"38 días en que RU caminó dormido hacia el desastre", o de cómo un país que tiene todo para ganar...

lleva más de 18.000 muertos.

Ésto es una traducción de un artículo de The Times (paywall) de el 18 de abril, que me parece muy interesante.

www.thetimes.co.uk/edition/news/coronavirus-38-days-when-britain-sleep

Relata qué hizo y no hizo el gobierno de RU desde el inicio del problema del covid-19.

Lo que me parece interesante es ver cómo un país que tenía muchísimo para contener la pandemia de una manera extraordinaria (no sólo por ser una isla, sino por que tiene empresas que fabrican EPP, por el ensayo de pandemia "Cygnus" en 2016 que mostró todo lo que necesitaban saber/mantener/obtener para enfrentar una pandemia, etc), y que por decisiones políticas y por inacción, lo han convertido en un país con más de 18.000 muertos en hospitales.

Se puede ver aquí (lo hago como artículo porque no me deja linkearlo normalmente):

archive.is/20200418182037/https://www.thetimes.co.uk/edition/news/coro

y luego de la traducción, agrego algunos otros links.

(por cierto, espero que no incumpla las normas... )

Aquí la traducción:

Coronavirus: 38 días en que RU caminó dormido hacia el desastre.

Boris Johnson se saltó cinco reuniones Cobra sobre el virus, ignoró llamadas para obtener material protector y advertencias de científicos cayeron en oídos sordos.Los fallos en febrero pueden haber costado miles de vidas.

En el tercer viernes de enero, un asesino silencioso y sigiloso se arrastraba por el mundo. Pasando de persona a persona y transportado en barcos y aviones, el coronavirus ya estaba dejando un rastro de cuerpos.

El virus se había extendido desde China a seis países y estaba seguramente en muchos otros. Sintiendo el peligro que se avecinaba, el gobierno británico entró brevemente en modo-guerra ése día, teniendo una reunión Cobra, que es su comité nacional de crisis.

Pero sólo tomó una hora ése 24 de enero, a la hora del almuerzo, para dejar de lado la amenaza del coronavirus. Matt Hancock, el secretario de sanidad, abandonó Whitehall luego de liderar la reunión y dijo alegremente a los periodistas que el riesgo para RU era "bajo".

Ésto fué a pesar de la publicación, ése día, de un alarmante estudio hecho por médicos chinos en la revista médica The Lancet.

Evaluó el potencial letal del virus, por primera vez sugiriendo que era comparable a la pandemia de "Spanish flu" de 1928, que mató hasta 50 millones de personas.

Inusualmente, Boris Johnson había estado ausente de Cobra. El comité, que incluye ministros, jefes de inteligencia y generales militares, se reúne en momentos de gran peligro, como ataques terroristas, desastres naturales y otras amenazas a la nación, y normalmente está presidido por el primer ministro.

Johnson, sin embargo, había encontrado tiempo ése mismo día para unirse a un ritual de ojos de dragón del año nuevo lunar como parte de la recepción de Downing Street para la comunidad china, dirigida por el embajador del país.

Fue un gran día para Johnson y había un ambiente triunfal en Downing Street porque el tratado de retirada de la Unión Europea se estaba siendo firmado al final de la tarde. Pudo haber sido el momento decisivo como primer ministro, pero eso fue antes de que el mundo cambiara.

Ésa misma tarde, su portavoz minimizó la inminente amenaza desde el este y aseguró a la nación que estábamos "bien preparados para cualquier enfermedad nueva". La actitud segura, casi despreocupada, mostrada ese día en enero continuaría por más de un mes.

Johnson se saltó otras cuatro reuniones de Cobra sobre el virus. Cuando Gran Bretaña fue golpeada por inundaciones sin precedentes, completó la retirada de la UE, reorganizó su gabinete y luego se fue al refugio de gracia y favor en Chevening, donde pasó la mayor parte de las dos semanas del período medio de receso, con su prometida embarazada, Carrie Symonds.

No sería hasta el 2 de marzo, otras cinco semanas, en que Johnson asistiría a una reunión Cobra sobre el coronavirus. Pero para entonces fué casi indudablemente demasiado tarde. El virus se había infiltrado en nuestros aeropuertos, nuestros trenes, nuestros lugares de trabajo y nuestros hogares. Gran Bretaña estaba en camino hacia una de las peores infecciones del virus más mortal que ha afectado al mundo en más de un siglo.

