Hace 5 años | Por laforet a bbc.com
Publicado hace 5 años por laforet a bbc.com

En una biblioteca histórica en la ciudad de Tréveris (Trier), en Alemania, hay un manuscrito que probablemente fue hecho entre los años 800 y 825, que contiene una versión del libro bíblico del Apocalipsis completamente ilustrado.

Comentarios

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#2 Amén,él fue el único inteligente que no quiso ser borrego y se rebeló contra la esclavitud de diosito ,la libertad le costó mala fama,cuernos y rabo. lol

D

#3 El cuerno y rabo son parte de la mala fama inventada por los cristianos (en especial algunas religiones como el catolicismo y no todos los cristianos). Según la Biblia era un ser de luz, sumamente hermoso y extremadamente poderoso, que confrontaba a Dios en sus opiniones. Y Dios, el intolerante sabelotodo que no admitía argumentos en contra, lo expulsó.

Afortunadamente la propia biblia de los cristianos tiene una ingente cantidad de evidencias de quién es realmente Dios, de toda su maldad, inmoralidad y perversiones (y para colmo escritas por inspiración de él mismo, que no tiene ni vergüenza).

Desafortunadamente, ser cristiano es ser ciego a esas evidencias porque violan sus más profundas creencias mágicas, en donde aparece Dios como el bueno (a pesar de todas las barbaridades mostradas en la Biblia) y Satanás es el malo. Es difícil para ellos aceptar la realidad de sus propios cuentos imaginarios. Es como si estuvieran en la época donde se pensaba que la Tierra era plana y alguien les dijera que era redonda. Sesgo de confirmación. Pequeño cortocircuito. Y al final ignorar todo lo que va en contra de lo que cree.

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#8 la lectura directa de la biblia no es lo más al uso en el cristianismo católico. Si lo es en el cristianismo protestante. Y si, si se lee la Biblia al pie de la letra, es terrible. Solo el nuevo testamento se salva algo. Y por eso el catolicismo se centra en el mensaje de amor de Jesucristo. Y no en Dios.

D

#2 En tu version de la biblia se les olvido poner que el supuesto beneficio fue la expulsion del paraiso y la mortalidad.

Ademas, no es mas que una forma de explicar el precio de la libertad

D

#4 Prefiero un millón de veces este mundo que vivir en el paraíso, como una cabra parlante, desnudo y haciéndole felaciones diarias[1] a un Dios insaciable.

[1] Amando a Dios sobre todas las cosas, haciéndole sacrificios de animales (o mis hijos si me lo pide), diciéndole todos los días lo mucho que lo amo y lo maravilloso que es, adorándolo, amándolo, admirándolo, idolatrándolo,... por toda la eternidad. Es decir, el sueño húmedo cristiano.

PD. Me gustó la parte de
"Ademas, no es mas que una forma de explicar el precio de la libertad"

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#2 Satán did nothing wrong.

D

Más que como combate contra otras religiones, siempre he entendido que al Diablo se lo inventó para explicar el mal en el mundo, que no podía provenir de un Dios infinitamente bondadoso.

No sé yo a qué religión iban a derrotar, si el paganismo estaba ya por los suelos.

D

#1 Realmente el Dios católico finiquitó el mundo sin que le temblase el pulso, salvando tan solo a los justos. En realidad las tres religiones abrahámicas justifican la destrucción del pecador. Se trata de acojonar a quien se desvía del dogma.

Meinster

#1 Y realmente Satanás no tiene sentido en el cristianismo, pues se trata de una religión, en principio, que no es dualista, por tanto no existe el bien y mal, solo existe Dios y Dios todo lo que ha creado es bueno y perfecto.

Satanás tenía sentido en la antigua religión hebrea, la que se convirtió con el tiempo en el judaismo, en ella existian muchos dioses, Yahveh era el dios del pueblo hebreo que vivía en una montaña, cuando el pueblo hebreo se fue de su región tuvo que llevárselo con ellos, para ello crearon el arca de la alianza. Yahveh, para ellos, creó al primer hombre y primera mujer hebreos, porque había otros dioses y estos dieron vida cada uno a su pueblo. Satanás tiene sentido en esa cultura, Yahveh no es perfecto, es caprichoso y se equivoca.

