la independencia de Castilla, cuando fue la revuelta de unos cuantos nobles que veían peligrar su cortijo...
Las auténticas revueltas de la plebe contra la nobleza en la época fueron los Irmandiños en Galicia y los Remences en Catalunya, y estos últimos lograron su objetivo: abolir el feudalismo. Pero de esa historia, poco se habla.
#11 No se abolió el feudalismo en absoluto. Lo que anuló la Sentencia Arbitral de Guadalupe fueron los malos usos señoriales, que son un pequeña parte del feudalismo catalán. Los señoríos jurisdiccionales siguieron existiendo y los derechos feudales también. De hecho hubo familias nobles que se vieron reforzadas, como los Folch de Cardona, que obtuvieron el título de duque de Cardona y los señoríos de los condes de Pallars.
Arriba y abajo????
La historia siempre se repite, pero con distintos nombres. Ayer Castilla hoy Cataluña. Y la gente se lleva las manos a la cabeza.