La semana pasada, un asesor principal de Downing Street rompió filas y culpó a las semanas de complacencia, del fracaso de liderazgo en el gabinete. En particular, destacó al primer ministro.

"No hay manera de que tú estés en guerra si tu primer ministro no está allí", dijo el asesor. "Y lo que aprendes sobre Boris fue que no presidió ninguna reunión. Le gustaba sus escapadas al campo. No trabajó los fines de semana. Fué como trabajar para un jefe ejecutivo fuera de moda en una autoridad local de hace 20 años. Hubo una sensación real de que él no hizo ninguna planificación urgente de la crisis. Fué exactamente como la gente temía que hubiera sido".

Investigación "inevitable"

Un día inevitablemente habrá una investigación sobre la falta de preparativos durante esas cinco semanas "perdidas" desde el 24 de enero. Habrá preguntas sobre cuándo los políticos entendieron la gravedad de la amenaza, qué les dijeron los científicos y por qué se hizo tan poco para equipar al Servicio Nacional de Salud para la crisis acechante. Serán los políticos quienes enfrentarán el escrutinio más intenso.

Entre los puntos clave que probablemente se explorarán será por qué se tomó tanto tiempo en reconocer la necesidad urgente de

un aumento masivo en los suministros de equipo de protección personal (PPE) para los trabajadores de la salud; ventiladores para tratar síntomas respiratorios agudos; y pruebas para detectar la infección.

Cualquier consulta también podrá preguntar si el fracaso del gobierno para comprender la magnitud de la crisis en esos primeros días, tuvo el efecto secundario de que el bloqueo nacional se introdujera días o incluso semanas demasiado tarde, causando todavía muchas más miles de muertes innecesarias.

Una investigación ha hablado con científicos, académicos, médicos, planificadores de emergencias, funcionarios públicos y políticos sobre la raíz de la crisis y si el gobierno debería haber sabido antes y haber actuado con mayor rapidez para poner en marcha la máquinaria del gobierno y poner a la NHS en pié de guerra.

Nos dijeron, contrariamente a la línea oficial, que Gran Bretaña estaba en un mal estado de preparación para una pandemia. Las reservas de emergencia de EPP habían disminuido severamente y se habían caducado, luego de convertirse en baja prioridad en los años de los recortes por austeridad. La capacitación para preparar a los trabajadores clave para una pandemia se suspendió durante dos años, mientras que la planificación de contingencia se desvió para lidiar con un posible Brexit sin acuerdo.

Esto hizo doblemente importante que el gobierno comenzara a trabajar inmediatamente y a toda velocidad a fines de enero y principios de febrero. Los científicos dijeron que la amenaza de la tormenta venidera era clara. De hecho, un comité asesor clave del gobierno recibió una advertencia grave un mes antes de lo que se admitió previamente, sobre la posibilidad de tener que lidiar con muertes masivas.

Fue un mensaje repetido a lo largo de febrero, pero las advertencias parecieran haber caído en oídos sordos. La necesidad, por ejemplo, de aumentar los suministros de emergencia de máscaras y batas protectoras para los trabajadores de la salud era apremiante, pero se logró poco progreso en la obtención de los artículos de los fabricantes, principalmente en China.

En cambio, durante este período, el gobierno envió suministros de la otra manera: enviando 279,000 artículos de su agotado arsenal de equipos de protección a China, luego de una solicitud de ayuda de las autoridades allí.

Peligro inminente

El primer ministro había estado tomando sol con su novia en el complejo caribeño de millonarios de Mustique, cuando China, el 31 de diciembre, alertó por primera vez a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que se habían registrado varios casos de una neumonía inusual en Wuhan, una ciudad de 11 millones de habitantes en la provincia de Hubei.

En los días siguientes, China afirmó inicialmente que el virus no podía transmitirse de humano a humano, lo que debería haber sido tranquilizador. Pero ésto, a principios de enero, no sonaba cierto para los académicos y epidemiólogos de la salud pública de Gran Bretaña que se enviaban mensajes de texto entre ellos, ansiosos por obtener más información,

Devi Sridhar, profesor de salud pública mundial en la Universidad de Edimburgo, había predicho en una charla dos años antes que un virus podría saltar especies de un animal en China y propagarse rápidamente para convertirse en una pandemia humana. Por lo que las noticias de Wuhan la pusieron en alerta máxima.

"A principios de enero, muchos de mis colegas de salud global y yo estábamos discutiendo" ¿Qué está pasando? "", Recordó. "China aún no había confirmado que el virus fuera persona a persona. Muchos de nosotros sospechábamos que lo era, porque era un patógeno respiratorio, y no se verían la cantidad de casos que veíamos fuera de China, si no fuera de persona a persona. Eso fue perturbador ".

