En el otro extremo estaba Augusto que admitía la burla de él mismo y hasta la de su madre. “Había incluso un chiste que contaba que Augusto se enteró de que había un hombre que acababa de llegar a Roma y se parecía mucho a él. Pidió que lo llevaran ante él. Cuando llegó, Augusto le preguntó si su madre había estado alguna vez por Roma y el hombre le dijo: ’Mi madre no, pero mi padre sí”, señala Marqués.
Comentarios
Se ve que los abderitas eran los leperos de la época.
Me he quedado con las ganas de leer algún chiste sobre crucificados.
#1
Seguro que los habría.
En el otro extremo estaba Augusto que admitía la burla de él mismo y hasta la de su madre. “Había incluso un chiste que contaba que Augusto se enteró de que había un hombre que acababa de llegar a Roma y se parecía mucho a él. Pidió que lo llevaran ante él. Cuando llegó, Augusto le preguntó si su madre había estado alguna vez por Roma y el hombre le dijo: ’Mi madre no, pero mi padre sí”, señala Marqués.
Pijus Magnificus