Publicado hace 5 años por DeporteTuit a consejos-publicitarios.blogspot.com

La ambigüedad y falta de claridad sobre lo que realmente se necesita para cumplir el RGPD, se está reflejando en la cantidad de mensajes diferentes que nos aparecen ahora al navegar en cada sitio web, y ya es un motivo de queja para muchos editores y webmasters. Por si fuera poco, esta nueva ley está provocando el peor efecto secundario posible para las páginas web, una considerable reducción de ingresos por publicidad.

Comentarios

J

Se quejan coml se quejaban los fabricantes de tabaco o los estancos por la prohibición de fumar en el trabajo, que el RGPD reduce actividad.
Pues hay que adaptase a la nueva realidad.

Y yo encantado, que estoy hasta los mismos por pagar consumo de datos por algo que no pido ni he dado mi consentimiento.

D

Yo no he visto el efecto todavía , nos siguen fustigando a base de bien

J

Eso es que era publicidad mierdosa.
Los anunciantes deben estar de enhorabuena

DeporteTuit

#1 Veo que no te has leído el artículo. No es un problema sobre la calidad de los anuncios, no tiene que ver.

E

Gracias Europa por hacernos menos competentes clap

D

Es una ley que tiene algunos aspectos buenos, pero también contiene grandes chapuzas. El tiempo dirá si a la larga sirve, ahora por lo pronto, ha servido para quitar parte de la publicidad engañosa pero siguen dando el coñazo los de Jazztel, Orange, Yoigo y toda esa chusma, ahora lo que se dedican es a llamar y cuelgan

D

Lo que esta ley no toca y eso me toca los cojones, y bastante, es que sigan jodiendo en los canales de tv el poner tanta y tanta publicidad, es como un puto castigo, parece que te repiten los mismos anuncios día tras día hasta que te los aprendas de memoria...

E

#7 No es una ley que regule la publicidad, sino la recopilación y el uso de los datos personales

D

#8 Ya, pero el bombardeo de publicidad no deseada sigue

k

Esta ley es una chapuza. Todos sabemos lo que hay que combatir, que es la venta de datos. Y todos sabemos quién trafica con ellos. Esta ley que obliga a todos, hasta al blog más triste, sólo visitado por el propio autor, a poner unos términos de uso que nadie lee, lo único que hace es diluir el verdadero problema.