Ya el 16 de enero, el profesor estaba en Twitter pidiendo una acción rápida para prepararse para el virus. "Los periodistas me preguntaron qué tan grave es el brote de #WuhanPneumonia", escribió. "Mi respuesta: tómelo en serio debido a la propagación transfronteriza (los aviones significan que los bichos viajan lejos y rápido), es probable que la transmisión de persona a persona y los brotes anteriores hayan enseñado que la respuesta excesiva es mejor que retrasar la acción".

Los eventos, ahora, se movían rápido. A cuatrocientas millas de distancia, en Londres, desde su campus al lado del Royal Albert Hall, un equipo de la Escuela de Salud Pública del Imperial College dirigido por el profesor Neil Ferguson realizó su primera evaluación del modelado del probable impacto del virus. El viernes 17 de enero, su informe señaló la noticia "preocupante" de que se habían descubierto tres casos del virus fuera de China: dos en Tailandia y uno en Japón. Si bien reconocieron muchas incógnitas, los investigadores calcularon que ya podría haber hasta 4.000 casos. El informe advirtió: “La magnitud de estos números sugiere que no se puede descartar una transmisión sustancial de persona a persona. Se recomienda una mayor vigilancia, un intercambio rápido de información y una mejor preparación ”.

Para ése momento el bicho misterioso había sido identificado como un tipo de coronavirus, una gran familia de virus que pueden causar infecciones que van desde el resfriado común hasta el síndrome respiratorio agudo severo (Sars). Hubo dos muertes reportadas por el virus y 41 pacientes se enfermaron.

El miércoles siguiente, 22 de enero, el gobierno convocó su primera reunión de su grupo de asesoramiento científico para emergencias (Sage) para discutir el virus. Su membresía es secreta, pero generalmente está presidida por el principal asesor científico del gobierno, Sir Patrick Vallance, y el principal asesor médico, el profesor Chris Whitty. Los asesores de Downing Street también están presentes.

Hubo nuevos hallazgos ese día con científicos chinos advirtiendo que el virus tenía una tasa de infectividad inusualmente alta de hasta 3.0, lo que significaba que cada persona con el virus infectaría hasta tres personas más.

Uno de los presentes fue el Ferguson de Imperial, que ya estaba trabajando en su propia estimación, poniendo la infectividad en 2.6 y posiblemente tan alta como 3.5, que envió a los ministros y funcionarios en un informe el día de la reunión de Cobra el 24 de enero. La "Spanish flu" tenía una tasa de infectividad estimada de entre 2.0 y 3.0, por lo que el hallazgo de Ferguson fue impactante.

La otra bomba del profesor, en el mismo informe, fue que tenía que haber un recorte del 60% en la tasa de transmisión, lo que significaba detener el contacto entre las personas. En términos simples, significaba un confinamiento, medida que paralizaría una economía que ya enfrenta constantes golpes por el Brexit. En ese momento, tal sugerencia era impensable en el gobierno y pertenecía al mundo de las películas post-apocalípticas.

La creciente alarma entre los científicos parece no haber sido escuchada o escuchada por los responsables políticos. Después de la reunión de Cobra del 25 de enero, las voces de tranquilidad no fueron sólo de Hancock, sino también del portavoz del primer ministro: Whitty también tenía confianza.

"Cobra se reunió hoy para discutir la situación en Wuhan, China", dijo Whitty. “Contamos con expertos mundiales que monitorean la situación las 24 horas del día y tenemos un sólido historial de manejo de nuevas formas de enfermedades infecciosas. . . no hay casos confirmados en el Reino Unido hasta la fecha ".

Sin embargo, para entonces, habían habido 1,000 casos en todo el mundo y 41 muertes, principalmente en Wuhan. Un informe de Lancet ese día presentó un estudio de 41 pacientes con coronavirus ingresados en el hospital de Wuhan que encontró que más de la mitad tenía problemas respiratorios graves, un tercio requirió cuidados intensivos y seis murieron.

Y ahora, entonces, había pocas dudas de que el virus golpearía al Reino Unido. Un estudio realizado por la Universidad de Southampton demostró que 190,000 personas volaron al Reino Unido desde Wuhan y otras ciudades chinas de alto riesgo entre enero y marzo. Los investigadores estimaron que hasta 1.900 de estos pasajeros se habrían infectado con el coronavirus, lo que casi garantiza que el Reino Unido se convertiría en el centro de la pandemia siguiente.

