Hace 12 años | Por Mikelodeon a mallorcadiario.com
Publicado hace 12 años por Mikelodeon a mallorcadiario.com

Lo ha hecho por escrito. Carta registrada en la sede del PP balear el pasado viernes, y dirigida al presidente del PP balear, José Ramón Bauzá. En ella, el alcalde de Manacor y diputado en el Parlament, Antoni Pastor, pide a Bauzá libertad de voto -es decir, en contra- de la modificación de la Ley de Función Pública que en breve debatirá el Parlament a propuesta del Govern.

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boirina

Traducción aproximada:


Al Presidente del Partido Popular, José Ramón Bauzá.

Querido Presidente,

como diputado del Partido Popular, mediante una carta me he permitido expresar mi sentir sobre un tema vital para nuestra comunidad y para su gente.

Como alcalde de Manacor, ya he tenido la oportunidad de posicionarme sobre la política lingüística que usted lidera, también lo he podido hacer personalmente con mi visita al Consulado, y ahora lo tendré que hacer como Diputado del grupo que usted preside.

Podría alargarme mucho explicando punto por punto, todas y cada una de las modificaciones que se hacen, pero no lo haré, esta no es mi intención de hoy, aun así, estoy a su disposición para hacerlo cuando usted quiera.

La política lingüística ha sido siempre un tema muy sensible. Yo mismo he podido participar en muchas tertulias y en alguna discusión entre compañeros, tanto en el propio partido, como en el Parlamento o en la calle, en las cuales uno de los principales problemas que tenía la gente, era el nombre de la lengua. ¡Qué tiempos aquellos que este era nuestro gran problema! Precisamente, este era un debate que ya existía en tiempos de Alcover que decía: “Quien no sabe que esto que dicen catalán, rosellonés, mallorquín, menorquín, ibicenco, valenciano, tortosino, pallarés, alicantino, no son más que modalidades diferentes de un mismo y único idioma, que lo podéis denominar como queráis mientras no hagáis la tozudez de negarle la existencia.”

Hoy, señor Presidente, el nombre de la lengua ya no es el principal problema que tenemos en materia lingüística a nuestra comunidad. Se ha perdido el consenso y el debate de la calle es ahora entre catalán o castellano.

La Ley 3/1986, de 29 de abril de 1986, de Normalización Lingüística, fue debatida en el Parlamento de las Islas Baleares y consiguió su aprobación por unanimidad. Considero importante, después de repasar el diario de sesiones, recordar una serie de intervenciones que tuvieron los diputados encargados de posicionarse y defender la bondad del texto, y como no, la del Consejero del Partido Popular, el señor Gilet Girart.

El señor Gilet empezaba su intervención diciendo: “Muchas a veces se ha dicho que la lengua es la patria originaria, el alma de un pueblo y que constituye la medula de su identidad. Por eso, no está nada mal recordar hoy los versos animados por el genio romántico de Marian Aguiló: ”.

Enumeraba a continuación los diferentes significados que tenía la palabra normalización y uno de ellos decía: “Normalización quiere decir poner las dos lenguas en plan de igualdad, dando a la lengua catalana el tratamiento que le corresponde como la lengua cooficial y, sobre todo, como lengua propia de nuestro pueblo”, continuaba, “se trata de darle la validez que nunca tendría que haber perdido, de hacer que todos los ciudadanos de las Baleares la conozcan y la utilicen con corrección y sin través”.

También destacaba que el debate de este Proyecto de Ley había sido una demostración de la madurez y de la cordura de los Grupos Políticos aquí representados. El hecho de haber consensuado el texto, de habernos puesto de acuerdo para abordar un tema tan importante y que levanta tantas pasiones, demuestra bien claramente que los políticos de esta tierra han sabido arrinconar protagonismos y personalismos elevando la discusión a un plan superior. La filosofía de la Ley es fruto de la unidad y del pluralismo, así como la lengua tiene una sola raíz y es plural en su riqueza, así como particulares y plurales son los pueblos que hablan la lengua catalana.

¿Dónde está la madurez y la cordura que tuvieron ahora hace más de veinticinco años nuestros representantes políticos? ¿Por qué no podemos arrinconar protagonismos y personalismos en un tema que sigue levantando pasiones e hiriendo sensibilidades en el día de hoy más que nunca?

Para acabar, recordaba unas palabras de Joan Alcover a los Juegos Florales de 1916: “Y tenemos que pulir la lengua y devolverla cuidadosamente a su gentileza, para que sea, como le pertenece, digna y única expresión de una civilidad tan europea como se quiera, pero autóctona, sin temer, aquí dentro mismo, extrañas competencias.”

Estas palabras que he resumido, fueron expresadas por un compañero del Partido Popular. ¿Qué ha cambiado porque un gobierno del mismo color político rehaga todo aquello que se consiguió?

Otro compañero del Partido Popular, un gran orador y brillante parlamentario, fue el responsable, en nombre de todo el grupo, de defender la Proposición de Ley, una persona castellano parlante pero capaz de entender la necesidad de proteger una de las más importantes y estimadas señales de identidad.

