Mientras las bombas lanzadas por Israel caían sobre Gaza, el más importante arqueólogo local, Fadel al-Otol, recibió la tan temida llamada que venía anticipando: el ejército de Israel le advertía que iba a atacar una torre donde se almacenaban miles de tesoros antiguos. "No podía hablar, durante dos días no pude ni dormir", me cuenta Fadel desde Suiza, donde ahora vive con la mayor parte de su familia. "Estaba muy preocupado. Sentía como si un misil fuera a atravesar mi corazón en cualquier momento", señala.