Efectivamente, cinco días después, el miércoles 29 de enero, se encontraron los primeros casos de coronavirus en suelo británico cuando dos ciudadanos chinos de la misma familia se enfermaron en un hotel en York. Al día siguiente, el gobierno elevó el nivel de amenaza de bajo a moderado.

El plan de la pandemia

El 31 de enero, o el día del Brexit como se conocía, hubo un conmovedor discurso del primer ministro a las 11 de la noche prometiendo que la retirada de la Unión Europea sería el comienzo de una nueva era que desataría al pueblo británico que "crecería en confianza". mes a mes.

En este momento había una buena razón para que los principales asesores científicos del gobierno sintieran una inquietud progresiva sobre el virus. La OMS había declarado el coronavirus una emergencia global el día anterior y los científicos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres confirmaron a Whitty, en una reunión privada del comité asesor de Nervtag sobre enfermedades respiratorias, que la infectividad del virus podría ser tan grave como la peor estimtación que Ferguson había hecho varios días antes.

Los asesores científicos oficiales estaban dispuestos a admitir en público que podría haber varios casos de coronavirus en el Reino Unido. Pero tenían fe que los planes del país para una pandemia, demostrarían ser realmente sólidos.

Ésto fué probablemente un gran error. Un asesor de Downing Street con amplio conocimiento de los preparativos de emergencia de Gran Bretaña, hablando off-the-record, dice que su confianza en "el plan" estaba fuera de lugar. Si bien una posible pandemia había sido catalogada como la amenaza número 1 para la nación durante muchos años, la fuente dice que en realidad hace mucho tiempo que dejó de ser tratada como tal.

Varios planificadores de emergencias y científicos dijeron que los planes para proteger al Reino Unido en una pandemia habían sido una de las principales prioridades y habían estado bien financiados durante una década, luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Pero más tarde se produjeron recortes debido a la austeridad. "Fuimos la envidia del mundo", dijo la fuente, "pero la planificación pandémica se convirtió en una víctima de los años de austeridad cuando había necesidades más urgentes".

El último ensayo para una pandemia fue un ejercicio de 2016 con el nombre en código de Cygnus, que predijo que el servicio de salud colapsaría y destacó una larga lista de deficiencias, incluida, prescientemente, la falta de EPP y ventiladores de cuidados intensivos.

Pero una lista igualmente larga de recomendaciones para abordar las deficiencias nunca se implementó. La fuente dijo que los preparativos para un Brexit sin acuerdo "absorbieron toda la sangre de la planificación para una pandemia" en los años siguientes.

En el año previo al brote de coronavirus, las reuniones clave del comité de gobierno sobre planificación pandémica fueron "eliminadas" repetidamente de la agenda, para dar lugar a discusiones sobre temas más apremiantes, como la crisis de camas en la NHS. También se descuidó la capacitación del personal de la NHS con equipos de protección y respiradores, alega la fuente.

Se dice que los miembros del grupo asesor gubernamental sobre pandemias se sintieron impotentes. "Bromeaban entre ellos, 'Jaja, esperemos que no tengamos una pandemia', porque no había una sola área de práctica que se estaba fomentando para que pudiéramos cumplir con los requisitos básicos para la pandemia, ni te imagines hacerlo bien ", dijo la fuente.

"Si hubieras estado, de cualquier manera, con gerentes superiores de la NHS por al menos los dos últimos años, sabrías que su mayor temor, su más terrible pesadilla, era una pandemia, porque no estaban preparados para ello".

Ello significó que el gobierno tuvo mucho en que ponerse al día cuando se hizo evidente que esta "pesadilla" se estaba convirtiendo en una posibilidad clara en febrero. Pero la fuente dice que había poca urgencia. “Casi todos los planes que teníamos no se activaron en febrero. Casi todos los departamentos gubernamentales fallaron en implementar adecuadamente sus propios planes de pandemia ”, dijo la fuente.

Una desviación del plan fue, por ejemplo, la falta de una advertencia temprana a las empresas de que podría haber un confinamiento, para que ellas pudieran comenzar sus propios planes de contingencia. "Había un obligación de hacer que comenzaran a pensar en su flujo de caja y sus acuerdos de continuidad comercial", dijo la fuente.