Manolo Jaén destacaba que “a pesar de las discrepancias iniciales, todos hemos sabido renunciar, todos hemos optado por superar diferencias, todos hemos sido generosos y tolerantes, porque existía el convencimiento y la necesidad de llegar a una Ley consensuada:
La realidad del Estado Español viene configurada por la presencia de varias comunidades lingüísticas, cuyas lenguas y culturas, como garantiza nuestra Constitución han de ser objeto de respeto y protección”.

Reconocía también la precariedad en que se encontraba la lengua catalana hacia la castellana.

Destacaba y decía: “Se sientan, de esta manera, las bases para una política de normalización lingüística, una política que es demasiado importante, tan importante que no puede ser ésta por mayorías o minorías, que siempre son coyunturales, sino que requiere un consenso y exige el apoyo de todos los sectores sociales y políticos, a fin de realizar una política integradora y evitar que el tema lingüístico pueda intrumentarse como mecanismo para dividir a los ciudadanos.”

Sabias palabras las del diputado Popular, que acababa recordando también unas palabras del ilustre lingüista Tovar: “Las lenguas no luchan, luchan los hombres que las hablan, y la lucha, si se pierde de vista el objetivo de mirar al otro, puede estabilizarse y reducirse a convivencia ordenada y pacífica.”

Señor Presidente, hay algunos temas que son tan importantes que tienen que estar por encima de las ideologías políticas y tienen que ser neutras para convertirse en objeto de consenso en beneficio de nuestro pueblo.

Tenemos que tener presente que, en la defensa de la lengua, no nos movemos por manías personales sino que tenemos como argumentos, criterios científicos internacionales que nos avalan; criterios sociolingüísticos emitidos por especialistas de todo el mundo, que han estudiado la evolución y el comportamiento de las lenguas y constatan que es imprescindible que una lengua sea necesaria dentro de su territorio, porque si no es así, de manera progresiva, se ve sustituida por otra.

Tanto los estudios sociolingüísticos como la simple observación de la realidad constatan una bajada del uso de la lengua catalana a las calles de nuestras ciudades. Las lenguas necesitan su espacio territorial propio en el cual se hagan necesarias, si no es así, tal y cómo explican los científicos sociolingüistas, va avanzando el proceso de sustitución que las conduce a ser de cada vez más minorizadas y se reducen sus usos hasta desaparecer.

Señor Presidente, no me responda que en 25 años las cosas han cambiado, y que este es un motivo suficiente por, de manera unilateral, modificar un sentir de un pueblo. Usted es el Presidente de todos los ciudadanos y ciudadanas de esta Comunidad, de los que piensan como usted y de los que piensan diferente, pero la lengua también es una responsabilidad de todo el mundo.

¿Por qué tenemos que romper consensos cuando los necesitamos más que nunca? Estamos pasando por una de las situaciones más complicadas de la democracia, necesitamos consenso en materia económica, social, sanitaria entre otros, y generamos un debate en turno de una temática sin promover los instrumentos necesarios para mantener una línea positiva de consenso.

En definitiva, la propuesta que presentamos en el Parlamento no es madura puesto que no contribuye a gobernar para todos; no contribuye a las prioridades del momento, rompe el consenso del pasado y no suma en la defensa del que nos define como comunidad cultural.

Yo, señor Presidente, seguiré siendo fiel a nuestra naturaleza cultural y a nuestra habla, ¿puede haber principio más noble? Es desde la fidelidad a nuestros principios culturales y a nuestra personalidad como pueblo que nos podemos abrir en el mundo con plenitud y podemos aportar el que somos, sin renunciar a la lengua, que es el valor cultural que más nos enriquece e identifica.

Es por todo esto que le pido libertad de voto por la modificación de la Ley de Función Pública que próximamente se debatirá y modificará en el Parlamento.

Espero que venda a bien darme esta libertad y que, al mismo tiempo, se pueda hacer una reflexión que pare el procedimiento de modificación de una Ley aprobada por su propio partido y que, estoy muy seguro que, los mallorquines, menorquines, ibicencos y formenterenses le agradecerían.

“Para un pueblo, amar su lengua es signo de vitalidad y de plenitud de vida intelectual. Son los pueblos decadentes, amodorrados, pasivos, sin pies ni cabeza, destinados a desaparecer y que aceptan y firman su sentencia de muerte; son los pueblos así, que desprecian, deyectan y abandonan su propia lengua.”, decía Antoni M. Alcover.

Con todo mi respeto,



Antoni Pastor y Cabrer,

Diputado y alcalde de Manacor.

boirina

#3 Y, lo más importante, demuestra una sensatez muy rara entre los políticos actuales.

Mikelodeon

Este Pastor tiene un nivel cultural e intelectual que lo sitúa muuy lejos del resto de gamberros que conforman su partido. Esto es evidente. Leed, leed y lo entenderéis. Con citas atemporales de los dos más grandes Alcovers (Joan y Mossèn Antoni Maria) que jamás han pisado esta maravillosa isla. Nada ha cambiado desde entonces.

boirina

Argh, mi comentario anterior era para #2.