No hay ninguna absurdez tan obvia que no pueda ser firmemente plantada en la cabeza de un hombre si simplemente se comienza a imponérsela antes de los cinco años de edad, repitiéndola constantemente con un aire de gran solemnidad
No hay ninguna absurdez tan obvia que no pueda ser firmemente plantada en la cabeza de un hombre si simplemente se comienza a imponérsela antes de los cinco años de edad, repitiéndola constantemente con un aire de gran solemnidad
enviado
____
menéame