Súper esparcidor

Una parte central de cualquier plan de pandemia es identificar a cualquier persona que se enferme, rastrear vigorosamente a todos sus contactos recientes y ponerlos en cuarentena. Eso implica pruebas, y Reino Unido inicialmente parecía estar por delante en éste juego. A principios de febrero, Hancock dijo con orgullo a los Comunes que el Reino Unido fue uno de los primeros países en desarrollar una nueva prueba para el coronavirus. "Se están realizando pruebas en todo el mundo con equipos diseñados en Oxford", dijo.

Por lo que, cuando Steve Walsh, un empresario de 53 años de Hove, East Sussex, fue identificado como la fuente del segundo brote en el Reino Unido el 6 de febrero, se hizo seguimiento a todos sus contactos con pruebas (tests). El caso de Walsh fue una advertencia de la infectividad desenfrenada del virus, ya que se cree que lo transmitió a cinco personas en el Reino Unido después de regresar de una conferencia en Singapur, así como a seis en el extranjero.

Pero el Servicio de Salud de Inglaterra, desaprovechó los avances iniciales con las pruebas y perdió oportunidades tempranas para aumentar la producción, a los niveles que luego serían necesarios.

Ésto se debió, en parte, a que el gobierno estaba planeando la lucha contra el virus utilizando planes (del gobierno) para combatir la gripe. Una vez que una pandemia de gripe ha llegado a la población y no hay vacuna, entonces se permite que el virus siga su curso hasta que se adquiere la "inmunidad de grupo". Tal plan no requiere pruebas en masa.

Un político de alto rango le dijo a este periódico: “Tuve conversaciones con Chris Whitty a fines de enero y estaban completamente centrados en la inmunidad de grupo. La razón es que con la gripe, la inmunidad de grupo es la respuesta correcta si no se tiene una vacuna..

“Toda nuestra planificación fue para la pandemia de gripe. Básicamente hubo una división entre los científicos en Asia que vieron ésto como una enfermedad horrible y mortal en las líneas de Sars, que requiere un confinamiento inmediato, y aquellos en Occidente, particularmente en los Estados Unidos y el Reino Unido, que vieron ésto como gripe ".

Se dice que el asesor especial del primer ministro, Dominic Cummings, inicialmente se entusiasmó por el concepto de inmunidad de grupo, lo que pudo haber influenciado el enfoque inicial del gobierno para controlar el virus. El Departamento de Salud niega firmemente que la "inmunidad de grupo" haya sido siempre su objetivo y rechaza las sugerencias de que Whitty lo apoyara. Cummings también niega respaldar el concepto.

El fracaso en obtener grandes cantidades de equipos de prueba fue otro gran error de juicio, según la fuente de Downing Street. Más tarde sería uno de los grandes escándalos de la crisis del coronavirus: que la considerable capacidad de los laboratorios privados de Gran Bretaña para producir pruebas en masa no se aprovechó durante esas cruciales semanas de febrero.

"Deberíamos habernos comunicado con todos los laboratorios de pruebas comerciales que podrían ofrecerse como voluntarios para formar parte del régimen de pruebas del gobierno, pero eso no sucedió", dijo la fuente.

La falta de acción fue confirmada por Doris-Ann Williams, directora ejecutiva de la Asociación Británica de Diagnóstico In Vitro, que representa a 110 empresas que conforman la mayor parte del sector de pruebas del Reino Unido. Asombradamente, dice que su organización no recibió contacto significativo alguno del gobierno pidiendo ayuda hasta el 1 de abril, la noche anterior a que Hancock cedió ante la presión y anunció un objetivo tardío y ambicioso de 100,000 pruebas al día a fines de éste mes.

También hubo una falla en la reposición de suministros de batas y máscaras para los trabajadores de salud y cuidado en las primeras semanas de febrero, a pesar de que la NHS de Inglaterra declaró que el virus era su primer "incidente crítico de nivel cuatro" a fines de enero.

Fué una parte clave del plan de la pandemia, el Marco Operativo de la NHS para la Gestión de la Respuesta a la Influenza Pandémica con fecha de diciembre de 2017, que la NHS pudiera recurrir a las reservas de EPP "si se necesitan".

Pero muchas de las reservas "si se necesitan" habían disminuido, y el equipo estaba desactualizado. Como no se gastaba suficiente dinero para reponer las existencias, se suponía que este déficit se cubriría activando contratos "justo a tiempo" que se habían acordado con proveedores de equipos en los últimos años para hacer frente a una emergencia. El primer pedido de equipos bajo el protocolo "justo a tiempo" se realizó el 30 de enero.