Pero cuando surgió el cristianismo quisieron elevar esa religión a la perfección, Dios es perfecto, lo que crea es la perfección, todo es felicidad, pero la gente no es feliz, así que ha de ser una prueba de Dios, pero Dios no es malo, así que debe haber un enemigo, alguien que Dios creó tan perfecto que se opuso a Dios por considerarse un igual. ¿Y quién es ese ser demoníaco? Las creencias paganas que existian en los pueblos que querían conquitar, las religiones paganas eran complejas, con dioses ni buenos ni malos, podían colmarte de honores si te querían, o podían convertir tu vida en un infierno si querían, no eran fáciles de tratar pues podías hacer lo mejor para contentarlos y que se portaran mal contigo. Llego el cristianismo, este ofrecía un Dios que era todo bondad, todopoderoso, si te portas bien tendrás honores, en la otra vida, una vida infinita, ¿de dónde proviene el mal? pues de esos dioses en los que crees, son Satanás que intenta cautivarte para, aunque te colme de honores en esta vida, torturar tu alma infinita en la otra. Sigue a Dios y olvida a Satanás.

Con ello el cristianismo tuvo que renunciar a su base, pero mereció la pena, pudo triunfar frente a otras religiones.

Meinster

#1 Y no te creas que el paganismo estaba por los suelos, cuando el cristianismo llegó no había un momento no religioso, por poner un ejemplo, los pueblos del Mediterráneo adoraban a Isis y al niño Horus, eran las figuras preferidas y adoradas, el cristianismo consiguió convertir esta creencia en la adoración de la Virgen María y el niño Jesús, María es un personaje que apenas aparece en el Nuevo Testamento y no es demasiado bien tratada por su hijo, este de bebé apenas aparece, sin embargo tienen, en los países meditarráneos cristianos, una grandísima importancia, más incluso que Dios o Jesús adulto, curiosamente en los mismos países que adoraban a Isis.

anor

#1 Yo creo que la funcion de Satanas y su infierno era la de crear panico y asi controlar la conducta de la gente. Unade las formas mas eficaces de controlar es mediante el miedo. No hay idea mas aterradora que un tormento eterno. Si convences a la gente de que si no te obedecen, si no obededen las normas que has creado, sufriran eternamente, los controlaras como si fueran marionetas. Esto es lo que hizo la Iglesia, y por eso Satanas se representa de la forma mas aterradora posible.

EvilPreacher

«Un grabado muestra la lucha del arcángel Miguel contra los ángeles rebeldes» Si es del año 800, difícilmente podrá ser un grabado.

M

Si se inventó el lado malo es porque se inventó el lado bueno

D

En la pelea satán vs dios, es donde mi ateísmo se atiborra de palomitas...
Tercer round !!!

D

En cuanto a la representación del diablo con cuernos, es algo cultural y en su momento Miguel Angel no tuvo problemas en representar el Moisés con cuernos como algo positivo. La idea que tenemos ahora incidiendo en el color rojo creo que es una transformación del mismo estilo que sufrió Papá Noel adoptando el logo comercial de Coca-Cola

D

"La vida cristiana es un combate permanente. Se requieren fuerza y valentía para resistir las tentaciones del diablo y anunciar el Evangelio. Esta lucha es muy bella, porque nos permite celebrar cada vez que el Señor vence en nuestra vida.

No se trata solo de un combate contra el mundo y la mentalidad mundana, que nos engaña, nos atonta y nos vuelve mediocres sin compromiso y sin gozo. Tampoco se reduce a una lucha contra la propia fragilidad y las propias inclinaciones (cada uno tiene la suya: la pereza, la lujuria, la envidia, los celos, y demás).

Es también una lucha constante contra el diablo, que es el príncipe del mal. Jesús mismo festeja nuestras victorias. Se alegraba cuando sus discípulos lograban avanzar en el anuncio del Evangelio, superando la oposición del Maligno, y celebraba: «Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo» (Lc 10,18).

No aceptaremos la existencia del diablo si nos empeñamos en mirar la vida solo con criterios empíricos y sin sentido sobrenatural. Precisamente, la convicción de que este poder maligno está entre nosotros, es lo que nos permite entender por qué a veces el mal tiene tanta fuerza destructiva.

