Cuando recibí las Oculus Go, me las puse sin pensármelo dos veces. Craso error: las gafas olían a sudor, presumiblemente de la persona que las había probado antes. Las limpié a conciencia con una toallita húmeda y volví a colocármelas, percibiendo esta vez un refrescante aroma a limón. Entendí que para un uso prolongado (y compartido) del visor, iba a tener que establecer ciertos hábitos de higiene. Aunque haya un antifaz transpirable entre tu cara y la pantalla, con las Oculus Go se suda un montón.
Comentarios
#2 Gracias. Tus meneos si son interesantes.
Una muestra Así son los 'vaqueros tanga' de 140 euros por los que ya hay lista de espera
Por favor, espero que añadan el voto "esto es irrelevante de verdad", que el de irrelevante me parece frívolo ponérselo a estas tonterías.
#3 Gracias. Me alegro de que lo encontrases interesante.
Otro genial artículo de@javierb
La idea de unas gafas sudorosas despues de una sesión de porno, prestadas después a toda la familia.... Uff, que sórdido