Sin embargo, la fuente dijo que los intentos de llamar a estos contratos "justo a tiempo", tuvieron inmediatamente dificultades en febrero porque ellos era, principalmente, fabricantes chinos, que enfrentaban una demanda sin precedentes del propio servicio de salud de su país y de otros lugares.

Este fue otro clavo en el ataúd para el plan pandémico. "Fue una gran telaraña de fracasos, cada pieza del dominó ha caído", dijo la fuente.

La NHS podría haber contactado a proveedores con sede en el Reino Unido. La British Healthcare Trades Association (BHTA) estaba lista para ayudar a suministrar EPP en febrero, y durante todo marzo, pero solo el 1 de abril se aceptó su oferta de ayuda. El Dr. Simon Festing, director ejecutivo de la organización, dijo: "Sin ninguna duda los pedidos se enviaron al extranjero en lugar de al NHS, debido a las oportunidades desaprovechadas en el proceso de adquisición".

Downing Street admitió el 24 de febrero; apenas cinco días antes de que los jefes de la NHS advirtieran que la falta de EPP dejó al servicio de salud enfrentando una "pesadilla"; que el gobierno del Reino Unido había suministrado 1,800 pares de gafas y 43,000 guantes desechables, 194,000 toallitas desinfectantes, 37,500 batas médicas y 2.500 mascarillas para China.

Un experto del Departamento de Salud describió la sensación de deriva observada durante esas semanas cruciales en febrero: “Perdimos el barco en las pruebas y en el EPP. . . recuerdo que me llamaron para algunas de las reuniones sobre ésto en febrero y pensé: "Bueno, es bueno que éste no sea el más importante".

“Había visto a Wuhan pero asumí que no debíamos estar preocupados porque no hicimos nada. Sólo observábamos. Una pandemia estuvo siempre en lo más alto de nuestro registro nacional de riesgos, siempre, pero cuando llegó, lo observamos lentamente. Podríamos haber sido Alemania, pero en cambio estábamos condenados por nuestra incompetencia, nuestra arrogancia y nuestra austeridad ".

En el Lejano Oriente, la amenaza fue tratada más seriamente en las primeras semanas de febrero. Martin Hibberd, profesor de enfermedades infecciosas emergentes en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, estaba en una posición única para comparar la respuesta del Reino Unido con Singapur, país donde él había asesorado en el pasado.

“Singapur se dio cuenta, tan pronto como Wuhan lo había reportado, que los casos iban a aparecer en Singapur. Y entonces ellos se prepararon para eso. Miré al Reino Unido y puedo ver una estrategia y un enfoque diferentes.

"Lo interesante para mí es que trabajé con Singapur en 2003 y 2009 y básicamente copiaron el plan de preparación para pandemias del Reino Unido. Pero la diferencia es que ellos realmente lo implementaron ".

Vacaciones de trabajo

Hacia el final de la segunda semana de febrero, el primer ministro se sintió eufórico. Luego de despedir cinco ministros del gabinete y decirles a todos "deben tener confianza y calma" acerca de la respuesta de RU al virus, Johnson abandonó Downing Street luego que el receso de medio término comenzara el 13 de febrero.

Se dirigió al campo por unas vacaciones de "trabajo" a Chevening con Symonds y estaría fuera de la mirada pública por 12 días. Sus ayudantes estaban agradecidos por el descanso, ya que habían estado trabajando sin parar desde el verano ya que la lucha de poder del Brexit había acabado.

Los periódicos del domingo de ése fin de semana no habrían sido una lectura confortable.

El Sunday Times reportó sobre una sesión de informaciones de un especialista en riesgos que dijo que la Salud Pública de Inglaterra sería rebasada durante una pandemia, porque sólo podría testear 1000 personas por día.

Johnson pudo haberse distraído por asuntos de su vida privada durante su estancia en la campiña. Sus ayudantes fueron informados que debían mantener los informes breves y reducir la cantidad de memorándums en su "red box" (caja roja) si querían que Johnson los leyera.

Su familia necesitaba estar preparada para el anuncio de Symonds, que cumplía 32 años en Marzo, estaba embarazada y que ellos habían estado secretamente comprometidos por algún tiempo. Las relaciones con sus hijos (de otras parejas) estaban tensas desde la separación de su distante esposa Marina Wheeler y las desaveniencias se profundizaron cuando ella fue diagnosticada de cáncer el año pasado.

El divorcio también debía finalizarse. A mitad de estas "vacaciones" la corte anunció que la pareja había llegado a un acuerdo, dejando a Wheller libre para solicitar el divorcio.