Es verdad que los autores bíblicos tenían un bagaje conceptual limitado para expresar algunas realidades y que en tiempos de Jesús se podía confundir, por ejemplo, una epilepsia con la posesión del demonio. Sin embargo, eso no debe llevarnos a simplificar tanto la realidad diciendo que todos los casos narrados en los evangelios eran enfermedades psíquicas y que en definitiva el demonio no existe o no actúa.

Su presencia está en la primera página de las Escrituras, que acaban con la victoria de Dios sobre el demonio. De hecho, cuando Jesús nos dejó el Padrenuestro quiso que termináramos pidiendo al Padre que nos libere del Malo. La expresión utilizada allí no se refiere al mal en abstracto y su traducción más precisa es «el Malo». Indica un ser personal que nos acosa. Jesús nos enseñó a pedir cotidianamente esa liberación para que su poder no nos domine.

Entonces, no pensemos que es un mito, una representación, un símbolo, una figura o una idea. Ese engaño nos lleva a bajar los brazos, a descuidarnos y a quedar más expuestos. Él no necesita poseernos. Nos envenena con el odio, con la tristeza, con la envidia, con los vicios. Y así, mientras nosotros bajamos la guardia, él aprovecha para destruir nuestra vida, nuestras familias y nuestras comunidades, porque «como león rugiente, ronda buscando a quien devorar» (1 P 5,8).

La Palabra de Dios nos invita claramente a «afrontar las asechanzas del diablo» (Ef 6,11) y a detener «las flechas incendiarias del maligno» (Ef 6,16). No son palabras románticas, porque nuestro camino hacia la santidad es también una lucha constante. Quien no quiera reconocerlo se verá expuesto al fracaso o a la mediocridad.

Para el combate tenemos las armas poderosas que el Señor nos da: la fe que se expresa en la oración, la meditación de la Palabra de Dios, la celebración de la Misa, la adoración eucarística, la reconciliación sacramental, las obras de caridad, la vida comunitaria, el empeño misionero.

Si nos descuidamos nos seducirán fácilmente las falsas promesas del mal, porque, como decía el santo cura Brochero, «¿qué importa que Lucifer os prometa liberar y aun os arroje al seno de todos sus bienes, si son bienes engañosos, si son bienes envenenados?».

En este camino, el desarrollo de lo bueno, la maduración espiritual y el crecimiento del amor son el mejor contrapeso ante el mal. Nadie resiste si opta por quedarse en un punto muerto, si se conforma con poco, si deja de soñar con ofrecerle al Señor una entrega más bella. Menos aún si cae en un espíritu de derrota, porque «el que comienza sin confiar perdió de antemano la mitad de la batalla y entierra sus talentos. […] El triunfo cristiano es siempre una cruz, pero una cruz que al mismo tiempo es bandera de victoria, que se lleva con una ternura combativa ante los embates del mal».

El camino de la santidad es una fuente de paz y de gozo que nos regala el Espíritu, pero al mismo tiempo requiere que estemos «con las lámparas encendidas» (Lc 12,35) y permanezcamos atentos: «Guardaos de toda clase de mal» (1 Ts 5,22). «Estad en vela» (Mt 24,42; cf. Mc 13,35). «No nos entreguemos al sueño» (1 Ts 5,6).

Porque quienes sienten que no cometen faltas graves contra la Ley de Dios, pueden descuidarse en una especie de atontamiento o adormecimiento. Como no encuentran algo grave que reprocharse, no advierten esa tibieza que poco a poco se va apoderando de su vida espiritual y terminan desgastándose y corrompiéndose.

La corrupción espiritual es peor que la caída de un pecador, porque se trata de una ceguera cómoda y autosuficiente donde todo termina pareciendo lícito: el engaño, la calumnia, el egoísmo y tantas formas sutiles de autorreferencialidad, ya que «el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz» (2 Co 11,14). Así acabó sus días Salomón, mientras el gran pecador David supo remontar su miseria.

En un relato, Jesús nos advirtió acerca de esta tentación engañosa que nos va deslizando hacia la corrupción: menciona una persona liberada del demonio que, pensando que su vida ya estaba limpia, terminó poseída por otros siete espíritus malignos (cf. Lc 11,24-26). Otro texto bíblico utiliza una imagen fuerte: «El perro vuelve a su propio vómito» (2 P 2,22; cf. Pr 26,11)." (Papa Francisco)