Hubo murmullos de frustración de algunos ministros y sus ayudantes en el momento que Johnson no tomaba más liderazgo. Pero se entendía que los ayudantes de Johnson se sentían relajados: él estaba recibiendo actualizaciones y ellos afirmaban que los científicos decían que todo estaba bajo control.

400.000 muertes

Sin embargo, para el momento en que Johnson partía hacia la campiña, hubo una creciente inquietud entre los científicos acerca de la naturaleza excepcional de la amenaza. Sir Jeremy Farrar, un especialista en enfermedades infecciosa quien es un asesor clave del gobierno, dejó ésto claro en una entrevista recienta para la BBC.

"Pienso que desde los primeros días de febrero, si no fines de enero, fue obvio que ésta infección iba a ser muy seria y que iba a afectar más que sólo ola región de Asia", dijo, "Pienso que era muy claro que iba a ser un evento sin precedentes".

Para el 21 de febrero, el virus había infectado ya a 76.000 personas, causado la muerte de 2.300 personas en China y estaba entrando en Europa con Italia reportando 51 casos y dos muertos al día siguiente.

No obstante Nervtag, uno de los comité asesores clave del gobierno, decidió mantener el nivel de amenaza como "moderado".

En retrospectiva, sus miembros seguramente se arrepientan de esa decisión y ciertamente no fué unánime. John Edmunds, uno de los más grandes expertos del país en modelos de enfermedades infecciosas, de la School of Hygiene en Londres de la Tropical Medicine, participaba de la reunión en videoconferencia pero la tecnología le falló en el peor momento.

Edmund quería elevar el nivel de alerta a "alto" pero no pudo mostrar su punto de vista por problemas técnicos con la conexión. Luego envió un email mostrando claramente su punto de vista. "JE cree que el riesgo de la población de RU (en la evaluación de riesgos de PHE) debería ser "alto", ya que hay evidencia de transmisiones en Corea, Japón y Singapur, como así en China" como consta en el acta de reunión. Pero la decisión ya había sido tomada.

Peter openshaw, profesor de medicina experimental en Imperial College, estaba en EEUU al momento de la reunión, pero hubiera así mismo recomendado elevar el nivel de alerta a "alto".

Tres días antes, en un seminario, había estimado que el 60% de la población mundial probablemente se infectaría con el virus si no se tomaban medidas, y que 400.000 personas morirían en el RU.

Para el 26 de febrero, habían 13 casos conocidos en el RU. Ése día, casi 4 semanas antes que un confinamiento total se anunciaría, los ministros fueron advertidos a través de otro comité asesor, que el país estaba enfrentando una pérdida de vidas catastrófica a no ser que se tomaran medidas drásticas. Habiendo sido impedido de hacer sonar la alarma, Edmund y su equipo presentaron su más reciente predicción de el "peor escenario" al Grupo Científico de Modelos de Influenza (gripe) Pandémica (SPI-M), que asesora directamente a quienes toman las decisiones científicas del país sobre Sage.

Advirtió que 27 millones de personas podrían ser infectadas y que 220.000 camas de unidades intensivas serían necesitadas, si no se tomaran medidas para reducir las tasas de infección. El número de muertes previstas era de 380.000.

Nick Davies, colega de Edmund, quien dirigió la investigación, dijo que el reporte hacía incapié en la urgencia de la necesidad de imponer medidas de confinamiento urgentemente, casi cuatro semanas antes que fueran impuestas.

El equipo modeló los efectos de un confinamiento de 12 semanas, incluyendo escuelas y lugares de trabajo, protegiendo a los mayores, distancia social y auto-aislamiento. Estimó que eso retrasaría el impacto de la pandemia, pero que todavía podría haber 280.000 muertes a lo largo del año.

Johnson regresa

La noche previa, Johnson retornó a londres por la "Gran recaudación de fondos" del partido conservador, la fiesta de invierno, en el que un donante prometió 60.000 libras por el privilegio de jugar al tenis con él.

Para entonces el primer ministro ya había perdido cinco reuninones Cobra sobre las preparaciones para combatir la inminente pandemia, habiendo dejado a cargo a Hancock. Johnson fue un objetivo fácil para la oposición cuando retornó al día siguiente a la Cámara de los Comunes, con el líder laborista Jeremy Corbyn, etiquetándolo como un primer ministro "a tiempo parcial" por su fracaso en liderar la crisis del virus o visitar áreas de RU gravemente afectadas por las inundaciones.

Para el viernes 28 de febrero, el virus ya había arraigado en RU con casos aumentado a 19 y con los mercados de valores hundiéndose. Finalmente había llegado el momento para Johnson de actuar. Convocó a un reportero de TV a Downing Street para decir que estaba al tanto de todo acerca de la crisis del coronavirus.

"El problema del coronavirus es algo que es ahora la máxima prioridad del gobierno", dijo. "Acabo de tener una reunión con el director médico y el secretario de estado de salud para hablar sobre los preparativos que debemos hacer".

Fue finalmente anunciado que él asistiría a una reunión cobra, luego de un fin de semana en Chequers con Symonds donde la pareja anunciaría públicamente las noticias sobre su compromiso y su bebé.

Ése domingo hubo una reunión entre miembros del Comité Sage y oficiales de el Departamento de Salud y la NHS, la cual fue un punto de inflexión, de acuerdo con una fuente de Whitehall (o sea una fuente gubernamental). Se mostró en la reunión un modelo reciente basado en cifras de Italia, sugiriendo que, en el peor caso, el 8% de las personas infectadas podrían necesitar tratamiento hospitalario. La estimación anterior era del 4% al 5%.

"El riesgo para la NHS se había duplicado, efectivamente, en un instante. Ha hecho sonar alarmas por todo el gobierno", dijo una fuente de Whitehall (del gobierno). "Creo que la reunión ha hecho que las mentes se focalizaran. Te das cuenta que es hora de disparar la pistola de salida".

En la reunión Cobra del día siguiente, con Johnson liderándola, un "plan de batalla" fué finalmente firmado para contener, retraar y mitigar la propagación del virus. Ésto fué el 2 de marzo, cinco semanas después que la primera reunión Cobra sobre el virus.

El nuevo empuje tendría algunos beneficios como la creación de el nuevo hospital Nightingale, que aumentó significativamente el número de camas de cuidados intensivos. Pero hubo otro retraso ése mes, de nueve días, en introducir el confinamiento, ya que Johnson y sus asesores principales debatieron qué medidas eran requeridas. Más tarde el gobierno quedaría sin timón nuevamente, luego de que el mismo Johnson contrajera el virus.

A medida que la cantidad de infecciones crecían día a día, algunas cosas eran imposibles de recuperar. Hubo una escasez mundial de EPP y el primer ministro tuvo que llamar personalmente a fabricantes de ventiladores y kits de pruebas en un esfuerzo despesperado por aumentar los suministros.

El resultado fue que la NHS y los cuidadores a domicilio se quedarían sin protección adecuada y con un número insuficiente de tests para saber si se habían infectado. Hasta la fecha, 50 médicos, enfermeras y trabajadores de la NHS han muerto. Más de 100.000 personas han sido confirmadas como infectadas en Gran Bretaña, y 15.000 han muerto.

Un portavoz de Downing Street dijo: “Nuestra respuesta ha asegurado que la NHS haya recibido todo el apoyo necesario para garantizar que todos los que requieran tratamiento lo hayan recibido, así como brindar protección a las empresas y tranquilizar a los trabajadores. El primer ministro ha estado al frente de la respuesta a esto, proporcionando liderazgo durante éste período de enorme desafío para toda la nación ".

y algún link extra:

de marzo: "Macron dijo a Johnson que si no aplicaba medidas de contención contra el coronavirus, que cerraría la frontera con RU"

"French President Emmanuel Macron told British Prime Minister Boris Johnson on Friday that he would close the border if the U.K. did not take more restrictive measures to contain the coronavirus."

www.politico.com/news/2020/03/22/france-border-coronavirus-uk-141402

del 21 de abril: "Millones de piezas de material EPP son enviadas a Europa desde RU, a pesar de la escasez en la NHS"

"La semana pasada, 5 millones de mascarillas quirúrgicas y más de un millón de "respirators" fueron empaquetados en camiones registrados por la UE, por un mayorista de RU."

Exclusive: Millions of pieces of PPE being shipped from Britain to Europe despite NHS shortages

"Last week five million surgical masks and more than a million respirators were packed on to EU-registered lorries by one UK wholesaler"

www.telegraph.co.uk/news/2020/04/20/exclusivemillions-pieces-ppe-shipp

Y ésto del 20 de abril: "al menos 100 trabajadores de la NHS muertos por el coronavirus"

www.theguardian.com/world/2020/apr/20/at-least-100-uk-health-workers-h